Disculpadme si os pido que os pongáis de pie. Permitidme que os anime a alzar vuestra mirada al infinito… Oremos. Dejad que os susurre al oido estas palabras: Alzad vuestros corazones a Jon Ritman ya que en verdad os digo que su obra maestra de los 8 bits “Batman” es una de las más importantes joyas de la historia de los videojuegos. Y perdona, oh caballero oscuro, a todos aquellos viejunos y viejunas que en su día no disfrutaron de tan magna maravilla con sus ZX Spectrum y no te ayudaron a conseguir las 7 piezas de tu Batmóvil. Alabada sea la perspectiva isométrica. Amén.
Corría el año 1986 cuando Bernie Drummond (grafista) y Jon Ritman (programador) diseñaron y programaron el primer videojuego basado en las aventuras del guardián de Gotham. El resultado no pudo ser mejor. Cuando finalmente Ocean Software lanzó al mercado “Batman”, éste revolucionó totalmente lo visto hasta entonces en el mundo del entretenimiento interactivo digital. Nunca antes jamás se había logrado algo tan parecido a estar inmerso en el juego como se conseguía con la sensación de tres dimensiones que daba la perspectiva isométrica. Sinceramente estos ojos viejunos que os hablan se quedaron como platos la primera vez que fueron a casa de un colega y vieron el juego. Pero vayamos por partes.
El objetivo del juego es bastante sencillo. El Joker ha secuestrado a Robin, y Batman lo tiene que rescatar. ¿Es eso lo que haremos durante el juego? Para nada. Da la casualidad que justo antes de ser secuestrado Robin estaba reparando el Batmóvil, y para ello lo había desmontado en siete partes que se encuentran diseminadas por la Batcueva. Lo que tendremos que hacer es recuperar las siete piezas para poder montar de nuevo el vehículo de Batman y así pueda salir al rescate de su fiel amigo y compañero de mil y una batallas. Esa es nuestra misión, ni más ni menos.
Para recuperar las piezas tendremos que ir recorriendo las salas de la Batcueva y, de paso, ir recuperando los ítems que dan al caballero oscuro sus poderes. Recordad que Bruce Wayne no tiene de por sí ningún poder sobrehumano, la tecnología es la que se los da. A lo largo del juego podremos encontrar para equipar a Batman los siguientes gadgets:
- Una Batbolsa: con ella podremos recoger y llevar encima objetos, entre ellos los otros que nos dan habilidades especiales
- Unas Batbotas: nos permitirán saltar (hasta el momento en que las tengamos no lo podremos hacer)
- El Jetpack: nos permitirá controlar a la perfección nuestra caída al saltar desde sitios elevados
- El Batcinturón anti-gravedad: con él podemos mantenernos mucho más tiempo en el aire al saltar
También iremos encontrando por el camino pequeños objetos que nos darán, durante un tiempo limitado de tiempo, poderes especiales como la inmunidad o el poder movernos más rápido. Se agradece también el hecho de que Ritman dejase diseminadas por toda la Batcueva una serie de Batpiedras que al recogerlas nos permiten volver al punto donde fueron recogidas, con las mismas condiciones y poderes, al perder una de las ocho vidas de las que disponemos para terminar el juego. De esta manera al morir no teníamos que volver a empezar desde el principio otra vez.
La acción se desarrolla moviéndonos de habitación en habitación, y en cada una de ellas deberemos conseguir llegar a la siguiente (o siguientes) puerta que nos permitirá avanzar. El planteamiento de las habitaciones es muy interesante ya que siempre suponen una especie de acertijo que deberemos solucionar con una mezcla de lógica y habilidad. Y generalmente (repito: generalmente) sólo hay una manera de hacerlo correctamente, cualquier otra combinación de movimientos u orden en los mismos nos llevará irremediablemente a la pérdida de una vida. Algunas de las estancias son endiabladamente difíciles de superar y tener éxito en ellas es todo un quebradero de cabeza.
Os tengo que confesar una cosa: jamás conseguí terminar el juego. A pesar de que me pasé horas y horas con él (vale, muchas de ella viendo cómo se cargaba la cinta en mi ZX Spectrum 48k), a pesar de dejarme la vista en ello, a pesar de las ampollas que generaron en mis púberes dedos el teclado de goma al estar tanto rato intentando superar a base de rápidos movimientos las habitaciones más difíciles de juego, a pesar de todo ello, no lo logré. Fracasé, lo reconozco. Y creo que una de las razones, viéndolo en perspectiva (¿captáis la gracia de usar esta frase hablando sobre éste juego?), fue la inmensa complejidad del mapa. Nunca pude hacerme una imagen mental real de cómo estaban situadas espacialmente las estancias. Además tened en cuenta que la acción no solamente se desarrollaba en un piso, no no, había diferentes niveles en la Batcueva y llegar a depende qué lugares era todo un reto dificilísimo. Aquí os dejo esta imagen para que os deis cuenta de la complejidad del tema, por cierto, si la hubiese tenido en los 80 quizá otro gallo me hubiese cantado y este párrafo sobre mi derrota jamás hubiese sido escrito:
Y aquí otra versión de la época:
A pesar de no lograr terminarlo nunca, os puedo asegurar que fue uno de los juegos con los que más disfruté. Me encantaban algunas de las habitaciones y el reto que suponía superarlas. También me sorprendió mucho un pequeño detalle. Yo no sé si fue el primer juego donde pasaba algo así, pero en mi caso sí que fue la primera vez que lo vi: si dejabas de jugar durante un tiempo «x», Batman se giraba hacia ti y empezaba a dar golpes con el pie en suelo mirándote con cara de decir: “¿Qué?, ¿me vas o mover o llamo a Catwoman para que me ronronee?»
Visto con los años quizá se pueda decir que el argumento del juego en el fondo no tenía demasiado sentido. ¿Cómo es posible que a Robin le diese por repartir las partes del Batmóvil por toda la Batcueva? ¿Le estaba gastando una broma pesada a Batman? ¿Por qué Batman tiene plagada la Batcueva de armaduras andantes, perros rabiosos y otras criaturas que pueden acabar con su vida? Y ya puestos, ¿por qué no tiene un mapa de una lugar tan importante para él? También es un poco “inocente” que el juego termine justo cuando en teoría la acción y la aventura están a punto de comenzar. Si os dais cuenta terminamos con la seguridad de tener el Batmóvil montado pero con una incertidumbre muy grande sobre el futuro de Robin. ¿Será Batman capaz de rescatarlo? Nunca lo sabremos. Pero dejando de lado todas estas cuestiones cabe afirmar que “Batman” es una maravilla de juego y que en su diseño se sacó el máximo partido a las posibilidades técnicas de los ordenadores de 8 bits para los que se desarrolló (Spectrum, Amstrad CPC y MSX). Años más tarde Ritman repitió con creces el éxito con otro juego isométrico que hizo historia: «Head Over Heels» (1987).
Aquí os dejo un pequeño gameplay del juego y si queréis recordar viejos tiempo echando una partidita lo podéis hacer en este enlace (necesitáis tener Java instalado):
¿Y vosotros qué viejun@s? ¿Recordáis el juego? ¿Estuvisteis muchas horas intentado pasar las interminables y difíciles habitaciones? Contad, contad…
Tomad la medicación…
