¿No os pasa que a veces estáis saturados de una de vuestras aficiones y la dejáis de lado para tiempo después recuperarla con una pasión desmesurada? Pues eso es lo que me ha pasado a mí con el wrestling. Llevaba un tiempo bastante desencantado con él. Bueno, más bien mi desencanto venía por el flojo producto que ofrece actualmente la WWE, que es la empresa que más sigo. Pero últimamente, y gracias a la llegada de la AEW, una empresa que cuenta con talentos como Chris Jericho, Jon Moxley, Cody Rhodes, The Young Bucks y Kenny Omega, y al genial renacer de la NWA de la mano de Bill Corgan, líder de la banda musical The Smashing Pumpkins, mi afición por la lucha libre ha vuelto con más fuerza que nunca. Además, se da la circunstancia que mi reenganche a la WWE ha sido a través de la reciente edición de este año del Royal Rumble, que me encantó, por lo que la decisión sobre el tema del cual hablaros hoy era fácil. Hoy os voy a hablar de wrestling. Y lo voy a juntar con una de las pasiones de este blog: hablar de mitos caídos. Así pues, hoy os contaré la triste historia de un wrestler. Hoy os voy a narrar el ascenso y la estrepitosa caída de The Renegade.
Viajemos en el tiempo hasta 1994. La WCW se estaba posicionando para arrebatar a la WWE, por aquel entonces aún WWF, el primer lugar en el ranking de empresas de wrestling. Para ello decidió traer a sus filas algunas de las estrellas de su rival. Sin duda alguna el gran fichaje de la WCW fue el de Hulk Hogan, pero hubo muchos otros que también dieron que hablar. Como por ejemplo el de “Macho Man” Randy Savage, por aquel entonces muy ninguneado en la WWF, o el de Jim “Estaca” Duggan. Todos ellos se unieron a los que ya habían cambiado de aires con anterioridad, Rick Rude, “Mr. Wonderful” Paul Orndorff, etc., pero a la WCW le faltaba la joya de la corona. Y esa joya no era otra que The Ultimate Warrior.
Pero The Ultimate Warrior no estaba mucho por la labor de fichar por la WCW, cosa que acabaría haciendo un tiempo después y que desembocaría en uno de los momentos más bochornos del wrestling, cómo ya os contamos aquí. El Warrior había abandonado la WWF en malos términos, de hecho, la había abandonado varias veces y siempre con malas formas, y andaba un poco harto del wrestling. Así que la WCW se vio forzada a tomar una decisión bastante lamentable. Ya que no podían tener al original, lo iban a copiar.
El primer intento fue con “Jungle” Jim Steele, si bien más que un clon de The Ultimate Warrior lo que parecía era un sosias de Tarzán. La WCW no tardó en darse cuenta que con Steele no iban a ningún sitio y no tardaron en despedirle.
Llegamos a marzo de 1995. Hulk Hogan era el campeón de la compañía y tenía que defender su campeonato contra Big Van Vader en el pay-per-view Uncensored. Vader había formado una alianza con Arn Anderson y Ric Flair. Por su parte Hogan solo tenía de su lado a Randy Savage. Para equilibrar las fuerzas, Hogan anunció que contaría con una sorpresa de las gordas. O cómo la llamó él: “The ultimate surprise”. Esto hizo pensar a toda la gente que Warrior finalmente había fichado por la WCW. Y vaya si los fans se llevaron una sorpresa.
La WCW había caldeado tanto el ambiente que no podía decepcionar a sus seguidores. Ya que no les podían ofrecer a The Ultimate Warrior, les tenían que dar algo lo más parecido posible. Así fue como decidieron contratar a Rick Wilson, un exbailarín exótico, que viene a ser eso sucio y depravado que estás pensando, al que se le había metido entre ceja y ceja triunfar en el wrestling. Los responsables de la WCW vieron en Wilson un cierto parecido con el Warrior. Si bien Wilson era unos diez centímetros más bajo, su peinado y su complexión podían recordar a las del Warrior. Para potenciar el parecido, decidieron que luciera pinturas faciales como el luchador de la WWF. Esta es la razón por la que lucía una lamentable erre en el rostro. En un principio pensaron llamarle The Ultimate Renegade, pero al final, y un ataque de decencia, decidieron dejarlo solo en The Renegade. En lo que no les tembló el pulso a la hora de copiar fue con el tema de entrada. Y digo copiar y no plagiar porque luego decís que exagero, pero para mí el plagio era más que evidente. Comprobadlo vosotros mismos. Este era el tema de The Ultimate Warrior:
Y este el de The Renegade:
No me vais a discutir que el parecido es más que evidente, ¿verdad?
