Buenos días viejunos, ¿cómo lleváis el frío? ¿Ya habéis ido a vuestro CAP más cercano para que os pongan la vacuna de la gripe? Vigilad que llegados a estas edades cualquier pequeño achaque puede ser el último. Bueno, al lio…
Corría el año 1985 y el programa 1,2,3 responda otra vez, el concurso de más éxito por entonces de la televisión estatal, comenzaba una nueva etapa. Era costumbre del programa tener una mascota que representaba el peor premio que los concursantes se podían llevar. Hasta entonces habían sido mascotas Ruperta y Botilde. Esta última no gustó mucho a la audiencia, quizá porqué en un país que estaba aún saliendo de la dictadura no atraía demasiado la imagen de una bota sucia, pobre y vieja. Si triunfó aún y así un juguete con la forma de Botilde que tenías que engancharte en un tobillo e ir dándole vueltas mientras con la otra pierna saltabas:
En la nueva etapa del 1,2,3 responda otra vez la nueva mascota fue El Chollo y se diferenció de sus antecesores ya que no representaba el peor premio, si no que si alguien ganaba El Chollo podía elegir cualquier premio que hubiese salido durante la fase de «la subasta». Aquí tenéis la cabecera del concurso con nuestro amigo rosa como protagonista:
httpv://www.youtube.com/watch?v=GbMoRDdDVPE
La voz del Chollo es la del mismísimo Chicho Ibáñez Serrador, el director del programa, que tenía por costumbre poner la voz a las mascotas del concurso. Como dato curioso os diremos que Chicho se estrenó como doblador de dibujos animados en el primer doblaje de la película Bambi interpretando al conejo Tambor.
En programas posteriores apareció un nuevo compañero del Chollo que recogió el legado de las anteriores mascotas del programa siendo el representante del peor premio del concurso: no llevarse nada. La némesis del Chollo no podía ser otro que… ¡El AntiChollo! (derroche de imaginación digno del mejor buffet de naming de la época)
El hecho de que el Antichollo apareciese a posteriori justifica su ausencia en la cabecera del programa. Si alguna pareja de concursantes (y sus sufridores, ¿recordáis a «los sufridores?) tenía la mala suerte de quedarse como premio final al Antichollo se jugaba a un juego de consolación llamado «El país del Antichollo» donde se podía ganar algo de dinero:
httpv://www.youtube.com/watch?v=tLtR4N_r0fU
El juego de consolación fue un éxito e incluso se comercializó una edición de mesa para que todo el mundo pudieses jugar en casa:
Pues bien, hoy os quiero hacer recordar unos chicles que se vendieron en ese año 1985 (a 5 pesetas la unidad) y que en su interior incluían un rasca con el que podías ganar desde televisores a color (si si, en esa época aun el concepto «a color» era sinónimo de tecnología punta) hasta un Seat Ibiza (o un Panda si tenías menos suerte). La dinámica del juego era fácil, tenías que rascar alguna zona del «cromo» siguiendo la premisa del texto que te explicaban al pie y, en caso de conseguir resolver correctamente el juego tenías que enviar por correo el rasca a un apartado de correos concreto para entrar en el sorteo del premio.
Yo resolví bastantes de estos rascas pero no creo recordar haber enviado ninguno, por tanto jamás opté a ningún premio. Igualmente… ¿Qué iba a hacer a mis 11 años con un Seat Panda? ¿Realmente se plantearon que los chicles tenían un target más infantil que adulto? ¿No se podrían haber pensado mejor el tipo de premio? La justificación está, supongo, en que lo hicieron para ser coherentes con el tipo de premio que se deba en el programa de televisión.
Bueno aquí tenéis estas joyas objeto de deseo de muchos coleccionistas en la actualidad (si, si, hay gente para todo):
¿Recordáis los chicles con los «Rasca el Chollo»? ¿Si? Pues ya tenéis la confirmación de que sois más viejunos de lo que pensáis… Tomad la medicación y abrigaos bien….