Viejun@s, este va a ser un post bastante diferente a los que he escrito hasta el momento en este blog. Voy a imitar lo que hizo Alex hace aproximadamente un año y os voy a recomendar un libro. Vale, de acuerdo ávido lector de este maravilloso rincón de sabiduría, como bien recordarás, él recomendó 5 libros y yo me voy a centrar en uno. ¿Soy un vago? Bueno, pues quizá sí, pero dejaremos este manido (por parte de mis padres) debate e intentemos centrarnos en el tema que nos ocupa. Antes de seguir os remito de nuevo al post de mi compañero de aventuras, ya que sus consejos sobre posibles lecturas siguen siendo totalmente vigentes y os pueden dar más de una pista sobre qué regalar a vuestro viejuno o viejuna preferida del asilo. Porqué de esto va todo este rollo que os estoy metiendo, si no lo recordáis hoy es el día del libro, ese día en el cual se venden, compran y regalan más libros que en el resto de días del año juntos, cosa que tampoco implica que hoy sea el día que se lea más o el día en que la gente empieza a leer más libros, simplemente es el día en el que la gente que normalmente no es consumidora de literatura el resto del año, hace una donación cual mecenas del renacimiento a la industria bibliográfica. A pesar de todo creo que es un gran día, un día en el que se celebra algo que encuentro maravilloso, la lectura, y de todo que he leído últimamente “Ready Player One” es con lo que mejor me lo he pasado. A continuación os voy a intentar explicar los porqués.
Cuando uno se plantea realizar un libro en el que plasmar lo que para él supuso una época histórica concreta (centrémonos en los 80) se te abren diferentes posibilidades:
- Crear un compendio de fotografías en formato de libro con unos textos ínfimos de más o menos calidad que te asegurarán, si la distribución es la correcta, unas buenas ventas, pero que no te llevarán a ganar ningún premio literario (normalmente este tipo de producto provoca lipotimias entre sus lectores causadas por la cantidad ingente de veces que mentalmente repiten la frase “¡Qué recuerdos!”).
- Crear un compendio de recuerdos sustentados con buenos textos y reafirmados con fotografías y datos que atraerá a gente ávida de buena lectura pero que te dejará los bolsillos igual o peor que antes de empezar tu aventura. Algo así como una miscelánea de recuerdos hilvanados bajo un leitmotiv común. Creo que aún no se ha publicado tal maravilla, o al menos una de gran calidad, o yo no la conozco. Quizá algún día alguien se decida de una p%t$ vez a escribirla… estaremos atentos.
- Escribir una novela ambientada en la época (recordemos, los 80), que explique una historia más o menos buena y llenarla de referentes, puestos con más o menos gracia. El problema de este tipo de novelas es que generalmente la historia es independiente a la época, y por tanto ésta podría suceder en los 80, en la actualidad, o en época de Nerón.
Existe una cuarta vía, la que a mi entender ha llevado al éxito al escritor Ernest Cline. Una vía que para mí bebe de muchas fuentes: “Matrix», “Charlie y la fábrica de chocolate”, “Brazil”… y de hecho lo hace de una manera descarada y sin complejos, pero que tiene una magia implícita que radica en cómo Cline mezcla estos elementos y nos los presenta de una manera como jamás nadie había hecho hasta ahora.

Recordad viejun@s que inventar no es nada más que saber combinar de la mejor manera cosas que ya existen. Reflexionad unos instantes sobre lo que explica la sinopsis que se encuentra en la contra portada del libro:
«Estamos en el año 2044 y, como el resto de la humanidad, Wade Watts prefiere mil veces el videojuego de OASIS al cada vez más sombrío mundo real. Se asegura que esconde las diabólicas piezas de un rompecabezas cuya resolución conduce a una fortuna incalculable. Las claves del enigma están basadas en la cultura de finales del siglo XX y, durante años, millones de humanos han intentado dar con ellas, sin éxito… «
¿No os parece una idea maravillosa ambientar una historia en el 2044 y que esta sirva de excusa para hablar de los últimos 25 años del siglo XX? Es, a mi modo de ver, dar la vuelta a lo que parecería obvio y así quitar la presión de tener que recrear los 80, de manera que los referentes usados son el hilo conductor de algo que sucede en un futuro distópico (sí, las descripciones de los escenarios nos llevan irremediablemente a los rincones más sórdidos de “Blade Runner”).
