Burmar Flax es, tal vez, el producto más rentable que haya salido nunca al mercado porque aunque parezca increíble de creer hoy día, en los 80 los niños consumían como poseídos este producto, que no dejaba de ser una bolsita rellena de agua y colorantes que se había puesto a congelar previamente a su venta al público.
Una de las razones de su éxito, o mejor dicho la razón, era su precio. Para que os hagáis una idea, el Popeye, que era el helado más barato que había por aquel entonces en el mercado, valía 25 pesetas y el Burmar Flax solo costaba 5 pesetas.
En aquella época que tus padres te dieran 25 pesetas para comprar chucherías no sucedía todos los días, así que si algún día conseguías que te los dieran era más lógico comprarte cada día al salir del colegio un Burmar Flax que no gastarlo todo en un día y morirte los siguientes de asco, ¿no?
Es por eso que se le recuerda con el sobrenombre de “el helado de los pobres”, aunque lo consumían todas las clases sociales.
El éxito del Burmar Flax de 5 pesetas propicio la salida al mercado de otro Burmar Flax un poquito más largo y ancho al precio de 15 pesetas que también logró un gran éxito.
Aparte de los diferentes tamaños, Burmar Flax también poseía una gama variada de sabores.
En su momento, para conseguir aún más ventas, Burmar Flax regaló cromos e incluso organizaba concursos en la radio.
Lo mejor de Burmar Flax era que después de habértelo comido te reservaba otro placer: Beberte todo el líquido que se había formado al haberse derretido parte del helado.
Lo peor era que después de consumirlo te entraba una sed tremenda.
Puestos a recordar al Burmar Flax, ¿que me decís de la sintonía de su anuncio?
httpv://www.youtube.com/watch?v=HVE99xL_ZNg
Y vosotros viejunos, ¿tenéis algún recuerdo relacionado con el Burmar Flax? Contad, contad.