Seamos sinceros viejun@s: el mundo de la nostalgia está sobresaturado. El “remember», los abuelos cebolletas y las conversaciones mal documentadas entre éstos llenan las calles y los bares de ciudades y pueblos. Internet está llena de blogs, páginas de facebook y cuentas de twitter que tienen los 70 y los 80 como razón de ser. Los hay muy buenos (ahora mismo estás leyendo estas palabras en el mejor) y los hay de vergüenza ajena que, para más inri, tienen un éxito totalmente injustificado. Todo este fenómeno ha hecho que las estanterías de las librerías se llenasen de cantidades ingentes de libros, bueno, en el mejor de los casos los podemos llamar libros de fotos, por que si de algo adolecen la mayoría de estos compendios es de su total falta de valor literario, algo que para los redactores de Retro Memories es algo primordial. En serio, entrad en cualquier establecimiento donde vendan libros, coged al azar “Los hijos de los padres que estudiaron en un sistema educativo fascista 1, 2 y 3”, o “Yo estudié FP porque me dijeron que no valía para BUP”, o “Recorta y pega fotos en baja resolución de todocolección.net y publica un libro”… hojeadlo un poco, y preguntaos, después de el impacto visual de las fotos: «¿qué queda?». En la mayoría de casos, poco o nada. Con esto no quiero decir que no haya buenos libros nostálgicos, pero como he dicho al principio es un tema que actualmente esta sobresaturado, y la sobresaturación lleva a la aparición de la baja calidad, del plagio y del mal producto, algo parecido a lo que hicieron la gente de “Falomir Juegos” durante décadas y que os narramos hace un tiempo aquí.
Y de entre todo este erial imaginativo, hace un tiempo nos llegó la noticia de que alguien estaba preparando otro libro que algo tenía que ver con los 80. Os seré franco, la primera reacción de los redactores de este blog fue, “bufff, ¿ooootroooo?”. No podíamos estar más equivocados ni en las formas ni en el fondo. Lo primero que hizo que personalmente fijase mi atención sobre “La Dibupedia de los 80” fue el hecho de que era el proyecto personal de alguien que confió en el sistema de crowdfunding para realizarlo. No es el fruto de un boom, ni la apuesta de una gran editorial, sino que es la ilusión la que gestó el proyecto. Podríamos ahora discutir también sobre el tema del financiamiento por mecenazgo, pero no es el momento ni el blog adecuado. El proyecto superó con creces su presupuesto inicial y “La Dibupedia” en breve sería una realidad.
Otro aspecto que captó mi atención fue el título, “La Dibupedia de los 80”. Toda una declaración de intenciones y todo un reto para llevar a buen puerto la idea. Para mí es un acierto a la hora de planificar la edición de un libro tener bien claro qué va a ser, ¿una novela?, ¿un diario?, ¿un álbum de fotos con frases al pie?, ¿unas páginas amarillas?, ¿las instrucciones de la lavadora? La mayoría de los libros a los que me he referido en la introducción no saben bien bien qué son, qué intentan y/o cuál es su objetivo. Definir tu libro con la contracción de los conceptos “dibujos” (animados) y “enciclopedia” sitúa al lector y le da las pistas necesarias en relación a lo qué esperar sobre los contenidos que encontrará. Y ese es el gran valor de “La Dibupedia”, su sincero y bien resuelto carácter enciclopédico.
Abarca toda una década de dibujos animados ordenados por año de estreno en España y es, creedme, un trabajo titánico de recopilación y clasificación. Otro aspecto a destacar es que con en el libro podemos vivir las, para mi, tres principales tipos de sensaciones nostálgicas:
- El recuerdo mainstream: nuestra memoria colectiva se nutre de recuerdos comunes como el de haber visto series como “Los diminutos”, “David el Gnomo” o “La batalla de los planetas” (sí, lo de “Comando G” era la canción de Parchís, no el nombre de la serie). A pesar de ser unos recuerdos muy vívidos, a mucha gente le cuesta situarlos temporalmente, “La Dibupedia” les ayudará a hacerlo.