No os quiero dar demasiadas pistas sobre lo que pasa en el libro, pero muy pronto se explica que el protagonista Wade Watts (cuyo nombre aliterado fue un homenaje de su padre a los alteregos de los superheroes de Stan Lee) descubre la primera llave que abrirá el camino para intentar llegar al huevo de pascua que el inventor de OASIS, James Halliday escondió en el juego justo antes de morir. Según el testamento de Hallyday quien encuentre las tres llaves que llevan al huevo de pascua será el heredero del imperio que supone OASIS, un juego al que millones y millones de personas y empresas acceden a diario en el mundo entero. ¿Si os menciono a Willie Wonka no se os crea una conexión neuronal de manera inmediata? Para llegar a encontrar el secreto, Wade (“Parzival” cuando se encuentra dentro de OASIS) deberá solucionar una serie de enigmas que le harán demostrar sus conocimientos sobre las obsesiones ochenteras de Hallyday: películas, videojuegos, música, estética… Y las referencias a todos estos campos son numerosas y sí, si has vivido tu infancia entre “The Goonies”, «La chica de rosa«, “Pac-man”, “Rush” o queriendo imitar el aspecto tu grupo de rock favorito, lo que de hecho hace “Parzival” en la novela cuando está dentro de OASIS no es vivir las fijaciones de Hallyday, lo que hace es, a cada paso que da, hacerte recordar cuáles fueron, y seguramente siguen siendo, las tuyas. De una manera muy sutil te están explicando tu historia, o visto de otra manera, muchas de las cosas sobre las que se habla en libro son parte de lo que tú eres. (¿no os da todo esto un aire a «La historia interminable»?)
Personalmente este libro me ha enganchado. Seguramente a nivel literario no es una obra que pasará a la historia como el nuevo “Ulises” de Joyce, pero su estilo directo (a mi la manera como está redactado me recuerda mucho a cómo lo hizo Henri Charrière en las imprescindibles“Papillon” y “Banco”) la acción frenética, y esa empatía que en todo momento me ha hecho esperar al siguiente reto y al siguiente referente, hacen de “Ready Player One” la novela ochentera por excelencia, cuando paradójicamente la acción de la historia se desarrolla sesenta años después. También me ha gustado mucho poder identificar referencias y referentes muy sutiles que no están mencionados de manera explícita, pero que he podido reconocer como pequeños “huevos de pascua” dentro de la novela. Si os animáis a leerla sabed que están ahí, esperando a que los descubráis.
He leído en críticas y opiniones que hay quien se queja de que hay demasiadas referencias a videojuegos. Bueno, quizá sea así, pero es que yo me pasé tres cuartos de mi infancia enganchado a decenas de ellos, como ya os he explicado más de una y más de dos veces en la sección RetroBits. Como imaginaréis y entenderéis yo no puedo encontrar eso criticable.
Ernest Cline ya ha vendido los derechos de su novela para que sea llevada a la gran pantalla. Y si bien os podríais esperar a descargaros una versión asquerosa de la película grabada con un móvil para saber cómo se desarrolla y cómo acaba la historia, mi consejo personal es que os hagáis con la novela y que os dejéis llevar por todos esos rincones nostálgicos de vuestra devastada memoria que, a bien seguro, el libro de Ernest Cline os hará rebrotar durante el transcurso de su lectura.
Tomad la medicación…
P.S: Ni la editorial ni el señor Cline han patrocinado este post… pero si quieren hacerme llegar su agradecimiento por el post en forma de maquina arcade del Out Run o de Delorean DMC-12, les estaré eternamente agradecido.