Ya está aquí de nuevo “Lecturas bizarras”, la sección que nadie pidió que existiera pero todo el mundo adora. Una de las secciones más exitosas, y os juro que esto es cierto, de este blog cuya existencia nadie pidió tampoco. Llego a saber que estas reseñas os gustarían tanto y me hubiera comprado la colección de libros antes. El staff de Retro Memories esforzándose en ofreceros artículos de calidad y resulta que a vosotros os gusta más la mierda que a las putas moscas. Pues está bien. Queríais más dosis de “Nacida inocente” y esto es lo que hoy vais a tener.
Voy a empezar siendo sincero. Esta larga introducción solo la he escrito para que el artículo de hoy alcance un mínimo de palabras. Es que veréis, la séptima entrega de “Nacida inocente” se explica en un plis y de alguna manera tengo que rellenar el post. En la última entrega acababa diciendo que ya no esperaba nada bueno de esta saga, pero que el nivel era tan bajo que asustaba. Pues bien, “Chris y su destino: Nacida inocente 7ª parte” ha llegado al zenit de la deleznabilidad. Y yo he tocado fondo como ser humano al leerlo. Una vez dicho esto para crear expectativa, voy a explicaros brevemente que acontece en este libro con esa gracia y ese desparpajo que Dios me ha dado y que en un acto de bondad divina comparto con vosotros. No hace falta ni que me lo agradezcáis. Estoy por encima de estas cosas.
En el último libro dejamos a Chris a punto de casarse con Al Tiziani, un apuesto joven italoamericano que igual te prepara un sándwich de pastrami que te empotra de tal manera que a partir de entonces tienes que sujetarte los tampones con celo. Todo parece ir de fábula, pero la felicidad no es completa. Existe un pequeño problema: la familia de Al no ve con buenos ojos la relación que tiene con Chris. Se ve que no se tomaron bien que Chris dejara en coma a su hija, hermana de Al ergo futura cuñada suya, de un puñetazo en la típica peleíta entre dos adolescentes que en breve serán familia. ¡Qué rencorosillos!
Pero este no es el único dolor de cabeza para Chris. El juez que llevaba el tema del sobreseimiento de su caso se ha jubilado y el nuevo juez que lleva el expediente opina que esto de sobreseer a la ligera no está bien. Así que insta a Chris a buscarse un empleo si quiere dejar de tener problemas con la justicia. Gracias a la ayuda de Barbara Clark, su profesora en el reformatorio, nuestra heroína no tarda en encontrar trabajo: será la nanny de los hijos de un matrimonio acaudalado.
Al llegar a la casa en la que trabajará, Chris se llevará una sorpresa: la puerta la abre Paul, el hijo mayor del matrimonio. Paul es joven, es rico y está buenísimo. Esto abre un extenso abanico de posibilidades, bueno en realidad solo se me ocurren dos, que hace la lectura se anime una barbaridad, lo cual viendo el nivel en el que estamos tampoco es mucho. A saber: 1) Paul seducirá a Chris y harán la caidita de Roma encima de un colchón viscoelástico de LoMonaco, cómo solo los ricos saben hacer. 2) Chris rechazará a Paul y este, al no estar acostumbrado a que le digan que no, la tomará a la fuerza. Tras ser violada tres veces en seis libros yo personalmente creo que es más factible la segunda opción. ¿Y vosotros?
A partir de aquí la cosa se vuelve un coñazo de aúpa. Voy a resumirlo brevemente. Al se debate entre volver con Chris o no. Esta por su parte se hace muy amiga de Paul, que la llevará a una fiesta en la que, no os lo vais a creer, intentan violar a Chris. En dicha fiesta, además de ser casi violada, Chris conoce a Sócrates, un parguela que tiene una enfermedad terminal. A todo eso, Paul tiene unas ganas locas de darse un revolcón con Chris, pero ella le es fiel a Al. Sophie, la hermana de Al, sale del coma, gracias a Dios, y como venganza se alía con Paul para conseguir que su hermano y Chris rompan. Paul, que va desbocadísimo, quiere cepillarse a Sophie, pero ella solo se entregará al hombre que la lleve al altar. Eso sí, cada vez que está con Paul deja más mojadas sus bragas que Concha Velasco con sus pérdidas de orina. Problema que la veterana actriz solucionó gracias a Indasec, a la venta en las mejores farmacias por 9,35€. A ver, centrémonos que me estoy perdiendo. ¡Ah, sí! El plan tramado por Paul y Sophie funciona y Chris cree erróneamente que Al está liado con una pelandusca. Despechada, hundida, humillada y más caliente que la cuchara de un yonqui, Chris se entrega a Paul en uno de esos polvos que el autor cree necesario explicarte en cuatro páginas.
A todo esto, llevamos 125 páginas, el libro tiene 152 y todavía no ha pasado nada que nos haga exclamar un “¿Pero qué co…?”. Tranquilos, porque lo que viene ahora es para mear y no echar gota. En un giro de los acontecimientos brutal que ríete tú de «Perdidos» y «Juego de tronos», descubrimos que Sócrates no se está muriendo. Solo lo fingía para acercarse a Chris y así poder… ¡Violarla! No, que va. Estoy de coña. Solo quería estar cerca de ella para así poder secuestrar a Paul y pedir un rescate millonario. Pero nada. Chris consigue liberarse, porque ella también estaba secuestrada, y liberar a Paul. Lo que pasa es que como Paul cree que ella está compinchada con Sócrates y teniendo ella los antecedentes que tiene la cosa se pone fea. Así pues, Chris emprende la huida hacia ninguna parte no sin antes llamar por última vez a Al para decirle que le quiere. No le quería tanto cuando tenía el nabo de Paul entre las manos, pero bueno.
Con este cliffhanger de mierda finaliza el libro. Muchas ganas de leer el siguiente no te deja, pero como lo tengo y sé que os hace felices que lo lea, lo leeré.
Pues llegó el final. Es el momento en que vosotros podéis decir la vuestra. ¿Alguien ha sido tan masoquista de leerse este libro aparte de mí? Contad, contad…
Para leer la reseña de «Nacida inocente 8ª parte» clica AQUÍ.