- El recuerdo olvidado: seguro que os ha pasado más de una vez: una imagen, una melodía o un olor, de repente, os abre una ventana en el cerebro que teníais totalmente olvidada y cerrada. Ese momento “jodeeeer…. ¡es verdad, no lo recordaba!” “La Dibupedia” os lo provocará cantidades ingentes de veces. A mí me ha pasado con, por ejemplo, series como “Abbott & Costello”, “Hey, es el rey” o “Las aventuras de Simbad”.
- El recuerdo “¿eso pasó de verdad?”: A pesar de que sólo teníamos dos, o en el mejor de los casos tres, canales de televisión, de que las franjas horarias de los dibujos animados eran muy determinadas y de la anteriormente mencionada “memoria colectiva”, existieron muchas series que no todos vimos, ya sea por que no nos gustaron en su momento, por ser muy cortas y que nunca se repusieron o porque sólo se editaron en vídeo y nuestro videoclub nunca la tuvo en su catálogo. “La Dibupedia” os referenciará muchas series que tuvisteis la oportunidad de ver y que no lo hicisteis. Personalmente he alucinado descubriendo que hubo una serie sobre el personaje de videojuego “Q-Bert” o una serie protagonizada por una locomotora verde llamada “Igor, la locomotora”.
En cada serie se incorpora una pequeña ficha con el año de creación (es curioso ver cuánto tardaron muchas series en llegar aquí), la nacionalidad, el número de episodios, etc… Además se acompañan de un texto con un resumen de su argumento y a muchas de ellas se les añaden datos complementarios así como curiosidades o fotografías del merchandising que generaron. Me ha sorprendido saber, por ejemplo, que la dobladora de “La pequeña Polon” fue Selica Torcal, una de las protagonistas de “Con el culo al aire”, la serie de Antena3.
El libro cuenta con un índice de series clasificado, como ya he mencionado antes, por año de emisión o edición en video en España. A nivel formal he echado en falta un segundo índice alfabético, situado en la parte final del libro hubiese sido perfecto, iría muy bien para encontrar series concretas de manera (más) rápida.
El aspecto visual del libro es exquisito, no en vano su autor (al que por cierto no he nombrado hasta ahora), José Mª Guerrero es licenciado en Bellas Artes y diseñador gráfico. Se nota el cariño y el trabajo concreto en este aspecto, ya que a parte de los contenidos, cada página de “La Dibupedia” es un placer para la vista. El mismo libro se podría haber editado con texto plano y cumpliría perfectamente su función de enciclopedia, en este caso el aspecto visual es aquí un plus que suma enteros al contenido sin ser el aspecto fundamental del libro.
En definitiva, ¿os recomiendo “La Dibupedia de los 80”? Sin lugar a duda, sí (por si no había quedado claro aún). Si os hacéis con él tendréis la guía de referencia definitiva sobre todo lo que pasó por las pantallas de tv españolas y los videoclubs relacionado con los dibujos animados. Más de 350 referencias no es un asunto badalí. Aquí tenéis los enlaces para conseguirlo, lo podéis hacer vía eBay o Amazon. También os podéis hacer seguidores del proyecto “La Dibupedia de los 80” en su página de Facebook y en su cuenta de Twitter.
Desde aquí quiero agradecer a José Guerrero su amable atención y la dedicatoria que nos escribió en el ejemplar que nos hizo llegar y con el que he sido capaz de realizar esta entrada. Por cierto, nos ha comentado que esta valorando la posibilidad de embarcarse en una nueva aventura, a medio plazo, que incluiría las series de dibujos animados emitidas en los 90. A ver si se anima.
¿Conocíais el proyecto? ¿Tenéis el libro? Contadnos viejun@s.
Tomad la medicación…
