La buena acogida que tuvo la reseña que publicamos hace unas semanas del libro “Nacida inocente” y el hecho de que algunos de vosotros nos hicierais saber públicamente las ganas que teníais de saber cómo continuaba la historia de Chris Parker unidos al hecho de que en una subasta de Todocolección logré hacerme con los 7 primeros títulos de la saga me han animado a escribir la reseña de esta primera secuela. Si esta reseña también tiene éxito, que sabiendo como os gusta el morbo seguro que lo tendrá, iré reseñando los demás libros de la saga, así tendré una excusa perfecta para tener que leerlos. De paso también le sacaré partido a la inversión que tuve que hacer para conseguir los libros.
“Nacida inocente” terminaba con nuestra protagonista encerrada en el reformatorio. Ella, además, había sucumbido a su entorno y había dejado la inocencia atrás para convertirse en una persona mala que no duda en usar las más sucias tretas para lograr sus objetivos. Esta secuela arranca con Chris a punto de lograr la ansiada libertad. Todo parece irle bien, pero todos sabemos que esto no tardará en cambiar porque este es el desgraciado destino de la joven y porque el libro solo tiene 203 páginas y la llegada de la carnaza, motivo por el cual hemos realizado la compra de la obra, no se puede demorar mucho.
Dicho y hecho: su hermano Tom, el mismo que la traicionó entregándola a la policía, la visita para comunicarle que su padre se está muriendo y que su última voluntad es verla por última vez. Al viejo le dio un jamacuco de los guapos y está postrado en una cama sin poder siquiera articular palabra. Chris llega a tiempo de despedirse de él en una escena que no da pena ni nada. Una vez el padre ha muerto Tom consigue que le den la libertad condicional a su hermana para que así se haga cargo de la madre, que recordemos que al igual que hace el staff de Retro Memories empina el codo como si no hubiera un mañana. Tom les dice que se las tendrán que apañar solas porque él no quiere que sus hijos se críen junto a una abuela alcohólica y una tía recién salida del reformatorio.
Chris y su madre empiezan la convivencia. Todo va bien, incluso la madre ha dejado de darle a la botella, pero un día que Chris se despista, la madre vuelve a emborracharse y en pleno estado de embriagadez provoca un incendio. Tom regresa entonces solo para meter a su madre en un centro para desintoxicarse y para enviar a Chris de vuelta al reformatorio. Muy bien Tom, colega. Ya no la has traicionado una vez. Han sido dos veces.
Como en el reformatorio se apiadan de Chris consiguen encontrarle un hogar junto a una familia de acogida. Bueno, no es exactamente una familia de acogida porque ella ejercerá allí como de sirvienta. Parece de nuevo que a Chris le van a ir bien las cosas de una vez por todas. Nada más lejos de la realidad. Una noche Chris se ha quedado a solas con el señor de la casa. Este ha bebido un poco y como Chris le pone tope cardiaco decide entrar en su habitación y forzarla a tener sexo. Sí amigos. La dulce e inocente Chris vuelve a ser violada. Puta bida tete.
Llegados a este punto dejadme destacar como se recrea el autor en describir el cuerpo de Chris a lo largo de la novela. Son unas descripciones muy lascivas para tratarse de una niña de 15 años por muy personaje de ficción que sea. Le gusta hablar sobre todo de las nalgas de la protagonista y no escatima elogios hacia sus senos y pezones. No sé, llamadme tonto, pero en algunos momentos me sentí incomodo. Yo estoy ya en esa franja de edad en que me pueden catalogar de “viejo verde” si me quedo mirando fijamente a una adolescente así que leer este tipo de descripciones sobre una menor me hacen pasar un mal trago. Leyendo lo que he leído en las dos primeras novelas de “Nacida inocente” no me extraña que esta saga fuera tan popular en los talleres de lectura que se organizaban en el Pub Arny.
Antes de continuar un apunte más: en el primer libro Chris era violada en la página 76. En esta segunda parte dicha violación no llega hasta la 95. Y ni punta de comparación una con otra. La primera fue muy bruta y esta ya es más típica. En lo referente a la escabrosidad esta secuela está a años luz de la primera parte y encima llega mucho más tarde.
Sigamos. Chris decide vengarse de esta humillación y tras ejecutar dicho ajuste de cuentas se verá obligada a emprender la huída. Durante su fuga Chris se cruzará con diferentes personas que le prestarán su ayuda y seremos testigos de un momento lésbico totalmente gratuito y metido con calzador solo para despertar el libido de los lectores más guarrillos y salidos. Gente como yo, vamos.
Al igual que sucedía con “Nacida inocente” esta secuela no tiene un final feliz. Lo que pasa, y supongo que dando por hecho que el libro sería un éxito de ventas, es que “Chris: Nacida inocente 2ª parte” tiene un final abierto, con nuestra protagonista teniendo que tomar una decisión que puede acarrearle graves problemas. ¿La tomará? Tendremos que leer la tercera entrega para saberlo.
Como he dicho más arriba “Chris: Nacida inocente 2ª parte” queda muy por debajo de su predecesora a nivel de morbo. También es mucho menos divertida que aquella, pero eso no significa que sea aburrida. Nada más lejos de la realidad, es muy entretenida. Sus 203 páginas se leen de un plumazo. Además dejadme decir a favor de este libro que gracias a él he descubierto la palabra “dipsomanía” y su significado. Oye, algo es algo.
Ahora ha llegado el momento en que os manifestéis vosotros. ¿Qué os ha parecido cómo continúan las aventuras de Chris Parker? ¿Alguno de vosotros había leído “Chris: Nacida inocente 2ª parte? ¿Cuántos de vosotros habéis ido a consultar el significado de la palabra «dipsomanía»? Y la pregunta más importante de todas: ¿Queréis saber cómo continúa esta saga? Contad, contad…
Para leer la reseña de «Nacida inocente 3ª parte» clica AQUÍ.
