Series de televisión olvidadas (II)

Estar implicado en la elaboración de este magnífico a la par que magnificente blog, supone para mis aturdidas neuronas un ejercicio muchas veces excesivo pero que también muchas veces me lleva a reproducir conexiones memorísticas que me dejan clavado por lo olvidadas que estaban es vete a saber tú qué recóndito lugar de mi cerebro. Esto pasa tanto o más con las publicaciones en nuestros perfiles de Facebook y de Twitter, que tanta alegría llevan diariamente a miles y miles de viejun@s que gracias a nosotros podrán conservar durante un poquito más de tiempo esos dulces recuerdos que hace ya tantos y tantos años se produjeron.

Y de repente, cuando estás inmerso en la búsqueda de elementos viejunos, sucede … no sabes bien bien cómo, pero de la zona más oscura de la memoria brota una imagen que te hace exclamar interiormente: “¡La re-h*st*a p*t4!” Pues bien, lo que generalmente hago es anotar estos bellos momentos por si alguno de esos recuerdos me pueden servir para algo en un futuro post o publicación.

La semana pasada Alex inició de manera genial una serie de artículos sobre series de televisión olvidadas y repasando mis notas creo que algunos de esos recuerdos que os he comentado en los párrafos anteriores tendrían cabida en la citada serie. Quiero aclarar que voy a exponer series que sé que vi y que recuerdo haber visto, pero de las cuales tengo una vaga pincelada en mi memoria visual. No me marcaron tanto como, por ejemplo, “Bajo la montaña”, “La abeja Maya” o “Valle secreto”, pero estoy convencido de que alguna manera fueron partícipes de mi infancia y que, de vete a saber tú cómo, son parte implicada y responsable aunque sea de una manera mínima del cómo soy y del porqué soy quién soy. Vamos al lío.

Morfo

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Cuando hace poco me reencontré con la imagen de Morfo y sufrí una brutal patada interna a mis recuerdos me di cuenta de que aún quedan miles de caminos de mi memoria por recorrer. Morfo era el típico producto maltratado por la televisión estatal ya que era algo que tengo la sensación que se hacía servir de relleno para cubrir franjas de tiempo muertas entre programas. He estado repasando algunos vídeos del personaje y encuentro totalmente injusto este uso, realmente es un producción de muchísima calidad que pasó con más pena que gloria por nuestras pantallas. Supongo que cuando se compraron los derechos de emisión no debieron suponer un desembolso demasiado elevado, a parte, no se tenía que doblar a Morfo, por lo que el ahorro era incluso mayor.

Cabe destacar que el personaje fue creado en 1977 por Peter Lord para la BBC estando trabajando para el estudio “Aardman Animantions”, especialistas en la animación de modelos de plastilina (posteriormente, en 1989, Lord colaboró con Nick Park en la producción más famosa del estudio: “Wallace and Gromit”). Las primeras emisiones de Morfo se englobaron dentro del programa “Take Hart” del animador infantil Tony Hart (archiconocido en el Reino Unido). Aquí os dejo un video de una de las primeras apariciones del personaje en la televisión inglesa:

¿Alguien recuerda si en la versión que se emitió aquí la voz en off siempre se despedía del hombre de plastilina con la frase «¡Buenas noches Morfo!»? ¿Es posible? Es algo que me ronda por la cabeza pero no soy capaz de clasificarlo como algo real o una simple deformación de mis recuerdos.

Mayka, la niña del espacio

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Serie ultra freak que llegó procedente de Checoslovaquia. Fue realizada en 1978 pero se emitió en TVE-2 por primera vez en 1985. Más tarde se reemitió dentro del programa “Cajón desastre” presentado por Miriam Díaz-Aroca. La serie consta de una única temporada de 13 episodios. Poco recuerdo de ella pero la acción de la serie se centraba en la llegada de un ser extraterrestre que adoptaba la apariencia de una niña (Mayka). Sí que me quedó un detalle bastante grabado en la memoria (y creo que no soy el único que recuerda sólo esto de la serie): el cinturón que tenía Maika que tenía que ir recargando con una especie de pilas y que le permitía realizar maravillas fuera del alcance de los simples humanos como duplicar objetos o andar sobre el agua (de hecho así, imitando a Jesús en su célebre paseo flotante, es como los habitantes de Čabovce ven por primera vez a la visitante del planeta Gurun). La serie se basaba más en cómo un niña intentaba entender el mundo de los adultos que en el hecho de que esta fuese una extraterrestre.

