Noche de paz, noche de muerte (Silent Night, Deadly Night, 1984)

EL ORIGEN:

En 1984 el cine slasher estaba en plena época dorada. No había productora que no lanzara su propio film protagonizado por un sanguinario asesino ya que el público acudía en masa a ver estas películas.

Curiosamente, los asesinos de estos films hacían de las suyas en fechas señaladas. Así teníamos “La noche de Halloween”, “Viernes 13”, “San Valentín sangriento”, “Inocentada sangrienta” (ambientada en el día de los inocentes) o “Prom night” (ambienta en el día de graduación).

Solo era cuestión de tiempo que alguien se atreviera a profanar la fecha favorita de mucha gente: La Navidad.

A pesar de que a principios de los ochenta dos films, “Feliz Nochebuena” y “Navidades infernales”, ya nos habían mostrado a un Santa Claus asesino, no fue hasta “Noche de paz, noche de muerte” (Silent night, deadly night 1984) que esa imagen triunfó entre el público.

Triunfó y despertó un gran escándalo.

TRAILER DEL FILM:

LA PELICULA:

En la Noche Buena de 1971 el pequeño Billy sufrió una experiencia traumática. Durante una visita a su abuelo, el cual está en un estado semivegetal, en el asilo donde vive, este vuelve en si y le cuenta que Santa Claus castiga a las personas malas.

Volviendo a casa junto a sus padres y su hermano Ricky ven a un hombre vestido de Santa Claus, que en realidad es un peligroso criminal que acaba de cometer un atraco con asesinato, pidiendo ayuda en el margen de la carretera. Se paran para socorrerle y este asesina a tiros al padre y degolla a la madre tras violarla (o al menos sobarle un rato los pechos). Aunque Billy es testigo de estos asesinatos, afortunadamente logra huir.

Saltamos en el tiempo hasta la Noche Buena de 1974. Billy y su hermano Ricky viven en el orfanato de Santa María. Allí Billy se dedica a dibujar Santa Claus muertos durante las clases cosa que es reprimida por la madre superiora a base de azotes.

La hermana Margaret es muy buena con él, aunque opina que necesita tratamiento psicológico , ya que cuando se acerca la Navidad afloran todos sus temores.

Billy es continuamente maltratado por la hermana superior ya sea mediante palizas y/o otros castigos u obligándole a hacer cosas que le dan pánico como sentarse en las rodillas de Santa Claus.

Hacemos otro salto en el tiempo, esta vez a la primavera de 1984. Billy encuentra trabajo en una juguetería gracias a la mediación de la hermana Margaret. Todo va bien y es feliz, pero cuando la Navidad está al caer sucede lo peor. El hombre que han contratado para hacer de Santa Claus en la tienda coge la baja y como no hay nadie más disponible, ya es mala suerte, el jefe le pide a Billy que se disfrace él.

Durante la fiesta navideña de la empresa Billy ve como un compañero de trabajo se propasa con la chica que le gusta. Esto le hace recordar la violación de su madre y el bueno de Billy, vestido de Santa Claus, enloquece y al grito de “¡Castigar!” mata a todos sus compañeros de la tienda.

A partir de aquí la película se dedica a mostrarnos todos los asesinatos, no muchos solo cinco, que comete Billy mientras se dirige al orfanato donde se crió para matar a la madre superiora.

De entre todas las muertes destaca la de la scream queen Linnea Quigley en una secuencia bastante absurda (o típica del cine ochentero donde a veces las cosas sucedían por la cara). Ella está en el piso de debajo de su casa retozando con su novio con la música puesta. Le dice a su novio que se detenga porque a oído el cascabel del gato que está afuera en la calle, lo que significa que quiere entrar. O sea, con la música puesta ha oído desde la planta de abajo el cascabel del gato que está en el exterior de la puerta de la planta de arriba. ¡Eso sí qué es tener oído! Pero eso no es lo mejor. La chica, que solo lleva unas braguitas, se pone unos shorts para ir a abrir la puerta. ¡Se tapa las bragas pero abre la puerta con los pechos al descubierto! Tras la entrada del gato, Billy derrumba la puerta, pelea con la chica y, en la secuencia más gore del film, la acaba empalando en una cabeza de ciervo. A todo eso, el novio no oye nada. Ella es capaz de oír el cascabel del gato que está en la calle y él es incapaz de oír semejante muestra de violencia. ¡Genial!

Tras este, el asesinato más divertido es aquel donde un pobre desgraciado es decapitado mientras se desliza con un trineo.

