Crónica del Festival de Sitges 2018 (IV)

Para poner punto final a la crónica de Sitges 2018 voy a realizar un rápido repaso a algunos de los títulos de la presente edición del festival. He hecho una criba de películas, pues vi más de 40, y me voy a ceñir a los que creo que merecen ser resaltados por su calidad o por el interés que habían despertado. Dicho esto, empecemos con el repaso.

“Au poste!”

Soy incapaz de ser imparcial con las películas de Quentin Dupieux. Este tío me tiene ganado de antemano. Pero pasiones aparte, he de decir que con “Au poste!” ha vuelto a crear una obra maestra del humor absurdo. Es increíble cómo consigue que un vulgar interrogatorio arranque carcajadas a mansalva. El que conozca un poco la obra de Dupieux sabe que contar el argumento de sus películas es un pelín difícil, pues parece que tratan de una cosa pero no tardan en derivar en la mayor de las absurdidades, en el buen sentido, que uno pueda ver. Aquí, el intento de esclarecer una muerte da paso a la reconstrucción de los hechos más loca jamás vista en pantalla. Hilarante es poco. Con “Au poste!” el crédito que siempre le doy a Dupieux no ha hecho más que crecer.

“Apostle”

Lamento decir esto, pero yo soy de los que salí un pelín decepcionado del pase de la nueva película de Gareth Evans. A priori el hecho de que Evans se alejara del cine de acción que tan buenos réditos le ha dado para meterse de lleno en el cine de terror, tras aquel segmentó que dirigió para “VHS 2”, me llenaba de entusiasmo. El problema viene que a pesar de sus puntos de interés “Apostle” me pareció fallida por no acabar de definirse hacia ningún género. Como película de terror falla bastante, pues no hay en ella ningún momento verdaderamente terrorífico. Después hay momentos en los que Evans parece intentar volver a la acción, pero luego esas escenas quedan en nada, como si quisiera recalcarnos su promesa por alejarse de ese género. Hay coqueteos con el cine de espías, por su arranque parece que la historia irá por ahí, pero también eso queda en agua de borrajas. Al final queda una historia que a pesar de tener alguna escena potente queda coja en su conjunto. Da la sensación que Evans se ha contenido mucho, aunque nos ofrece una escena de tortura de lo más bestia, o que se ha hecho un lío con lo que quería explicarnos. Una pena. Esperemos que esto solo sea un pequeño borrón, que tampoco es un desastre mayúsculo, en su carrera.

“One cut of the dead”

No sé si conoceréis una obra de teatro titulada “Por delante y por detrás” que también contó con una versión fílmica llamada “¡Qué ruina de función!”. En ella nos contaban que sucedía delante y detrás de las bambalinas de una compañía de teatro. Así descubríamos que la obra que estaban representando era un desastre por culpa de lo que sucedía cuando los actores no estaban en escena. Explico esto porque básicamente esto es lo que nos cuenta “One cut of the dead”. Es la historia del calamitoso rodaje de un programa de zombis. Una propuesta muy divertida y bastante original. Sus diferentes pases en Sitges finalizaron en largas ovaciones del público asistente. A mí me pareció un pelín exagerado, pero ya sabemos cómo funciona esto.

“Aterrados”

Una de esas agradables sorpresas. “Aterrados” funciona a la perfección. Sabe construir una buena historia sobre gente que desaparece misteriosamente y muertos que vuelven de la tumba y sabe salpicarla con buenos momentos terroríficos. Añadidle a esto unas más que correctas actuaciones y tenemos un plato que satisfará tanto a los amantes del terror como al público casual. De mis favoritas del festival.

