Lecturas bizarras: “Nacida inocente”

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Hace unos días colgamos en nuestras páginas de Facebook y Twitter una foto de la colección de novelas de “Nacida inocente”. Muchos de vosotros nos comentásteis que os habíais leído alguna, la mayoría solo la primera, y que alucinásteis por la dureza de lo que en ella/s se explica. Alguno nos comentó que actualmente estaba enfrascado en la lectura de dichos libros y que estos eran puro morbo y bizarrismo.

Con esta publicidad me faltó tiempo para ir a la búsqueda y captura de la novela que lo inició todo. No me costó mucho hallarla en una librería de saldo y tras su lectura, y tal y cómo os prometí, os hago esta pequeña reseña y valoración de la misma.

El argumento de “Nacida inocente” no es gran cosa. Christine Parker es una niña de 14 años que por avatares de la vida da con sus huesos en un reformatorio. Chris se ha criado en un ambiente familiar difícil, su madre es alcohólica y su padre un maltratador que pega tanto a su mujer como a sus hijos, y sus fugas de casa son una constante. En una de esas es detenida por la policía. Como sus padres no quieren hacerse más cargo de ella un juez la condena a ir a un reformatorio a ver si allí la enderezan un poco. En el reformatorio Chris sufrirá todo tipo de abusos y vejaciones por parte de las reclusas. Mientras Chris espera recobrar la libertad seremos testigos de su paso de la inocencia a la madurez.

La foto de la discordia.
La foto de la discordia.

Decía antes que lo que me motivó a la lectura de “Nacida inocente” eran esas promesas de encontrar en ella morbo y bizarrismo a partes iguales. No os engañaré, la novela tiene cierta carga morbosa, sobre todo en cierta escena de la que os hablaré luego, pero también es cierto que está repleta de tópicos, que de tan dramática que busca ser a veces logra caer en el ridículo y, para sorpresa del para que esto escribe, que en ella podemos encontrar bastantes dosis de racismo y homofobia.

El libro busca que sintamos pena por su protagonista desde la página uno. Por si su drama familiar no fuera suficiente, a Chris también la persigue la mala suerte. Ojo a la cadena de desgracias que le pasan en un corto espacio de tiempo. Cuando es detenida, y por un error burocrático mezclado con la holgazanería de la policía, Chris va a la cárcel en lugar de al correccional como manda hacer la ley con las chicas de su edad. Allí coincide con gente de la peor calaña. Memorable el momento que deduce que una mujer es prostituta solo porque esta… ¡fuma! Finalmente es enviada al correccional, lugar en el que solo hay chicas negras o chicanas. ¡Toma tópico racista! Cuando Chris comparece ante el juez este la envía a un hogar de adopción pero al no haber ninguno disponible es condenada a ir a un reformatorio. No me digáis que no es mala leche. Una vez allí le advierten que están prohibidas las conductas homosexuales y que debe ir con cuidado con las lesbianas. Parece mentira, pero para una chica blanca que Chris encuentra allí va y resulta que es precisamente una malvada lesbiana ¡Toma tópico homófobo! Compartirá habitación con Janet, una chica india (no se escapa de recibir ninguna raza, ¿eh?) que está embarazada a pesar de ser solo una niña. Esto es solo una muestra de los tópicos que abundan en la novela, tened en cuenta que está fechada en 1974 y la mentalidad era otra, y de los recursos metidos con calzador para buscar la lagrima fácil.

Contraportada del libro.
Contraportada del libro.

Llega el momento de hablar de la parte morbosa. Si por algo es recordada “Nacida inocente” es por el capítulo en el que nos narran la violación de Chris a manos de la peligrosa lesbiana y sus secuaces en las duchas del reformatorio. Es especialmente angustiosa esta escena ya que las reclusas utilizan el mango de un desatascador para penetrar a nuestra joven protagonista. Os aseguro que es un pasaje realmente angustioso.

Tras esto más y más drama. Y lo peor es que son tragedias previsibles. Por ejemplo: después de mucho luchar Chris consigue un permiso para pasar unos días con su familia. De ir bien la estada podría conseguir la libertad. Evidentemente la cosa va fatal. Su madre se emborracha y su padre frustrado la emprende a golpes con ambas. Chris se vuelve a fugar y es pillada por la policía. Bueno, peor: ¡Es entregada por su propio hermano! Otro ejemplo: Chris encuentra un motivo para el que seguir tirando adelante. Su amiga Janet le ha pedido que le ayude a criar a su hijo. ¿Qué ocurre? Pues que Janet acaba perdiendo el bebe por culpa de una negligencia del personal del reformatorio. Y así entre drama, morbo y tópicos deambula la novela a lo largo de sus 214 páginas que, eso sí, se leen de un tirón.

Cartel de la película basada en la novela.
Cartel de la película basada en la novela.

Tras leer “Nacida inocente” decidí visionar el telefilm del mismo título protagonizado por Linda Blair que adaptaba la novela y que aquí en España llegó a estrenarse en cines con bastante éxito. De hecho la reedición del libro, y sus posteriores secuelas, llevaba en su portada y contraportada un fotograma de dicha película. En el supuesto que sintáis curiosidad por lo que os he explicado pero que os de pereza leer la novela os recomendaré que veáis la película pues en ella encontraréis exactamente lo mismo que en el libro. Y es aquí donde me asalta una duda que igual de duda no tiene nada. Veréis, como os digo la película es idéntica a la novela y hay una cosa que podría explicar dicho parecido. En los créditos de la película indican que el guión es una adaptación de la novela de Creighton Brown Burnham. Dicho guión es obra de Gerald Di Pego y es aquí donde nace mi duda que igual no es tan duda. La novela que yo he leído, y que creo es la única que se comercializó en España, está firmada por Gerald Di Pego y Bernahardt J. Hurwood por lo que pienso que lo que realmente he leído, al igual que todos los que decís que la habíais leído, es una novelización del guión de la película. Eso explicaría que una y otra sean exactamente iguales. Si alguien puede aportar información al respecto se lo agradecería.

Como os he comentado la lectura de “Nacida inocente” se hace muy amena. Eso unido a su final, que no es nada feliz, más bien es durillo, ha hecho despertar en mí la curiosidad por saber cómo continúan las aventuras de Chris. Así que voy a intentar hacerme con la segunda parte, y si me gusta buscaré la tercera, luego la cuarta y así hasta la duodécima, y seguiré reseñándolas para vosotros. ¿Os parece bien? Contad, contad…

Para leer la reseña de «Nacida inocente 2ª parte» clica AQUÍ.