Hulk Hogan vs The Ultimate Warrior: La bochornosa revancha que jamás debió existir

El próximo día uno de abril se van a cumplir 29 años de uno de los combates más importantes de la historia del wrestling. Me refiero al duelo que enfrentó a Hulk Hogan con The Ultimate Warrior (el siempre mal llamado aquí El Último Guerrero) en el evento WrestleMania VI. La pelea pasó a la historia, además de por su calidad, porque había dos títulos en disputa. Hogan ponía su WWF Championship en juego mientras que Warrior hacía lo mismo con su cinturón Intercontinental. Al final, y cómo todos bien sabéis, sería The Ultimate Warrior el que se alzaría con la victoria, siendo el primer wrestler que conseguía ostentar ambos campeonatos a la vez. Tras él solo lo ha conseguido otro luchador más, Triple H, y eso fue en gran medida porque estaba manteniendo una relación sentimental con la hija del propietario de la federación.

Pero volvamos al combate que aconteció en la sexta edición de WrestleMania. Estoy convencido que aún permanece en el subconsciente de muchos de vosotros. Cuando Telecinco lo emitió, el programa “Pressing Catch” (por cierto, cómo odio ese nombre) estaba en su máximo apogeo de popularidad así que esta pelea logró captar la atención de gran parte de la audiencia. A día de hoy, es recordar este duelo y que surja la siguiente pregunta: ¿Tú con quién ibas, con Hulk Hogan o con The Ultimate Warrior?

Hulk Hogan y The Ultimate Warrior firmando el contrato para el combate que les iba a enfrentar en WrestleMania VI.

Pero hoy no quiero hablar de este mítico combate. Hoy quiero hablaros de la revancha. Porque sí, existió una revancha. Ocurrió ocho años después y también pasó a la posteridad, pero en este caso por su mala calidad. Y es que esta pelea está considerada uno de los peores combates de la historia del wrestling.

Pongámonos en situación. En 1998 Hogan era la estrella de la WCW. Había abandonado a la WWF, hoy WWE, y había fichado por la competencia. Ese no era el único cambio que había realizado. En un momento de baja popularidad se decidió que Hogan virará a “heel”, villano en el argot del wrestling, en un giro de los acontecimientos que dejo en shock a la audiencia. No solo eso, también se convirtió en el líder del NWO, New World Order (Nuevo Orden Mundial), la malvada facción que dominaba la federación. Este movimiento catapultó a la WCW a ser la empresa líder del wrestling. Pero todo lo que sube, baja. Y la WCW no tardó en hacerlo.

Hogan y sus compañeros del NWO.

Cuando la nave ya empezaba a zozobrar se decidió dar un golpe de efecto. Y este no fue otro que fichar a The Ultimate Warrior. Por aquella época el luchador llevaba un tiempo alejado del ring tras salir de malas formas de la WWF. No voy a extenderme mucho en su historia porque ya he hablado de él otras veces así que si queréis saber más os invito a que leáis el artículo que le dediqué tras su muerte o en el que os hablé del libro sobre él que se publicó aquí.

Con Warrior a bordo de la WCW (pequeño apunte: por temas legales el wrestler no podía utilizar el nombre The Ultimate Warrior ya que no lo tenía registrado él sino la WWF. Así que tomó la decisión de cambiarse su nombre legal, James Brian Hellwig, por el de Warrior y así poder luchar con este nombre. Flipante pero real) lo más lógico era intentar repetir el éxito de su inolvidable combate con Hogan en la WWF. Dicho y hecho. Evidentemente esto a la audiencia en principio le entusiasmo, pero luego ya vieron que la cosa no era tan buena idea.

Ojito a la pinta de bajista de Bon Jovi que lucía Warrior por aquel entonces.

Es bueno indicar aquí que la WCW cometió un grave error: le dio a Warrior el control completo sobre los guiones de su personaje. De todos era conocida la pasión del luchador por meter temas fantasiosos en sus historias. Mítico fue su feudo con Papa Shango en la WWF en el que a causa de un hechizo acabó vomitando en el ring. Con antecedentes como este era de idiotas darle el poder creativo. Pero se lo dieron.