La WCW ya tenía al luchador que buscaba. Ya le había dado el look que deseaba y ya le había provisto de un tema de entrada pegadizo. Ahora solo tenía que convencer a sus fanáticos que The Renegade era el no va más. Y si se trata de convencer a los fans del wrestling, no había nadie como Hulk Hogan. El Hulkster se marcó esta alucinante promo en la que dijo que The Renegade era el hombre que “llevará la Hulkamania al siglo XXI”:
Con esta presentación no era de extrañar que cuando The Renegade hizo acto de presencia en Uncensored’95 fuera recibido con una ovación por el público. La semilla ya estaba plantada, ahora solo hacía falta regarla. Para potenciar su personaje, la WCW decidió darle a The Renegade un título. Ese era el empujón que creían que necesitaba para convertirse en estrella. Así fue como The Renegade consiguió ganar el WCW World Television Championship al derrotar a Arn Anderson en The Great American Bash’95. Si bien este título era el tercero en importancia de la empresa, tras los campeonatos World Heavyweight y USA, tenía mucho prestigio gracias al contar entre sus ganadores a ilustres nombres como Ric Flair, Dusty Rhodes o Roddy Piper.
The Renegade ya era campeón, pero aún existía un gran problema que hacía difícil que el público cayera rendido a sus pies: era un auténtico desastre en el cuadrilátero. La WCW le había pedido que intentara copiar las formas y los movimientos de The Ultimate Warrior, pero lo único que supo copiar The Renegade fue la incapacidad del Warrior para desempeñar su trabajo. De hecho, el Wrestling Observer Newsletter le declaró “Peor Wrestler” de 1995. La WCW se puso a buscar soluciones inmediatamente. La primera fue enfeudarlo con alguien de gran talento para que tapara sus carencias en el ring. El elegido fue “Mr. Wonderful” Paul Ondorff, que retó a The Renegade a un combate titular. La pelea se llevó a cabo en Bash at the Beach’95, en un combate que fue catalogado como uno de los peores de la historia. Tuvieron una revancha casi igual de lamentable en Clash of the Champions XXI. Tras eso la empresa perdió las esperanzas depositadas en él y le hizo perder el título con Diamond Dallas Page en Fall Brawl’95.
Pero eso no fue todo. La WCW le había adjudicado a The Renegade un mánager de relumbrón, Jimmy Hart, con la intención de que este le hiciera brillar en las promos. Pero Hart tampoco estaba para muchos trotes en aquellos momentos y fracasó en la misión encomendada. En lo que no falló fue cuando la empresa le ordenó humillar a The Renegade. Durante la emisión del programa Nitro del 6 de noviembre de 1995, Hart le lanzó cerveza a la cara a The Renegade y con una toalla le borró la pintura de la cara. Por si esto no fuera poco, Hart lo remató dedicándole estas duras palabras: “No eres The Renegade. No eres nada. Eres un don nadie. Eres simplemente Rick”. Eso no solo fue el fin del personaje, también supuso la defunción de su carrera.
Por motivos contractuales, The Renegade permaneció en la WCW hasta 1998. Hasta entonces lo único que hizo fue acumular derrota tras derrota, la mayoría en dark matches, combates que se celebran antes de un PPV o programa de televisión y que nunca son emitidos. El 7 de diciembre de 1998 realizaría su última aparición en Nitro, siendo derrotado por Wrath. Tras esto, la WCW dio por finalizada su relación laboral.
Wilson intentó infructuosamente que alguna empresa independiente le fichara. Corrió la misma suerte buscando conseguir un contrato para luchar en Japón. Nadie estaba interesado en fichar un paquete como él que encima tenía la imagen tan deteriorada. Cuando Wilson fue consciente que su carrera estaba acabada cayó en una profunda depresión que le llevó a tomar una trágica decisión. El 23 de febrero de 1999, decidió suicidarse disparándose un tiro en la cabeza. Tenía solo 33 años.
Rick Wilson alias The Renegade fue diseñado para triunfar y acabó siendo incapaz de alcanzar el estrellato. Lo que nadie pudo nunca prever fue el precio que él mismo se haría pagar por su fracaso. Wilson aspiraba a formar parte de la lista de los mejores wrestler de la historia y solo consiguió que su nombre figure en la larga lista de juguetes rotos del mundo del espectáculo. Lamentablemente solo fue un caso más y no el último precisamente.