¡Dejad de rezar! Ya no hacen falta más plegarias. La sección por la que no parabais de rogar está por fin de vuelta. Hoy por fin sabréis qué ha pasado con Chris Parker. Y os aseguro que la espera ha valido la pena porque la octava parte de “Nacida inocente” es un auténtico despropósito que provoca el despolle absoluto de forma totalmente involuntaria.

Pero antes de entrar en materia dejadme daros las gracias. De verdad. Esta sección, que nació por una de esas paranoias estúpidas que tengo de tanto en tanto, se ha acabado convirtiendo en un éxito tremendo. El primero en flipar con esto soy yo, pero creedme que es un tema recurrente que saco a colación cuando quiero hacerme el importante delante de los mindundis con los que comparto mi día y día. Y de verdad, gracias por todos los mensajes en los que me animáis y me pedís que siga con esta mierdosa sección a la que ya le he cogido un cariño especial. El mismo cariño que le coges a tu proctólogo después de varios tactos rectales. Pero dejémonos ya de agradecimientos y centrémonos en Chris Parker.
En el anterior libro dejábamos a nuestra estúpida heroína en plena huida tras ser acusada injustamente de secuestrar a Paul, el chaval millonario que le había metido una empotrada como solo la gente de la jet set sabe hacer. Este octavo libro empieza con Chris siendo recogida en medio de una solitaria carretera por un camionero. Aquí ya nos ponemos en alerta porque sabemos que la combinación Chris más camionero acaba desembocando en un intento de abuso sexual. El tío algo intenta, pero en el camión hay un pasajero más que corta el rollo. Este pasajero es Eliah, un rockero de pura cepa. Un rockero que lleva un tupé de los guapos. Un rockero que toca la guitarra de forma molona. Un rockero que dice que su rockero favorito es Michael Jackson. O sea, un rockero que no tiene ni puta idea de rock. Es solo cuestión de tiempo queEliah y Chris acaben haciéndose amigos. Eliah es seductor como él solo y Chris no tarda en notar un cosquilleo en el chichi cada vez que ve al rockero decir cosas como Auamba buluba balam bambu. A estas alturas, y tras siete libros, todos sabemos que esto acabará en una historia de amor tope lamentable y sexo adolescente. Ya os aviso que habrá folleteo del bueno, pero no avancemos acontecimientos.

Eliah va a participar a un concurso de jóvenes talentos parecido a “Operación Triunfo”, pero sin mongolos como Los Javis. Eliah se marca tal actuación que Chris se pone tan perraca que decide no esperar más y entregarse a él. Total, ya hace dos días que se conocen y es tiempo más que suficiente para darte cuenta de que amas a alguien. Pero Eliah no folla. Lo que hace Eliah está en un puto nivel superior. El término “fucker” se inventó para describir a tíos como Eliah. Ojito con el rockero de Eliah, y cito textualmente: “… las manos de Eliah, como de fuego, buscando el centro de su inquietud, para colmarla”. Flipa. Se acabó el decir “Te voy a comer to’ el potorro” para ligar en Tinder. A partir de ahora tenéis que decir “Voy a colmar el centro de tu inquietud”. La tía va a venir a tu puta casa con las bragas en la mano. Ella y su compañera de piso. ¡Las dos!

Pero volvamos con Chris y Eliah. Cuando la joven pareja acaba de compartir flujos y fluidos pasa lo que nadie se espera. Una misteriosa persona les está observando entre los matorrales, porque no lo he dicho, pero el polvo lo echan al aire libre. Cuando esta persona se acerca a ellos, y cuando ya todos nos tememos que Chris sufrirá la enésima violación, sucede lo impensable. Resulta que el tío es un cazatalentos que le ofrece un contrato a Eliah. Os puto juro que eso es cierto. Un ejemplo más de que la oportunidad de tu vida te llega cuando menos te lo espera.
A todo esto, Chris se reencuentra con su amiga “Moco”. Su gran amiga “Moco”. Esa amiga que la violó con el mango de un desatascador, recordémoslo. ¿Quién no tiene una amiga así? Por avatares de la vida, y que me da pereza contar, Chris y “Moco” deciden huir juntas e ir a la granja de los tíos de “Moco”, de la que descubrimos que se llama Roberta. Un dato que demuestra que estos libros son de otra época: Uno de los antecedentes policiales que tiene “Moco” es el de lesbianismo. Pues vale.
Sigamos. Chris conoce al hijo de los vecinos de los tíos de “Moco” del que no tardará en enamorarse. O sea, no hace nada creía que Eliah era el amor de su vida, que sustituía a Al Tiziani, que era el amor de su vida con el que iba a casarse, tras ser abandonada por Johnny, que era el amor de su vida con el que vivía. Pues no, el amor de su vida ahora es Michael con el que no folla porque el tío quiere que se dé cuenta que él la respeta. ¿Respeta? ¡No se lo cree ni él! Aquí lo que pasa es que no tiene ni puta idea de lo que es el centro de inquietud y eso al chaval le crea inseguridades.

La cosa parece que avanza hacia el tedio cuando de pronto sucede algo que nos va a dejar con la boca abierta. Resulta que el tío de “Moco” va a realizar una importante compra. Para ello tiene una importante cantidad de dinero en casa. “Moco” le dice a Chris de robar el dinero e iniciar una huida hacia México. Chris no está muy segura, pero su amiga casi que la obliga a hacerlo. Pero la noche en la que ponen en práctica el plan las cosas no salen como tenían pensado y el robo acaba en tragedia. “Moco” mata a tiros a su tío, a su tía y a todo quisqui que se le cruza. Chris huye de la escena del crimen y va en busca de Michael. “Moco” también huye, pero acaba muriendo a mitad de su huida tras enfrentarse a la policía.
“Los caminos de Chris: Nacida inocente 8ª parte” acaba igual que el capítulo anterior, con Chris huyendo hacia ningún lugar. Si antes era buscada por secuestro, ahora lo es además por asesinato. ¿Qué pasará? ¿Logrará Chris demostrar su inocencia? ¿Conseguirá nuestra amiga ser feliz de una vez por todas? ¿Quién va a colmar ahora su centro de inquietud? Son muchas preguntas que espero nos respondan en el siguiente libro.
Con esto llegamos al final. Es el momento de manifestar vuestra opinión. ¿Podréis aguantar sin saber cómo continua la historia? Contad, contad…
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