Wallapop se mea en nuestra nostalgia

Wallapuf

Vivimos en plena confluencia de épocas. Por un lado, y desde hace un tiempo ya, vivimos sumergidos en un baño de nostalgia. Llevamos unos años en los que se ha puesto de moda recordar todo aquello que vivimos cuando éramos niños y adolescentes. Nosotros, como blog retro que somos, no vamos a quejarnos de esto, faltaría más. Por otro lado estamos en plena crisis económica. Una crisis que ya viene durando más que la moda nostálgica de la que os hablaba antes y que por lo que parece aún va estar bastante tiempo entre nosotros.

Os cuento esto porque es debido a dicha crisis que mucha gente se ve con la obligación de deshacerse de objetos con el fin de obtener liquidez para llegar a final de mes. Al haber también esta moda nostálgica son muchos los que creen, erróneamente, que puede sacar una buena tajada por cualquier objeto que tenga por casa y que tenga más de 20 años de antigüedad. Yo que suelo pasear por bastantes mercadillos de segunda mano me harto de ver personas que intentan vender libros, por los que como mucho les darán un euro, y vinilos de música clásica pertenecientes a algún coleccionable cutre o que lograron como regalo de algún banco cuando abrieron su primera cuenta corriente. A veces flipo viendo discos con el logo de algún banco que quebró hace décadas. Viejunos, no perdáis vuestro tiempo haciendo eso. Nadie está interesado en semejantes mierdas. Ni aunque el vinilo que tienes de “Las cuatro estaciones” estuviera firmado por el mismísimo Vivaldi nadie te daría un duro por él.

Pero hay gente, ya sea por desesperación o por estupidez, que no ceja en su intento de ganar dinero con cualquier reliquia que tenga por casa. Como intentar vender semejante basura a través de Todocolección o eBay tiene un coste que no quieren asumir deciden venderlo a través de Wallapop, web que por lo que parece no tiene ningún tipo de filtro con lo que se pone a la venta allí. Es por eso que en dicha web podemos encontrar verdaderas aberraciones a la venta.

Nuestros amigos de la web Wallapuf se dedican a recopilar anuncios de Wallapop que destacan o bien por lo cutre de lo que se pone a la venta o bien porque el vendedor, y a veces el comprador, no están muy bien de la cabeza como demuestran con sus pretensiones económicas, sus ofertas o el regateo sin sentido en el que se meten.

Como la gente de Wallapuf es muy maja nos han hecho llegar algunos de los anuncios de Wallapop de objetos retro para que los compartamos con vosotros y que así veáis la de basura que se puede encontrar en esa web. Espero que estéis bien sentados porque viendo alguno de los anuncios os podéis caer de bruces.

¿Preparados? ¡Pues veamos qué clase de birrias se venden!

1) ¿Quién cojones guarda un chicle durante 30 años?

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Una de nuestras mayores pasiones infantiles y juveniles eran las chucherías (cuyo Top 10 puedes leer aquí y aquí), o los chuches como dijo un idiota que presidió un país cuya capital es Madrid.

Las chucherías nos encantaban. Era comprarlas y devorarlas en el acto. ¿A quién de vosotros las chucherías le llegaron a durar más de una hora en sus manos? ¡A nadie! Como mucho, y si me apuráis, puede ser que alguno de vosotros guardara algún chicle para el día siguiente, más que nada porque había comprado dos y uno se lo comía el mismo día y el otro al siguiente. De acuerdo, aceptaré esta hipótesis más que nada porque se me acaba de ocurrir a mí. Entonces, ¿cómo es posible que haya alguien que haya conservado un chicle durante 30 años? ¿Qué clase de persona es? ¡Ya sé que diréis! Que el pobre elemento guardó el chicle en un bolsillo, se le olvidó y lo encontró al cabo de 30 años. ¡Venga! ¡Eso es imposible! Ningún niño olvida que tiene una chuchería esperando a ser consumida. ¡Ninguno! Y tampoco me pienso creer que un niño de 8 años decidió guardar en una caja fuerte un chicle de fresa para especular con su valor 30 años después. Así pues, estamos delante de una persona rara de cojones.

