El día después (The day after, 1983)

 

TRAILER DEL FILM:

EL ORIGEN DE “EL DÍA DESPUÉS”:

A principios de los 80 la guerra fría que enfrentaba a los Estados Unidos y la U.R.S.S. estaba uno de sus momentos más tensos. Con los arsenales de los dos países repletos de armas químicas el mundo vivía bajo el temor de que pasaría si uno de los dos países decidiera atacar al otro.

Esta situación junto al éxito del film “El síndrome de China”, donde se relataba los sucesos derivados de un accidente nuclear, hizo que los dirigentes de la ABC pusieran marcha una ambiciosa miniserie de cuatro horas, a las que luego eliminarían dos para transformarla en un telefilm, que relatara los efectos que podría tener en el mundo un intercambio de misiles nucleares entre las dos potencias.

El director escogido para llevar adelante el proyecto fue Nicholas Meyer (responsable de “Los pasajeros del tiempo” y las entregas dos y seis de “Star Trek”) que puso como condición que en el telefilm no podría haber ni buenos ni malos ya que prefería ceñirse a los efectos de la guerra en lugar de que fue lo que la causó. Es por eso que en la película no explican quien empezó el ataque primero, dejándolo simplemente con un intercambio de ataques.

LA PELICULA:

“El día después” (“The day after” 1.983), cuya acción transcurre en Kansas, tiene el clásico formato de cualquier film de catástrofes. Eso es un primer acto donde nos presentan a varios personajes, un segundo acto que es cuando sucede el hecho desencadenante de la catástrofe que les toca vivir a los personajes y un tercer acto que es donde vemos como estos intentan salvar sus vidas y/o hacer frente a la situación.

En el primer acto de “El día después” conocemos al doctor Rusell Oakes (interpretado por el doblemente oscarizado Jason Robards), un hombre que a la preocupación por la situación mundial se le une la mala noticia de que su hija se traslada a otra ciudad.

En el mismo hospital que el doctor Oakes trabaja la enfermera Nancy Bauer (interpretada por JoBeth Williams, la mama en “Poltergeist”).

En las afueras residen los Dahlberg, la típica familia americana, cuya hija mayor se casa en dos días…

 

… con el apuesto estudiante universitario Bruce (interpretado por Jeff East, recordado por ser el Clark Kent adolescente en “Superman”) que asiste a la misma universidad que Aldo (interpretado por Stephen Furst visto en «Desmadre a la americana», «Los albóndigas en remojo» o la serie de T.V. «Hospital»/»A cor obert») y que Stephen (interpretado por Steve Guttenberg, aquí acreditado como Steven, famoso por su participación en la saga “Loca academia de policía” o “Tres hombres y un bebe”), que viendo como está el percal decide abandonar la ciudad e irse a reunir con su familia.

 

En dicha universidad imparte clases el profesor Joe Huxley (interpretado por John Lithgow recientemente visto como el asesino Trinity en “Dexter”) que no es muy optimista con la situación del conflicto.

 

Todos ellos viven pegados al televisor y a las radios escuchando los frecuentes boletines de noticias que explican el conflicto militar que se ha desatado en Alemania Oriental (recordad que en los 80 todavía había dos Alemanias) donde es inminente el choque entre las fuerzas de la OTAN y las de El Pacto de Varsovia.

Otro de los personajes que se nos presenta, el soldado Bill McCoy, es reclutado cuando salta la alarma. Le pide a su mujer que se vaya a casa de su madre (No entiendo porque en las películas cuando alguien va a hacer frente a una amenaza envía a su mujer a casa de su suegra. ¿Creerán que esa amenaza temerá tanto a su suegra como hace él?) y que él se reunirá con ella en cuatro días.

La guerra ya es inevitable. La gente aterrorizada huye hacia los refugios atómicos pero antes asaltan los supermercados en busca de provisiones.

 

Y al fin sucede lo que todos temían. Los mísiles son disparados desde varios puntos del planeta.

Empieza el segundo acto. Los misiles impactan en sus objetivos y se desata el caos. A pesar de haber transcurrido casi treinta años y de ser un producto televisivo, esta escena aún es muy impactante.

El tercer acto nos relata las secuelas del intercambio de ataques. El mundo ha quedado destruido.

La población vive confinada en sus refugios atómicos, como por ejemplo los Dahlberg, a los que luego se les unirá Stephen, que habitan el que tienen en su casa.

Los heridos son atendidos como buenamente se puede en los hospitales. En el exterior reina el más absoluto descontrol. La gente incluso se pelea por un poco de agua y se han organizado cuadrillas que imparten justicia y no dudan en matar si así creen que hacen justicia.

La gente se aferra a la fe en Dios para encontrar la salvación, pero el problema no se va a solucionar solo rezando.

 

Los Estados Unidos y la U.R.S.S. sellan la paz, pero ya es demasiado tarde. El mundo está acabado. Es imposible conrear de nuevo las tierras porque las primeras 3 o 4 capas son inservibles, se tendrían que quitar pero nadie sabe qué hacer con todo esa tierra radioactiva. Apenas quedan animales y los que siguen vivos están llenos de radioactividad. No hay esperanza. Los humanos heridos viven amontonados en cualquier sitio.

 

Los efectos de la radioactividad en los humanos son letales. La mayoría de los personajes que hemos conocido durante la película van muriendo uno a uno a causa de ella.

 

La película termina con el mensaje de que no hay esperanza para la humanidad.

Antes de los créditos nos hacen un aviso en el que dicen que lo que hemos visto en la película no es ni mucho menos lo peor que sucedería en caso de suceder una guerra nuclear.

UNOS DATOS MÁS PARA TERMINAR:

“El día después” fue emitido el 20 de noviembre de 1.983 tras una larga campaña de publicidad y consiguió una audiencia de ¡100 millones de espectadores!

El telefilm recibió 12 nominaciones a los Emmy, entre ellos al mejor director, guión y mejor actor secundario (John Ligthgow), consiguiendo solo 2 en apartados técnicos.

La calidad del telefilm hizo que se distribuyera a las salas de cine de Europa, con un notable éxito de público y crítica.

Hay una historia, no se sabe si cierta o no, que cuenta que tras ver «El día después» Ronald Reagan decidió entablar conversaciones con la U.R.S.S. para pactar el desarme nuclear.

MI PRIMER RECUERDO:

Os voy a ser sinceros: No había visto “El día después” hasta este mismo fin de semana, así que no tengo recuerdos de ella que se remonten a 30 años atrás.

Lo que sí recuerdo era ver reportajes en televisión donde veíamos las reacciones de la gente al abandonar la sala después de ver el film. La gente salía fuertemente impactada por lo que acababan de ver.

Es por eso que siempre he sentido interés en ver está película, pero ha tenido que pasar mucho tiempo para que finalmente me decidiera a verla.

Próximamente os ayudaré a recordar otro pasaje de vuestra vida.