Engañados por la carátula (VI): Dibujar nunca se te dio bien

Hoy volvemos al videoclub para una nueva y apasionante entrega de una las secciones más populares de este humilde blog, en dura pugna con “Lecturas bizarras” y solo superada en éxito por “Secuelas bastardas”, para seguir recordando algunas de las carátulas mas cochambrosas y cutres con las que pérfidos y malignos distribuidores de películas en VHS intentaban tangarnos. Hay que decir, por si no ha quedado claro aún después de lo que hemos llegado a ver en anteriores entregas, que eran intentos de lo más deleznables y que tenías que ser muy incauto, por no decir rematadamente idiota, para picar ante tan lamentables artimañas.

Ojo, porque hoy nos vamos a ceñir a recordar carátulas que lucen en su portada un dibujo realizado con no mucho talento. Son ilustraciones que, como no, copian el póster de una película popular o intentan hacer creer que algún actor famoso forma parte del elenco del filme. Hoy incluso rizamos el rizo y podremos descubrir como alguien sin escrúpulos decidió usar una dramática imagen real para promocionar su película. Pero no avancemos acontecimientos. Entremos en nuestro videoclub nostálgico y descubramos que carátulas horribles forman parte de nuestro artículo.

1) Conan, el veneciano

En la quinta entrega de “Engañados por la caratula” ya pudimos ver como algunos desaprensivos usaban ilícitamente la imagen de Arnold Schwarzenegger para promocionar sus productos. En ese caso no nos limitábamos a hablar solo de carátulas de VHS, ya que además de una ignota película pudimos ver a un falso Arnie siendo portada de un juego de ordenador.

Pues bien, nuestro amado Arnold vuelve a ser protagonista involuntario de la carátula de un VHS. Hay que decir que aquí, y no sabemos si por un ataque de decencia o por un flagrante caso de ineptitud, el personaje que se puede ver no tiene los rasgos físicos de Schwarzenegger, pero al ver la imagen rápidamente sabemos que lo usaron a él como modelo.

El tema es que alguien decidió decorar la carátula de una película roñosa titulada “El verdugo de Venecia” con una ilustración que copia descaradamente a Arnie en el poster de “Conan, el destructor”.

Lo que pasa es que el encargado para realizar esa tarea talento para el dibujo no tenía mucho y el resultado fue este.

La carátula más triste no puede ser. No hace falta ser un gran entendido en artes plásticas para darse cuenta de que el sujeto responsable de esta ilustración no tiene ni pajolera idea de dibujar fondos. Se limita a poner a este pseudo Conan sobre un fondo azul y a otra cosa, mariposa. Parece difícil hacerlo peor. Desgraciadamente, y como veremos a continuación, siempre hay alguien dispuesto a llevarme la contraria.

2) Contacto mugriento

Imagina que eres el propietario de los derechos de una película de artes marciales a la que has decidido titular en un alarde de originalidad “Los guerreros del dragón” para su explotación en VHS. Todo tu potencial creativo lo has dilapidado inventando el título, así que vas a necesitar ayuda para diseñar la carátula. Ahí es donde entra en escena aquel primo de tu mujer del que siempre te han dicho que es un portento con el dibujo. Decides recurrir a él, haciendo caso omiso a todo aquel que te advierte de lo mala idea que es recurrir a un familiar y más de tu esposa. Pronto te das cuenta de que deberías haber hecho caso a esas advertencias. El primo de tu mujer demuestra ser un negado para el arte y esta carátula es el mejor ejemplo de ello.

La película no la alquila ni el Tato, lógicamente. La película que sí alquilan, de hecho, hay peleas para hacerlo, es “Contacto sangriento”. En un ataque de desesperación decides aprovecharte del éxito de la película de Jean-Claude Van Damme. Así que contratas a un ilustrador y le obligas a que plagie un póster de la película. Concretamente este:

Lo que pasa es que el ilustrador que has contrato todo lo que tiene de barato lo tiene también de inútil y de vago y el resultado final, tras coger solo la imagen de Van Damme, es esta basura:

En la segunda parte de esta sección vimos como transformaban a nuestro belga favorito en una especie de Indiana Jones marca blanca. En aquel momento todos pensamos que nunca se podría usar su imagen de forma más miserablemente cutre. “Los guerreros del dragón” demuestra que estábamos equivocados.

3) Me encanta el olor a napalm en el videoclub

Pongámonos un poco serios, no mucho, para hablar del tercer y ultimo caso de hoy. Mira que a mí, y sé que a vosotros también, todas estas tácticas ruines de ciertos distribuidores de VHS me parecen graciosas, pero la que vamos a ver ahora me parece un pelín miserable.

Estoy hablando de la coproducción entre Indonesia, Hong Kong y Tailandia titulada “Raiders of the doomed kingdom”, que aquí se distribuyó como “Vietnam sangriento”, cuyo cartel original era bastante resultón.

Lamentablemente, el distribuidor español pensó que ese póster no sería lo suficientemente atractivo para el público. Necesitaba algo que llamara la atención. Algo más morboso. Y ya que la película estaba ambientada durante la Guerra de Vietnam decidió usar una imagen icónica del infausto conflicto bélico. Concretamente escogió la célebre fotografía de Nick Ut que publicó el New York Times y en la que se ve a una niña de nueve años llamada Phan Thi Kim Phuc huir despavorida de su aldea en el sur de Vietnam en 1972. La niña se había despojado de su ropa quemada después de que su comunidad fuera bombardeada con napalm. Phan Thi Kim Phuc agoniza de dolor. Su piel parece estar derritiéndose. Una fotografía impactante que ganó el premio Pulitzer en 1973.

Tienes que tener muy pocos escrúpulos y decencia para usar esta imagen para lucrarte. Y más, hacerlo sin pagar derechos de autor, como todo indica que pasó con el distribuidor de “Vietnam sangriento”, que hizo llegar la película a los videoclubs con esta vergonzosa carátula.

En fin, por una vez sobran los comentarios.

Y con esto finaliza nuestra visita al videoclub. Espero y deseo que esta sexta entrega de “Engañados por la caratula” os haya parecido tan interesante y entretenida como las cinco anteriores. Y recordad que por muy ponzoñosas que os hayan parecido las películas de hoy, hay que devolverlas rebobinadas.