A pesar de las dosis de violencia, ninguna de las muertes es capaz de generar la más mínima tensión. Eso es debido a que los personajes son asesinados apenas cinco minutos después de aparecer en pantalla. Al no tener tiempo de empatizar con ninguno de ellos, presenciamos sus muertes sin ningún atisbo de sufrimiento por su mala fortuna.

Mientras todo esto sucede, la hermana Margaret, que ha descubierto el nuevo hobby de Billy, da la alarma a la policía que un ejemplo de ineficacia se dedica a detener o disparar a cualquier persona que vaya disfrazada de Santa Claus. Y claro, en Navidad te puedes encontrar a uno en cada esquina.

Al final, Billy es abatido a tiros cuando esta a punto de matar a la hermana Superior. Todo esto en presencia de su hermana Ricky que, frente al cadáver de Billy, pronuncia las palabras “¡Castigar!”, dejando el final abierto para una posible secuela.

“Noche de paz, noche de muerte” obtuvo un gran éxito. Eso fue debido a varias causas. A saber:

1) La fiebre por el cine slasher que había en aquel momento.

2) Su campaña de publicidad. Tras emitir varios spots por televisión las asociaciones de padres escandalizadas pidieron que se prohibiera el estreno del film. La distribuidora intento estrenarla en Navidad, pero no les dejaron y acabó estrenándose el 9 de noviembre de 1984. A pesar de los intentos de la administración Reagan para evitar que semejante película llegara a las pantallas, no pudieron evitarlo.

3) Unos críticos de cine, durante una emisión por televisión, condenaron enérgicamente la película y se dedicaron a enumerar los nombres de todos los que, de alguna forma u otra, tenían que ver con el film. Tras cada nombre, decían “¡Vergüenza!”.

Tanto escándalo beneficio a la recaudación del film que en menos de dos semanas ya había ganado el doble de lo que costó.

Pero debido a las presiones que sufría, la distribuidora decidió retirar la película de los cines tras estar menos de un mes en cartel.

No terminó aquí la carrera comercial del film, ya que un propietario de varios cines a la largo de  los USA decidió exhibirla, casi un año después de su estreno y pese a las amenazas, logrando unos importantes ingresos de taquilla.

Este segundo estreno y su salida en video terminó de hacer de “Noche de paz, noche de muerte” un negocio de lo más rentable.

LAS SECUELAS:

Noche de paz, noche de muerte 2 (Silent night, deadly night 2 1986)

Tal y como apuntaba el final del film original, Ricky continua la venganza allí donde la dejó su hermano.

De esta secuela destacaré:

1) Su desfachatez. Aprovechan 40 minutos del film original para contarnos, a modo de flash backs, porque Ricky está loco. En pocas palabras, casi la mitad del film es metraje que ya vimos en el film original.

2) Su protagonista, Eric Freeman, nos ofrece una de las peores interpretaciones de la historia. Sus intentos por parecer un psicópata en lugar de dar miedo dan vergüenza. Esta película es de visionada obligatorio para todo aquel que se quiera dedicar a la interpretación, ya que Freeman muestra todo lo que nunca, nunca, se debe hacer en un film.

3) Los asesinatos. Este film es mucho más bestia y cafre que su antecesor. De entre todas las muertes destacaría dos.

La del hombre al que Ricky enchufa a la batería de su coche…

… y aquella en la que después de atravesar con un paraguas a un hombre, lo abre.

4) Sale la scream queen Elisabeth Cayton y, como no, nos muestra su anatomía. ¿Es motivo suficiente para ver la película? Hombre, no. Pero es agradable de ver, tampoco os voy a engañar.

Este es el trailer:

Posesión alucinante (Silent night, deadly night 3: Better watch out 1989)

Ricky no murió al final de la segunda entrega, tal y como parecía, pero esta sumido en un coma del que despierta por Navidad. Mira que con la de días que hay ya es mala suerte que lo haga precisamente en ese.

Tener el cerebro metido en una burbuja de plexiglás no es suficiente para frenar los arrebatos asesinos de Ricky.

Ricky se dedicara a acosar a una pareja de novios y a la hermana ciega de uno de ellos que se han ido a pasar las navidades en una apartada cabaña a las afueras.

En 1989, el slasher ya esta en plena decadencia y este film es una clara muestra. Aburrida, absurda y lo que es peor, viendo sus predecesoras, con muy poco gore.

Por destacar algo, diremos que el film cuenta con la presencia de Robert Culp, al que todos recordaréis por “El gran héroe americano”.

