Farrah Fawcett y el póster más vendido de la historia

En marzo de 1976 salió a la venta un póster que, sin que nadie pudiera llegar a sospecharlo, estaba predestinado a convertirse en icónico y catapultar a su protagonista al estrellato. Una fotografía improvisada que cambió el rumbo de la historia. Y creedme que no exagero nada diciendo eso.

A mediados de los años setenta Farrah Fawcett todavía era una gran desconocida para el gran público. Ella solo era una modelo que intentaba abrirse paso en el mundo del espectáculo con la ayuda de Lee Majors, su marido por aquel entonces y muy popular gracias a la serie “El hombre de los seis millones de dólares”. Su vida cambiaría radicalmente gracias a Ted Trikilis, responsable de Pro Arts Inc., empresa de fabricación de carteles. A Trikilis el nombre de Farrah Fawcett no le decía nada hasta que el hijo de un vecino le sugirió que creara un póster con la modelo, ya que según le contó todos sus amigos compraban revistas de mujeres solo porque Fawcett aparecía en los anuncios de champú. Trikilis supo ver que allí podía haber un gran negocio para su empresa, así que no tardó en realizarle la propuesta a Fawcett.

Cuando su agente le contó la idea, Fawcett accedió con la condición de tener control absoluto en el proceso y en la selección de la fotografía. De hecho, y según hizo estipular en el contrato, todas las fotografías que no fueran a ser utilizadas debían ser destruidas. Como ella misma explicaría más tarde, la razón por la que decidió hacer el póster fue simplemente porque si no hubiera realizado el trato igualmente alguien podría haber hecho un cartel con su imagen. Esta era la única manera de sacar algún tipo de beneficio de ello.

Pro Arts Inc. contrató a dos prestigiosos fotógrafos para el cometido. Pero tras dos sesiones de fotografías, la modelo no podía estar más decepcionada. No había nada que fuera de su agrado. Trikilis estaba bastante cabreado porque había gastado una cantidad ingente de dinero y ella no estaba satisfecha con el trabajo realizado. Él le preguntó que qué quería que hiciera y ella le respondió: “Llama a Bruce McBroom”.

El fotógrafo Bruce McBroom.

McBroom era un fotógrafo independiente con el que Fawcett había trabajado con anterioridad. El fotógrafo se desplazó a la casa que Fawcett y Majors compartían en Los Ángeles para realizar allí la sesión fotográfica. Pro Arts presionaba a Fawcett para que ella saliera en bikini en la fotografía, pero la modelo no estaba muy por la labor debido a que tenía una cicatriz en su barriga que no quería que se viera. Al tener el control absoluto sobre el proceso de creación hizo oídos sordos a los ruegos de Pro Arts. “Lo haré como quiera”, fue lo que dijo.

Fawcett y McBroom se pusieron manos en el asunto. Ellos serían los encargados de todo. Nada de estilistas, maquilladores, peluqueros ni asistentes. Ella misma se peinaría y maquillaría y ambos escogerían el estilismo. Parecía que sería fácil que el plan saliera bien, pero la sesión estaba siendo otro fracaso. McBroom declararía en 2009: “Cualquier fotógrafo te dirá que cuando te asignan una tarea, es como ir a pescar: sabes cuándo obtuviste las fotos y cuando las perdiste. Disparé rollos de película y simplemente no estaba sucediendo. Es una mujer hermosa, pero no había nada que pudiera poner en un póster. Simplemente no lo sentí. A estas alturas nos estábamos quedando sin fondos, usamos la piscina, etc. Le dije: ‘Farrah, ¿estás segura de que no tienes un bikini? ¿Algo diferente?’”.

Fawcett entró al interior de la casa y regresó con un traje de baño rojo. Cuando McBroom lo vio supo que era perfecto. “¡Dios mío! ¡Sabía que era eso! Tenía una manta india de México que servía de funda para el asiento de mi destartalada camioneta Chevy con colores que, simplemente, se me ocurrió que combinarían con el traje. Me gustaría que pareciera que todo estaba planeado, pero fue una feliz y espontánea intersección de coincidencias”, relata el fotógrafo.

Estas son algunas de las fotos que también superaron la criba.

Cuando McBroom reveló el rollo supo que allí había un póster. Raudo y veloz regresó a la casa de Mullholland Drive de Fawcett y Majors y le mostró a la modelo todas las fotografías, de las que ella escogió dos. Desgraciadamente, Trikilis no estaba tan eufórico como McBroom y Fawcett. Cuando vio las instantáneas lo primero que dijo fue “¿Dónde está el bikini?”. Lo siguiente que le dijo a McBroom es que nunca le iba a pagar porque odiaba las fotografías que había hecho. Pero el resto de socios de Pro Arts le hicieron ver que las fotografías eran muy buenas y que tenían muchas posibilidades. Así fue como finalmente accedió a sacar el póster a la venta. Un póster que se convirtió en un fenómeno instantáneo cuando llegó a las tiendas en marzo de 1976. En marzo de 1977, y gracias en parte a la popularidad que Fawcett había obtenido al protagonizar “Los Ángeles de Charlie”, se habían vendido cinco millones de copias. Al final, se calcula que el poster vendió más de doce millones de ejemplares, lo que lo convierte en el póster más vendido de la historia. Récord que aún perdura hoy día y que difícilmente va a ser batido, ya que en la actualidad nadie compra pósteres.

Un niño muestra orgulloso el póster de Farrah Fawcett que se acaba de comprar. Más tarde saldría a comprar Kleenex.

Farrah Fawcett ganaría 400.000 dólares en concepto de regalías. Una cantidad nada desdeñable si tenemos en cuenta que por cada episodio de “Los Ángeles de Charlie” recibía “solo” 5.000 dólares. Y aquí es donde llegamos al punto de explicar porque el póster también cambió el rumbo de la historia.

Aaron Spelling, responsable de series míticas como “Dinastía”, “Starsky & Hutch”, “Vacaciones en el mar”, “Los Colby” o “Sensación de vivir”, hacía tiempo que quería convencer a la cadena ABC de realizar una serie policiaca en el que todo el protagonismo recaería en tres mujeres. Algo bastante novedoso por aquel entonces. Los machistas y poco visionarios responsables de ABC catalogaron eso como una de las peores ideas para una serie de televisión que habían escuchado nunca. La manera que tuvo Spelling de convencerles fue empapelando sus despachos con el póster de Farrah Fawcett, a la que ya había contratado para ser una de las protagonistas. Eso convenció a la ABC para rodar un piloto. El episodio se emitió el 21 de marzo de 1976 y reventó los audímetros. El índice de audiencia fue tan alto que la cadena ABC pensó que se trataba de un error y volvió a emitir el episodio a la semana siguiente para comprobar si estaban en lo cierto. La reemisión volvió a lograr unos altos ratings, lo que motivó que Spelling obtuviera luz verde para rodar una temporada completa. El resto, como os decía, es historia.

El bañador rojo, el póster de Farrah Fawcett y un guión de «Los Ángeles de Charlie» expuestos en el Museo Nacional de Historia Estadounidense.

Un último dato que demuestra el valor histórico e icónico del póster: En 2011, dos años después del fallecimiento de Farrah Fawcett, el traje de baño rojo y una copia del póster fueron donados al Museo Nacional de Historia Estadounidense del Smithsonian para unirse a su colección de objetos de importancia cultural.