Así pues, tocaba prepararse para lo peor. Y esto no tardó en llegar. Durante la creación del feudo pudimos ser testigos de momentos entre ridículos y deplorables, como por ejemplo ver al Warrior desaparecer en una nube de humo:

Otro momento patético fue los juegos mentales a los que Warrior sometía a Hollywood Hogan (Otro apunte: Hogan había cambiado su nombre también). El momento más absurdo fue cuando Warrior se apareció en el espejo en el que se miraba Hogan. Y digo que es absurdo porque la gracia radicaba en que eso solo lo podía ver Hogan, o eso nos querían hacer creer. El problema es que eso lo veía toda la audiencia televisiva haciendo que esos juegos mentales perdieran toda lógica.

A todo eso, Warrior había montado su propia facción. Si Hogan era el líder del NWO, él lo sería del, agarraos que viene un sutil juego de siglas, OWN, One Warrior Nation, de la que además él era el único miembro. Triste, pero verídico.

La cosa ya estaba encauzada hacia la revancha. Y esta sucedería en el evento Halloween Havoc de 1998. A estas alturas y viendo los derroteros que había cogido la historia ya nos podíamos temer lo peor. Pues ni eso nos había preparado para el esperpento que íbamos a presenciar.

Como he dicho, Warrior tenía el control sobre las historias de su personaje pero Hogan tenía el control absoluto sobre todo lo demás. Y ni de coña iba a perder una segunda vez contra Warrior. De hecho, y según las malas lenguas, el verdadero motivo por el que la WCW ficho al Warrior dicen que fue para alimentar el ego de Hogan y que así pudiera desquitarse de la derrota sufrida ocho años atrás.

El combate fue malo desde el inicio. Warrior no estaba en su mejor momento de forma, recordemos de nuevo que llevaba tiempo alejado del wrestling, y Hogan se había vuelto perezoso. Pero lo peor fue su resolución. Cómo decía, Hogan se negó a perder de nuevo. A esto hay que añadir que Warrior no quería perder limpiamente. Así que alguien pensó en un final de esos que pudiera dejar satisfechos a ambos: Hogan le lanzaría a Warrior a la cara una bola de fuego a traición, tal cual lo leéis, y este cegado como estaría, sería una víctima fácil para el líder del NWO. Sobre el papel la cosa pintaba mal, pero la ejecución todavía fue peor. Hogan se hizo un pequeño lío con la bola y está ardió en llamas sin salir de sus manos. Warrior tuvo que fingir haberse quedado ciego por una bola que ni siquiera le había rozado. De hecho, hubiese sido más lógico que Hogan hubiera quedado cegado. Sea como sea, decidieron seguir adelante con el final pactado ante la estupefacción del público.

Las críticas no tardaron en llegar. Varios fueron los medios que catalogaron este disparate como el “Peor combate de 1998”. A día de hoy Halloween Havoc 1998 está considerado el peor PPV de la historia del wrestling. A eso también influyó que el evento duró tres horas y media, treinta minutos más de lo anunciado, lo que provocó que la señal se cortara en muchas zonas sin permitirles ver el evento estelar en el que Goldberg y Diamond Dallas Page se enfrentaban por el World Heavyweight Championship. Por este motivo la WCW tuvo que devolver el dinero a toda la gente que se quedó sin ver el combate. El claro ejemplo del caos.

El desastre fue mayúsculo. Esto empezó a suponer el final de la WCW. Dos años después desapareció. De hecho la humillación fue todavía peor que irse a la quiebra. Fue comprada por la WWF, su rival. Warrior no volvió a luchar en la WCW. Tardaría diez años en volverse a subir a un ring. Lo hizo en Barcelona y en las filas de la Nu-Wrestling Evolution en otro combate para olvidar. Por su parte Hogan aceptó toda la responsabilidad de lo mal que salió la pelea. Tiempo después declararía: “Probablemente esté en la lista de mis 10 peores combates, pero fue culpa mía”.

Esta es la historia de la bochornosa revancha entre estos dos iconos del wrestling. Ha llegado el momento en que vosotros subáis al ring y digáis la vuestra. ¿Qué os ha parecido el artículo? ¿Conocíais la historia? ¿Hulk Hogan o The Ultimate Warrior? Contad, contad…