Hasta ahora lo más raro que había visto, y lo digo por propia experiencia y por la de varios compañeros más, era encontrar en un cajón de casa de mis padres la típica cartera Mistral tan de moda en los 80 y 90 que tenías a los 16 o 17 años y al abrirla encontrar dentro aquel preservativo que todos conseguimos de extranjis con la vana esperanza de utilizarlo con nuestra primera novia. Esa novia nos dejó, casi siempre por un tío que ya era mayor de edad y tenía carnet de conducir, y tú te quedabas, compuesto, sin novia y con el condón en la cartera. Al cabo de un tiempo cambiabas de cartera y el condón se quedaba allí olvidado hasta que un día revolviendo los cajones la encuentras con el preservativo aún dentro y te acuerdas de aquella mala pécora que te rompió el corazón.

Vale, esto me cuadra. Todos hemos olvidado tener un condón, ¿pero un chicle? Tal vez el colega era un guarro del copón y guardó el chicle en la cartera al lado del condón y ha sido revolviendo cajones en casa de sus padres como ha encontrado la cartera que tenía cuando era púber y el chicle estaba allí intacto. Muy bien figura, pues si eso es lo que ha pasado y en tu cartera ochentera has encontrado un chicle y no un condón como todos los demás chicos del mundo ha llegado la hora que te preguntes qué coño mascabas tú. Ahora ya sabes porque tenía sabor a lubricante aquel chicle que te comiste en 1991, ¿verdad?

Por cierto, ningún imbécil va a pagar 15€ por un chicle Boomer.

2) ¿Qué entendemos por estar bien?

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Imaginad por un momento que tenéis una hija adolescente. Un buen día sale de casa para dar una vuelta con unas amigas y no regresa. Vosotros presa de los nervios denunciáis su desaparición. Al cabo de 6 o 7 días recibís una llamada de la policía en la que os comunican que han encontrado a vuestra hija. Entre sollozos dais gracias a Dios y tras recobrar la calma lo primero que acertáis a preguntar es qué tal se encuentra vuestra hija. El policía en tono alegre os diría algo así como: “En perfecto estado. A ver, la hemos encontrado completamente desnuda y le falta una pierna, pero por lo demás está bien”. ¿No creéis que eso sea de todo menos estar bien?

Pues este es el ejemplo que no acaba de entender el mongolo que puso a la venta un Madelman que perdió una pierna, suponemos que en acto de servicio, y del que desconoce el paradero de su ropa. Como el tío tiene más moral que el Alcoyano cree que puede llegar a ganar 5€ por semejante birria. No sé chico, yo no lo veo.

Lo mejor son las etiquetas que coloca en el anuncio para llamar la atención. Me inclino a pensar que lo verdaderamente pasa es que el vendedor es incapaz de recordar quien fabricaba los Madelman y como además es un vago de la hostia y pasa de buscarlo en google va el tío y pone todas las marcas de juguetes infantiles de los 80 que recuerda y se queda tan ancho.

Por cierto, ¿soy el único que cree que es sospechoso que en la foto no se le vea la cabeza al muñeco? ¿Qué pretende ocultarnos?

3) Zack y Cody en el paraíso.

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Vamos a ver. Vale que no todo el mundo tenga el mismo sentido de la belleza que yo. Eso lo acepto. Pero hay cosas por las que no paso como que me digan que estos horrorosos muñecos de yeso son preciosos. Venga hombre, no me jodas.

Estarán todo lo bien pintados que queráis, serán ideales para tener dando por el culo por casa en Navidad y Pascua, estarán en super buen estado (Nota: ¡Eh, vendedor del Madelman! Aprende de este fan de los angelitos lo que es estar bien), pero preciosos lo que se dice preciosos no lo son. Quítatelo de la cabeza. Como mucho son igual de bonitos que un cáncer terminal, pero no más.