Este es el trailer:

Ritos satánicos (Silent night, deadly night 4: Initiation 1990)

Tras los fiascos que resultaron ser la segunda y la tercera entrega de la saga, a nivel de público y ya no digamos a nivel de crítica, los productores decidieron contratar a alguien capaz de resucitar la franquicia.

El escogido para ese empeño fue Brian Yuzna, que había debutado un año antes en la dirección con la estupenda “Society” y que ya había demostrado que se le daban bien las secuelas, como demostró con “La novia de Re-Animator”.

Yuzna aceptó el encargo pero puso una condición: Deshacerse del lastre que suponía tener que continuar las andanzas del Santa Claus asesino y poder realizar una historia totalmente nueva. ¡Coño, Brian! Así no tiene mérito.

La trama de “Ritos satánicos” gira alrededor de las investigaciones que hace una reportera sobre la muerte de una mujer que prendió fuego a un edificio y saltó al vacío.

Sus pesquisas la llevaran a mezclarse con una extraña secta formada por brujas, que están preparando un ritual para la víspera de Navidad.

Yuzna consigue, de lejos, la mejor entrega de la serie, y no solo eso, también consigue un excelente film que contiene una generosa dosis de gore y una buena cantidad de bichos viscosos.

Tal vez el hecho de figurar como la cuarta parte de una saga jugó en contra del film a la hora de ser reconocido como se merecía.

¿Eso significa que “Ritos satánicos” es una obra maestra? No estaría seguro de afirmar eso, pero sí que se merece un revisionado y una mayor consideración. De hecho algunos, como Jesús Palacios en su indispensable guía “Goremanía”, la consideran una joya de culto. ¡Ahí queda eso!

Este es su trailer:

Juegos diabólicos (Silent night, deadly night 5: The toymaker 1991)

El buen sabor de boca que dejó “Ritos satánicos” animó a los productores a seguir confiando en Brian Yuzna para tirar adelante la quinta entrega de la saga.

Yuzna aceptó pero solo ejerció como coguionista y coproductor del film.

Un juguetero llamado, ojo al dato, Joe Petto (interpretado por un Mickey Rooney desesperadísimo por cobrar un cheque) y su hijo Pino se dedican a crear juguetes que utilizan para matar gente.

¡Atención! He dicho que el juguetero se llama Joe Petto y su hijo Pino. ¿Lo habéis pillado? ¿No? Estos guionistas se merecen un premio par ser tan sutiles.

La cosa para ellos se complica cuando un niño es testigo del asesinato de su padre perpetrado por los muñecos y cuando un joven empieza a investigar estas muertes.

Aunque entretenida la película no es nada del otro mundo y queda muy lejos de los resultados obtenidos por su predecesora.

Además, en 1990 el público ya estaba saturado de ver películas protagonizadas por muñecos asesinos. Habían visto tres entregas de las andanzas de Chucky en “Muñeco diabólico”, además de su respuesta femenina en “Dolly dearest: Jugando a matar”, la Full Moon había inundado los videoclubs con varias entregas de su saga de “La venganza de los muñecos” y  estaba a punto de estrenar “Juguetes asesinos”. Todo esto jugó en contra del film a la hora de obtener éxito.

Este es el trailer:

Con esta secuela se dio por finiquitada la saga. Actualmente se esta preparando un remake.

MI OPINIÓN:

Soy un gran fan del slasher. Siempre me han fascinado las películas en las que un asesino enmascarado o disfrazado se dedica a aniquilar personas utilizando las formas más bestias posibles.

Para mi “Noche de paz, noche de muerte” significa mucho. Cuando vi por primera vez su caratula, me queda cautivado. ¡Un asesino vestido de Santa Claus! Yo tenía que ver eso. Desgraciadamente, el video todavía no había llegado a mi casa y no me era posible ver este film.

Pero un día un buen amigo me invitó a ver una peli a su casa. Como a los dos nos gustaba el cine de terror fuimos al videoclub con la idea de alquilar “Noche de paz, noche de muerte” y cual fue nuestra sorpresa cuando vimos que habían editado su secuela. ¿Resultado? Alquilamos las dos películas. Y las disfrutamos, vaya si las disfrutamos.

Vista ahora hay que reconocer que es un film muy de su época, aunque a su favor hay que decir que sigue siendo muy ameno, que en ningún momento aburre y que la muerte de la chica siendo empalada en la cabeza de ciervo sigue impresionando 30 años después.

Ahora bien, si lo que queréis es ver un buen slasher, hay mucho mejor que este film para escoger.

Personalmente, la seguiré revisionando de tanto en tanto, por el cariño que le tengo.

Próximamente os ayudaré a recordar otro pasaje de vuestra vida.