Como ya os he contado a Juan, mi mejor amigo, lo conocí cursando EGB. Cuando íbamos a tercero, un día Juan entró en clase y vino corriendo hasta mi pupitre y me dijo:
– Tío no te lo vas a creer. ¡Mira lo que me he comprado!
Abrió su mochila y de allí sacó un bolígrafo. Pero no era un bolígrafo normal, no. Era el increíble “boli” de diez colores.
– ¿Qué es esto? – le dije todo alucinado.
– Es el “boli” de diez colores. Son diez bolígrafos condensadas en uno solo. Tiene color rojo, azul oscuro, azul celeste, verde claro, verde oscuro, naranja, rosa, violeta, marrón y negro. Y además cada color huele a algo distinto. – me contestó
– Molar, mola un rato, pero ¿es útil? – pregunté
– ¿Estas de coña? ¡Es la herramienta del futuro! Dentro de poco el que no tenga este bolígrafo en la escuela o en su puesto de trabajo no será nadie. Es supermegahiper útil, tío. Te permite tomar apuntes, subrayar lo más importante, destacar algo escribiéndolo en negro y… umm… muchas cosas tío. No se como aún no tienes uno.
Empezaron las clases y me pase toda la mañana observando a Juan como iba cambiando el color de su bolígrafo según sus necesidades. En un descanso entre clase y clase me acerqué a él y vi como sus apuntes eran una mezcla de tachones y palabras escritas repetidamente en varios colores.
– Es que aún no me he acoplado al “boli”. – dijo Juan. Es lo que tiene la tecnología punta, que es muy útil pero tardas un tiempo en controlarla.
A la hora del patio, Juan desmontó el “boli” para enseñarnos a todos como era por dentro. Con el bolígrafo desmontado en sus manos, nos miró y nos dijo:
– Miradlo bien porque esto es el progreso.
Un gran “Oooooooh” resonó en el patio. Juan nos convenció tanto que en menos de una semana todos los chicos de la clase tenían un “boli” como ese. Pasadas dos semanas todos los chicos estaban hartos de ese “boli”. Y es que ese “boli” era de lo más incomodo e inútil. Vamos a ver, ¿pero quien escribe en rosa o violeta? Nadie. Tenía diez colores y de esos diez, siete eran totalmente prescindibles. El bolígrafo, además, era tan grueso que no te permitía escribir cómodamente. Así pues, la gente prefirió escribir con el “boli” Bic de toda la vida antes que con semejante armatoste. Juan, en cambio, lo utilizó durante todo su vida como estudiante.
Hace unas semanas me encontré a la hermana de Juan que venía de recoger a su hija del colegio. Estuve hablando con ella un rato y me fijé que la niña llevaba un bolígrafo de diez colores de Hello Kitty.
– ¿Y esto tan bonito de la Hello Kitty qué es? – le pregunté.
– Es un “boli” de diez colores. – contestó. Dice mi tío Juan que es la herramienta del futuro.
En fin…