La foto de la semana: El estuche vacilón.

Hubo un tiempo en los lejanos años 80 en que para ser el más envidiado de la clase tenías que tener un novedoso estuche de los que fueron conocidos como «automáticos». ¿Qué los caracterizaba? Pues una fantástica tecnología digna del más genial de los inventores que te permitía acceder a objetos de vital necesidad con la simple pulsación de un botón.

Un rápido movimiento de tus dedos hacía que de golpe emergiese una máquina sacapuntas de la esquina superior del plumier, se abriese un compartimiento donde se alojaba una goma de borrar, apareciese de repente una lupa e incluso se disparase en un movimiento parecido a una erección súbita un termómetro (la temperatura que marcaba siempre era la misma y no tenía ninguna utilidad real pero te sentías como el más chulo de la clase).

Existieron varios modelos que comercializó la empresa Juypal y posteriormente fueron apareciendo copias y evoluciones del modelo original. Los botones se identificaban por colores y cada uno tenía una función. Dependiendo del valor del estuche éste podía tener más o menos funciones con sus correspondientes botones, cuantos más tenía más podías vacilarle a tu compañero de pupitre… -«¡El mío tiene 5 funciones!» -«Va, tira pringao… ¡el mío tiene siete!»

Los materiales y diseño destacaban por su baja calidad y lo más normal es que antes de un par de semanas alguna de las maravillas del plumier dejase de funcionar para siempre. Recuerdo que al final de su vida útil el estuche era más una tortura que otra cosa, ya que los resortes y espacios estropeados lo convertían en un objeto cuya utilidad para almacenar cosas era prácticamente nula.

El plumier automático tuvo una vida relativamente corta pero creo que hace poco alguien ha retomado la idea y una cosa parecida (por no decir igual) se está poniendo de moda en las escuelas.

Para acabar os dejo la foto de una monstruosidad  de aquella época que aunaba los conceptos de estuche, calculadora e instrumento musical… lo que podríamos definir como el iPad de los años 80:

 Tomad la medicación viejunos…