“Los Rompecocos” (“Screewballs” 1983) es una comedia nacida al remolque del éxito de “Porky’s” que narra, al igual que aquella, las aventuras (o mejor tendríamos que decir desventuras) de un grupo de adolescentes que están obsesionados con el sexo.
La película cuenta con un guión de Jim Wynorski, de sobras conocido por los aficionados a la serie B más costrosa, que logra alcanzar las más altas cotas de zafiedad y vulgaridad jamás vistas en una comedia orientada al público adolescente.
Pero a pesar de esto, la película ha logrado pasar a la historia gracias a uno de los personajes que sale en ella y que sirvió para que muchos adolescentes de los 80 pusieran su nombre como mote a algún que otro compañero de clase adicto a, digamos, “amarse a él mismo”. Ese personaje es Melvin Pajowski.
TRAILER DEL FILM:
httpv://www.youtube.com/watch?v=GwztOTVAxwo
LA PELICULA:
Cinco alumnos de un instituto se conocen en el aula de castigo en la que han terminado por culpa de una alumna llamada Purity Busch. Estos cinco alumnos son:
Rick, el típico caradura que no duda en utilizar cualquier artimaña para ligar o simplemente meter mano a las chicas. De hecho termina en el aula de castigo ya que le pillan haciéndose pasar por médico durante la revisión de pechos (claro, claro, no hay ninguna escuela que no haga revisión de pechos a sus alumnas, ¿no?) a la que someten a las estudiantes.
Brent, el típico pijo que destaca porque siempre, y cuando digo siempre quiero decir siempre, lleva una raqueta de tenis en la mano, que termina castigado por gastar una broma subida de tono a Purity en clase de francés.
Tim, el alumno nuevo en el instituto, que es castigado por meterse “accidentalmente” en el vestuario de las chicas.
Howie, el típico empollón que lleva las gafas pegadas con cinta aislante, que acaba castigado por utilizar todos los espejos del instituto para ver las bragas de las chicas.
Y finalmente Melvin Pajowski, el chico obeso y adicto a masturbarse, al que pillan haciéndose tocamientos en la despensa de la cocina del instituto.
Antes de seguir dejadme hacer una aclaración:
Lo de Pajowski no creáis que es una invención del traductor de turno. En la versión original el personaje se llama Jerkowsi, y en ingles “to jerk off” es masturbarse, así que se puede decir que hicieron una traducción literal. Aclarado esto, sigamos con el film.
Como he explicado, todos han acabado en el aula de castigo por culpa de Purity Busch, que es la única chica virgen que queda en el instituto. No es que sea virgen, es que ni siquiera nadie ha logrado tocarle un pecho.
Así pues los protagonistas pactan una venganza contra ella. Uno de ellos se la tiene que tirar o, en su defecto, al menos verle los pechos.
Y eso es lo que nos relata la película, los intentos infructuosos por parte de los chicos por acostarse con Purity, todo ello salpicado con las típicas escenas de ellos en fiestas, ellos con otras chicas o ellos siendo reñidos por el director del colegio.
Dejadme destacar algunas cositas del film:
1) Su escena inicial ya nos avisa del nivel de los chistes que vamos a ver en la película. En esta escena dos chicas que están colocando un cartel de un restaurante son golpeadas a la altura de sus partes por una salchicha gigante que tiene el muñeco de la entrada.
2) La escena en la que Tim se cuela en la casa de Purity por la noche mientras ella está teniendo un sueño erótico con su osito de peluche.
3) La escena en que los chicos van a la bolera a jugar con un grupo de chicas al strip bolos y Howie sufre un duro percance.
4) Las frases tan poco sutiles que utilizan las chicas para insinuarse a los chicos, más propias de un film X que de una comedia juvenil. Aquí tenéis tres ejemplos:
a) Me pica el conejito.
b) – Tim, ¿quieres jugar?
– ¿Jugar a qué?
– A esconder el salchichón.
c) – ¿Tienes fuego?
– ¿Fuego?
– Sí, para encender mi lámpara.
Dejadme añadir que “Los Rompecocos” está ambientada en los años 60, pero debe ser la peor ambientación realizada en la historia del cine.
Todo esto es lo que podemos encontrarnos al visionar “Los Rompecocos”. He de decir que si bien sus chistes han quedado bastante anticuados, el visionado del film se hace ameno porque sigue siendo tan entretenida como lo era hace 30 años.
Por último una curiosidad. Mientras que en el cartel español de la película se ve a un chico huir siendo sujetado por los calzoncillos por una chica, en el cartel original es al revés, siendo el chico el que persigue a la chica a la que tiene cogida por el sujetador.
LAS SECUELAS:
El (supuesto) éxito de “Los rompecocos” provocó el rodaje de dos secuelas que llegaron a estrenarse en España, aunque eso sí, lo hicieron disimulando su condición de secuela.
La primera de ellas fue «Cuatro chalados a tope» (“Loose Screews”, 1985).
Y por último llegó «Lío en el gran hotel» (“Screwball Hotel”, 1988).
MI OPINIÓN:
Recuerdo cuando vi “Los Rompecocos” por primera vez. Fue en un cine de doble sesión al que acudí para ver “Rocky IV” y en el que previamente proyectaban el film del que os he hablado.
Yo por aquel entonces tendría unos 13 años y la visión de esta película se me quedó grabada, tanto por sus chistes obscenos como por la generosa ración de desnudos femeninos que hay.
Dos de los personajes me quedaron grabados: Brent, por su manía de ir siempre con una raqueta en la mano, y, como no, Melvin Pajowski.
Le expliqué a todos mis compañeros de clase la película que había tenido la suerte de ver. Y digo suerte porque a pesar de que lo intentaron ninguno de ellos pudo verla, porque aunque estaba editada en video, ninguno podía ir con esta clase de película a su casa porque si sus padres los llegaban a pillar se podían ganar algo más que una bronca.
Revisada hace unos días para hacer este artículo, he de decir que la película, aunque aún entretenida, no causó el mismo efecto en mi que cuando la vi con trece años.
Próximamente os ayudaré a recordar otro pasaje de vuestra vida