Como curiosidad os comento que al final de la serie el servicio secreto destruye la fuente de energía que permite a Mayka realizar sus maravillas y se descubre que en realidad se trata de un robot. Después de esto se despide de sus amigos y vuelve a su planeta natal con la promesa de volver (¿no os suena esto a una producción posterior de Spielberg que trata sobre las andanzas de un ser venido del espacio?). La serie se basaba en un libro, el final distaba bastante del original ya que en la obra literaria Mayka acababa muriendo.

Chocky

Otra rareza televisiva basada en las andanzas de un extraterrestre de la qual solo tengo pequeños destellos en forma de piramide giratoria y de cabeza de niño verde. Me refiero, evidentemente, a los títulos de crédito:

Para ser una serie enfocada al público infantil te los pone bastante por corbata, ¿no?

Chocky es mucho más inquietante y oscura que Mayka, ya que si la primera tenía un punto de candidez y de visión infantiloide sobre la llegada de un visitante de espacio exterior, la producción inglesa basada en la homónima novela del escritor John Wyndham tenía un punto más oscuro y tenebroso al relatar cómo un visitante se colaba en el interior de la mente de un niño superdotado para recabar información sobre el planeta tierra y sus habitantes. La serie constaba de seis episodios y posteriormente se realizaron dos temporadas más tituladas “Chocky’s Children” y “Chocky’s Challenge” pero que nunca llegaron a emitirse aquí.

Rudiger el pequeño vampiro

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Otra serie basada en una novela. La historia se centraba en uno de los mitos que ha llenado la imaginacón humana durante siglos: el vampirismo, pero esta vez desde la visión de un vampiro que se convirtió demasiado joven, de hecho, siendo un niño, una visión que años después nos reencontramos de una manera mucho más dura y cruel en la obra “Entrevista con el vampiro”. Recuerdo haber leído alguna de las novelas y haver visto la serie. De los libros recuerdo las fantásticas ediciones de Alfaguara que te invitaban a leer solo con ver las increíbles ilustraciones y con el tacto de papel de calidad que percibías al tenerlas en las manos.

De la serie, pues aunque parezca idiota lo que más recuerdo es el pelazo de Rudiger, con el que me identificaba totalmente con él en aquella época (actualmente por suerte aun conservo bastante pelo, mucho más que muchos de mi generación, pero ya no poseo tales volúmenes imposibles en mi cabellera)

A pie, en bici o en moto

De hecho este último producto audiovisual que hoy os comentaré no se trata de una serie de televisión al uso con su trama y sus personajes, se trata de una serie de programas que produjo TVE en 1982 con el ánimo de ofrecer un producto de educación vial a toda una generación de niños y niñas que nos habíamos acostumbrado a viajar en el asiento delantero del coche sin cinturón de seguridad. Presentado por una jovencísima y “másqueapeticibleenesemomento” Victoria Abril y dirigido por Francisco Oleza, se rodaron 13 episodios de media hora de duración y se emitieron una sola vez entre setiembre y diciembre del 82. No existe demasiada información en la red sobre el programa y prácticamente la única referencia que se puede encontrar es este recorte de periódico publicado en el diario ABC:

 a pie en bici o en moto

Recuerdo únicamente uno de sus episodios. En él se quería demostrar la eficacia de tres diferentes métodos de transporte: el autobús, la motocicleta y el coche. Para ello se proponía un reto: ¿cuál de los tres podría llevar antes a todo un grupo de niños de su casa al colegio? No hace falta ser un genio para deducir que evidentemente ganaba el autobús, que la batalla la tenían perdida de antemano tanto la moto como el coche y que la apuesta era en si misma bastante demagógica. Pero si nos intentamos poner en la piel de un país que acababa de salir de cuarenta años de dictadura, que el máximo logro que la mayoría de personas tenía en mente era el de poseer un coche de propio y que aquello del transporte público en aquel momento parecía algo destinado a perdedores, jubilados y/o enfermos, el objetivo pedagógico del experimento que se planteaba tenían mucha más intención de fondo que lo que a simple vista no podría parecer.

¿Os acordáis de alguna de estas producciones? ¿Podéis aportar algún dato más de los que mi devastada mente recuerda? Toda aportación será bienvenida.

Tomad la medicación…