Solo la fe católica de este vendedor explicaría que tenga la esperanza de obtener 10 euros por semejante aberración. A ver colega, Jesucristo resucitó a Lázaro, transformó el agua en vino y los peces en panes y se marcó un puntazo con ello, no lo discuto, pero esta mierda no te la va a conseguir vender por 10 euros. Así que deja de rezar y rebaja el precio.

Por si las figuritas ya de por sí solas no me parecieran suficientemente horrorosas otro motivo hace que me den muchísima grima. Ha sido verlas y encontrar un parecido increíble entre ellas y Zack y Cody, un par de chavales la mar de hostiables que protagonizaban una serie de Disney Channel. Y es que ese peinado que llevan las figuritas es muy de chaval de ahora, ¿no creéis? Un look muy de Zac Efron en “High School Musical”, ¿no? Vaya, a mí me lo parece.

Zack y Cody, pelucones made in Disney.
Zack y Cody, pelucones made in Disney.

4) Un bote cutre en el que guardar tus juguetes.

Pongamos el caso que sois una persona sin criterio, sin gusto y fácil de estafar. Seguro que entonces os habréis comprado el Madelman en (supuesto) buen estado y los (también supuestos) preciosos angelitos.

Con semejante tesoro en las manos, y mientras mascáis vuestro chicle Boomer gran reserva de 30 años por el que habéis pagado 15 euros, una pregunta os viene a la cabeza: ¿Donde vais a guardar vuestras figuritas y muñequito?

Ya que os habéis retrotraído 30 años atrás en el tiempo que mejor que utilizar el mismo sistema que utilizabais entonces para guardar vuestros juguetes, que no era otro que hacerlo en un bote de detergente.

Así pues os ponéis a buscar botes de detergente ochenteros a la venta y si tenéis suerte podréis encontrar alguna ganga como esta:

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¡Eh! No es Colón o Ariel pero ya sirve, ¿no? Y vale que sea un lavavajillas y no un detergente pero, ¡eh! Solo vale 15 euros.

Aquí el vendedor demuestra humildad al confesar que el bote está en mal estado. A ver, si hemos aceptado que el Madelman está bastante bien ya podemos dar por hecho que el bote de Calgonit nos parece que está seminuevo. Eso sí, para los tiquis miquis como yo que creen que el bote está hecho polvo el vendedor nos da una buena explicación: es que es de cartón. Simple y llanamente es por eso. No vayamos a creer que él lo ha cuidado mal o lo ha guardado de cualquier manera, no es eso. La culpa, de ser de alguien, es de Calgonit por hacer botes de cartón, no del vendedor.

Estamos ante una auténtica reliquia. El vendedor es consciente de ello y por eso ha puesto ese precio de salida, pero no debe tener la conciencia muy tranquila a causa del estado de conservación del bote, que repito no es culpa de él sino de Calgonit por hacerlo de cartón, y ha decidido escuchar ofertas por el objeto en cuestión. Igual 15 euros no se saca, pero si no le corre prisa vender podría sacar perfectamente 13 euros por este tesoro. 13 euros que yo no pagaría ni de coña, vamos.

Pues con el bote de Calgonit damos por finalizado el repaso a algunos de los objetos ochenteros que podemos encontrar a la venta en Wallapop. Ya sabéis que para ver más anuncios como este y otros más de objetos ya más actuales debéis visitar Wallapuf donde os harán partir el ojete con algunas de las cosas que la gente pone a la venta. ¡Ah! También les podéis seguir en Facebook y Twitter.

Nada más por hoy, solo agradecer de nuevo a Wallapuf su ayuda en la confección de este artículo. Ahora llega vuestro turno viejunos. ¿Habéis vendido o comprado algún artículo ochentero a través de internet? Contad, contad…