El pasado día 11, y en un ataque de temeridad por mi parte, cometí la osadía de ver el primer episodio del reboot de “Kung Fu”. Mis expectativas eran bajas, así que no me sorprendió para mal el pobre nivel que exhibe la serie. Siendo honesto he de decir que en ningún momento me llegué a aburrir, pero tampoco me quedé con ganas de más. Es tan solo otra serie genérica y repleta de clichés con la que rellenar la programación. Puedes cambiar a la experta en artes marciales que protagoniza la serie por una superheroína o una policía de turbio pasado y el resultado sería prácticamente el mismo. Hay un molde hecho de donde salen un gran número de series con el fin de llenar la parrilla y “Kung Fu” solo es una más de ellas. Cómo os digo, no me llevé ninguna sorpresa. Es más, ya os comenté hace un tiempo la mala pinta que me daba este reinicio. Lo único que hice fue confirmar mis sospechas.
No os creáis por eso que este reboot ha sido el primer intento desesperado de sacar réditos del legado de la serie clásica de “Kung Fu”. Es que por no ser no ha sido ni el segundo. De esto mismo os quiero hablar hoy. Así pues, poneos vuestras vestimentas de monje shaolin y dejadme que os cuente los anteriores intentos de revivir la serie “Kung Fu”.
Voy a poneros brevemente en antecedentes. “Kung Fu” llegó a la televisión el 22 de febrero de 1972 a través de un telefilme lanzado a modo de episodio piloto. En él veíamos como Kwai Chang Caine, interpretado por David Carradine a pesar de que en un principio la idea era que el protagonista fuera Bruce Lee, era aceptado en un Monasterio Shaolin en el que se prepara para ser sacerdote, Shaolin evidentemente, y se convierte en un experto en artes marciales. Allí es entrenado por un maestro ciego llamado Po. Ya sabéis, el que le da a nuestro protagonista el apodo de “Pequeño saltamontes”. Pues bien, este maestro es asesinado por el sobrino del Emperador y Caine, totalmente poseído por la ira, venga su muerte matando al sobrino. Es por eso por lo que ponen precio a su cabeza, cosa que hará que Caine huya a Estados Unidos y vaya en busca de su hermano Danny.
El éxito del telefilme propició el nacimiento de la serie. Una serie que se mantuvo en antena durante tres temporadas, entre 1972 y 1975, en la que se pudieron ver 62 episodios.
En 1986, y en plena fiebre por traer de vuelta a series clásicas, llegaría “Kung Fu: La película”. En esta ocasión Kwai Chan Caine, de nuevo interpretado por David Carradine, tenía que enfrentarse… ¡A su propio hijo! Un vástago del que desconocía su existencia hasta que tiene que hacerle frente. Lo bueno del caso, y en un acto de justicia poética, es que su hijo estaba interpretado por Brandon Lee, hijo de Bruce, quién en un principio no estaba muy convencido de aceptar el papel pues temía que siendo hijo de quien era lo encasillaran en producciones relacionadas con las artes marciales. Afortunadamente para todos aceptó la propuesta porque sus apariciones son de lo mejorcito de la película. Una película que, por cierto, aquí nos llegó a través del VHS y que hoy día está editada de forma no muy legal en DVD.
“Kung Fu: La película” se estrenó el 1 de febrero de 1986, curiosamente en el día del vigesimoprimer aniversario de Brandon Lee, y a pesar de ser francamente entretenida no alcanzó la repercusión necesaria para que la cadena CBS se animara a producir una serie o más telefilmes. O por lo menos no con el personaje de Kwai Chang Caine.
Así es, porque en 1987 llegaría “Kung Fu: The next generation” y de nuevo con Brandon Lee, aunque esta vez como protagonista. Lee interpreta a Johnny Caine, tataranieto de Kwai Chan Caine, que vive con su padre, también llamado Kwai Chang, que intenta librarle de que caiga en una vida delictiva.
Se realizó un piloto para intentar vender la serie, pero el plan fracasó estrepitosamente. Nadie mostró el más mínimo interés. Finalmente, la CBS programó “Kung Fu: The next generation” dentro de su espacio “CBS Summer Playhouse” en el que emitían pilotos de televisión no vendidos. Las críticas que recibió “Kung Fu: The next generation” fueron atroces. De hecho, a día de hoy los fans más acérrimos de la serie original siguen renegando de esta continuación.
