Últimamente me dan muchos sirocos de los míos y hablo sin cesar, sobre todo en mi cuenta de Twitter, sobre las experiencias más chungas que he tenido en un videoclub. Hablo de películas casi ignotas que prometían diversión y solo me dieron tedio y un trauma que me acompañará el resto de mi vida. Muchos de estos recuerdos ya los había compartido antes aquí ya sea en la sección “Secuelas bastardas” o en las dos anteriores entregas de la que nos acompaña hoy. Precisamente, ha sido a raíz de compartir estos recuerdos que algunas personas me han comentado lo mucho que les molan los artículos de esta temática en Retromemories. Y como yo me debo a la gente, y porque la generosidad es una de las cualidades que mejor me definen, he decidido volver a hablaros de carátulas realizadas con la intención de dar gato por liebre al pobre incauto que acudía al videoclub.
Tras esta estúpida introducción, en Retromemories me pagan por palabra escrita y acostumbro a rellenar mis artículos de paja para lucrarme vilmente, pasemos a descubrir que horrorosas carátulas tenemos hoy.
1) Dar cera, tener jeta.
Pongámonos en situación. Corre el año 1989 y por cosas de la vida eres el propietario de una distribuidora de VHS. Un buen día compras un lote de películas entre las que se encuentra el film “Chu za hu” de 1979, o sea, que fue realizado diez años atrás. De momento la premisa ya asusta, ¿verdad?
Vale, como eres consciente de que eso no se va a vender ni de coña decides darle un título molón, “Kung Fu Boxer”, y modernizar un poco su carátula para hacerla más atractiva al público. El problema es que el negocio no va muy bien y no puedes contratar un buen diseñador. No hay problema. Recuerdas que tu primo, el de Algete, está estudiando bellas artes y que eso del dibujo se le da bien. O eso dice. Así que le pides que te haga una carátula. Como tu primo no tiene ni idea de cine, y menos de artes marciales, le dices que coja de inspiración el póster de la película de la misma temática que lo está petando en ese momento: “Karate Kid III”.
Aquí es cuando el plan empieza a irse al garete porque donde tú dijiste “inspirar” el idiota de tu primo entendió “plagiar”. Y no solo eso, resulta que eso de dibujar muy bien, lo que se dice muy bien, no se le da. Con estos hándicaps no extraña que tu artimaña perfecta acabe convirtiéndose en esta horrible aberración:
Con la moral por los suelos, porque eres consciente que esa carátula no engañará ni al más tonto, decides poner en práctica una táctica desesperado: jugártelo al todo o nada con la contracarátula. Desengáñate, por mucho que adornes la sinopsis la película no dejará de ser una mierda así que mejor que te curres unas fotos bien guapas con las que camelarte a la gente. Y no conoces a nadie más fotogénico que Bruce Lee, así que ni corto ni perezoso pones una foto de él. ¡Qué más da que no salga en la película! Además, está muerto. Él no se va a quejar.
Si a estas alturas aún os preguntáis si “Kung Fu Boxer” logró alcanzar un récord de cifras de alquiler es que sois más pardillos de lo que me imaginaba.
2) Intocables y sinvergüenzas.
En 1987 “Los intocables de Eliot Ness” se convierte en un gran éxito de taquilla. Además de eso recibe cuatro nominaciones a los Oscar, ganando finalmente solo uno, el de “Mejor actor secundario” que recibe Sean Connery por su excelente interpretación de un veterano policía incorruptible. Con estas credenciales nadie dudaba que sería una pieza codiciado por todos los clientes de los videoclubs.
Llega el momento en el que algún desaprensivo, porque de todo hay en la viña del Señor, entra en escena para aprovecharse de la situación. El tío piensa que si la gente se muere por ver a Eliot Ness enfrentarse a Al Capone lo mismo le dará ver cualquier otra película ambientada en el mundo del hampa. A primera vista la idea se antoja una estupidez, pero cuando ves la única película de hampones que ha podido conseguir para distribuir ya es cuando el alma se te cae a los pies.
“El terrible de Chicago” es una comedia española de, agarraos, 1967 interpretada por Cassen. Se hace difícil pensar que nadie que quisiera ver “Los intocables de Eliot Ness” tenga el más mínimo interés por ver una comedia nacional de veinte años atrás. Aquí es donde entra en juego la picaresca española. Recordemos por un momento el póster de la película de Brian De Palma. De Palma es el apellido de Brian, ¿eh? No es que el menda sea de Mallorca. Lo siento, no he podido resistirme a hacer esta mierda de chiste. Lo dicho, recordemos el póster:
El desaprensivo anteriormente citado pone a trabajar su malvada mente hasta que llega a la conclusión que lo mejor que puede hacer es modificar la caratula de “El terrible de Chicago” para que se parezca un poco a la de “Los intocables de Eliot Ness”. El resultado es este:
La gran pregunta es: ¿Quién coño son los tíos que aparecen en la parte de abajo? Porque en la película no salen. Para mí que solo son cuatro matados que reclutaron para hacerles una foto posando como Kevin Costner y compañía. Es tan lamentable que duele de ver.
Por si os interesa saberlo, en la actualidad esta edición en VHS se cotiza a unos 30€. No hace falta que ahorréis para regalármela que no la quiero.
3) Destroyer, el omnipresente.
Para acabar voy a hablaros de un caso que aunque bastante popular me apetece recordarlo con vosotros.
Seguro que todos conocéis, de alguna u otra forma, “Destroyer (Brazo de acero)”, una de esas películas que surgió aprovechando el taquillazo de “Terminator”. La película tuvo bastante éxito en los videoclubs, gracias sobre todo a su genial carátula, lo que hizo que otros títulos quisieran aprovecharse de ella. El problema es que fueron varios, lo que hizo que el robo fuera más clamoroso.
Primero llegó “Cy-Warrior” que también era mala una copia del film de Cameron. Eso abrió la veda a otra gente para plagiar el diseño de la carátula. Y ya no hacía falta ni siquiera que fueran films de ciencia ficción.
Primero llegó «Hell Raiders: Invasores infernales», la enésima copia de Rambo.
Luego «La caza», un spaghetti western de 1972 recuperado para la ocasión.
Y finalmente una película de ninjas que por lo menos contenía su dosis de ciencia ficción.
Cuatro películas copiando vilmente la misma carátula. De ellas, “Cy-Warrior” incluso ha alcanzado cierto estatus de culto, al igual que “Destroyer (Brazo de acero)”, todo sea dicho. Ver para creer.
Pues con este alucinante caso, sin desmerecer a los dos anteriores, doy por concluida esta tercera entrega dedicada a recordar los engaños mediante el uso de carátulas. Llega el momento que digáis la vuestra. ¿Qué os ha parecido este artículo? ¿Recordáis algún caso similar o peor? Contad, contad…