Saltamos a 1993, momento en el cual había un auge de producciones de artes marciales debido en gran parte al éxito de Jean-Claude Van Damme y Steven Seagal. Eso animó a Prime Time Entertainment Network a producir “Kung Fu: La leyenda continúa”, que traía de vuelta a David Carradine como Kwai Chang Caine, pero no el original sino su nieto. Parece ser que en esta familia todos se llaman igual. Al igual que su abuelo, Caine era un sacerdote Shaolin. Vivía en un templo junto a su hijo Peter hasta que un día un incendio destruyó el templo. Fue entonces cuando padre e hijo separaron sus destinos, ya que ambos creían que el otro había perecido en el incendio. La serie se iniciaba con Kwai Chang yendo en busca de su hijo, interpretado por Chris Potter, el cual ahora es policía. A partir de entonces, padre e hijo vivirán aventuras juntos.
La idea no parece el no va más, pero funcionó a las mil maravillas. Se mantuvo en antena durante cuatro temporadas, una más que la serie original, y su cancelación no fue debida a la consabida falta de audiencia, sino que Prime Time Entertainment Network cesó su actividad y ninguna otra productora quiso continuar con la serie.
Aquí primero el episodio piloto nos llegó vía videoclub bajo el título de «Kung Fu: El retorno de una leyenda». Luego fue emitido por TVE al igual que el resto de la serie. Actualmente dicho piloto puede conseguirse en DVD en una de esas ediciones piratonas que pululan por las tiendas.
“Kung Fu: La leyenda continua” marcó el final de la saga de Kwai Chang Caine. El actual reboot va por libre y poco o nada tiene que ver con la serie de los años setenta.
Por cierto, como comentaba al inicio, Bruce Lee tenía que haber sido el protagonista de la serie. De hecho, la idea de la serie fue suya en gran parte. Lee nació en San Francisco y es allí precisamente donde se desarrollaba la siguiente serie de cuyo regreso os quiero hablar.
“Las calles de San Francisco”
Emitida entre 1972 y 1977, en la que contó con la friolera de 120 episodios, “Las calles de San Francisco” no pasaría de ser otra serie de procedimientos policiales del montón de no ser por el carisma de sus protagonistas. Karl Malden, ganador de un Oscar en 1954 al mejor actor secundario por “Un tranvía llamado deseo”, interpretaba a Mike Stone, un veterano policía asignado al departamento de homicidios de San Francisco. Su nuevo compañero es Steve Keller, un joven inspector con poca experiencia. Keller estaba interpretado por un joven Michael Douglas, en uno de sus primeros papeles relevantes.
Ambos inspectores iban resolviendo los diferentes casos a los que se enfrentaban a la vez que iban forjando una relación de mentor-alumno que de tan estrecha casi era como de padre-hijo. Curiosamente, en la vida real Malden y Douglas tuvieron una relación así gracias a la serie. Douglas abandonó la serie tras cuatro años y fue sustituido en la quinta y última temporada por Richard Hatch, que tras esta serie alcanzaría la fama gracias a “Galáctica, estrella de combate”.
En 1992 llegaría “Regreso a las calles de San Francisco” en la que Karl Malden volvía a ponerse en la piel de Mike Stone, ahora ascendido a Capitán, que vuelve a las calles para descubrir al asesino de su excompañero Steve Keller. Michael Douglas declinó aparecer en este telefilme, pero varias imágenes suyas procedentes de la serie original fueron usadas a modo de flashbacks. A Richard Hatch parece ser que ni se le ofreció la posibilidad de retomar su papel.
A pesar de que “Regreso a las calles de San Francisco”, que aquí emitió TVE, tuvo una audiencia más que aceptable, la propuesta de realizar una nueva serie de televisión no fue aprobada.
Y eso es todo. Espero que la lectura del articulo de hoy no os haya hecho entrar ganas de practicar kung fu por las calles de San Francisco. Eso sí, espero que tengáis ganas de seguir recordando regresos de series clásicas. Os emplazo a hacerlo en la tercera entrega de esta saga que prometo que llegará en breve a este humilde blog.