“Deadtectives”

Seguro que todos habéis visto, ni que sea de pasada, el típico “reality” en el que algunos supuestos entendidos en lo oculto van a la caza de fantasmas. Esto precisamente es lo que son los protagonistas de “Deadtectives”. El problema que tienen es que las audiencias de su programa están cayendo en picado. El responsable de la cadena les da una última oportunidad para remontar la situación y les obliga a ir a una casa en México en la que parece que suceden fenómenos extraños. Lo que pasa es que no solo lo parece sino que esta vez los fantasmas son reales y, claro, nuestros protagonistas no están cualificados para hacer frente a tal amenaza. Las risas están aseguradas. Como dije en su momento, es cómo si los Cazafantasmas fueran a la casa de “House, una casa alucinante”. Divertidísima.

“The house that Jack built”

A estas alturas ya habréis leído de todo sobre la última película de Lars von Trier. ¿Qué puedo añadir yo? Bueno para empezar diré que el retrato que nos ofrece sobre un asesino en serie a través de cinco momentos de sus correrías asesinas me encantó, pero con matices. Para empezar diré que su duración me pareció a todas luces excesiva. Su epilogo se me hizo largo y cansino, por no decir que la cháchara que suelta el personaje interpretado por Matt Dillon tras explicarnos alguno de sus asesinatos se me llegó a hacer muy cansina. Eso sí, cada uno de los cinco asesinatos que se nos muestran son divertidísimos. Mención especial a los dos primeros que me parecieron excelentes. Ya digo que en general la película me pareció soberbia, pero su desmesurado metraje hace que su nota baje. Pero vamos, bajar de un excelente a un notable ya lo firmaría yo mismo.

“Un couteau dans le coeur”

Sobresaliente giallo ambientado en la industria del cine porno gay en la Francia de los años 70. Un asesino empieza a eliminar a actores porno. Esto lo aprovechará una directora para realizar una película X sobre estos sucesos, idea esta que no hará más que empeorar cosas. A partir de aquí, lo típico del giallo. Asesinatos creativos y bastante gráficos, sospechas que van pasando de un personaje a otro y una resolución del caso sorprendente. Una autentica gozada.

“Dragged across concrete”

La nueva película de S. Craig Zahler repite los tics ya mostrados en sus anteriores obras. Una buena idea de base cuya narración se alarga innecesariamente para finalizar con una explosión de violencia. Aquí nos explica como dos policías ponen en marcha un plan para ganar dinero a costa de unos malhechores. La cosa se complicara más de lo debido cuando descubran los planes reales de estos malhechores. Decía que las películas de Zahler compensan su excesivo metraje con un final ultraviolento. Bien, aquí la decepción es grande, pues el final, aunque violento, no colma las expectativas creadas. Y este es un gran hándicap pues hace que entonces no se le perdonen al director sus rellenos de paja. ¡Ojo! “Dragged across concrete” gustará a más de uno, porque no es mala película. El problema es que yo a Zahler ya no le compró más películas de 159 minutos. La violencia que muestra, por muy buena que sea, no me compensa tanto momento tedioso.

“St. Agatha”

Con el nuevo título de Darren Lynn Bousman sigo nadando contra corriente. Muchos fueron los que tras la proyección lanzaron pestes sobre la película. ¿Qué queréis que os diga? A mí me gustó mucho a pesar de algún que otro defecto, su final sin ir más lejos.

En 1957, una joven que se ha quedado embarazada del cantamañanas de su novio decide refugiarse en el convento de unas, en apariencia, apacibles monjas. Pronto descubrirá, para regocijo nuestro, que las monjas tienen unas normas a las que el adjetivo “estrictas” se le hace corto.

Torturas, ambiente malsano y algún que otro momento de terror hacen de “St. Agatha” un título a tener en cuenta si lo que uno pretende es solo pasar un rato entretenido sin más.

“He’s out there”

He aquí un “home invasion” de manual. La película de Quinn Lasher se limita a seguir todas las pautas del género. Sin aportar nada nuevo ni sin salirse de lo establecido.

Una madre y sus hijas ven como sus apacibles vacaciones se convierten en una pesadilla cuando empiezan a ser acosadas por un misterioso personaje.

Lo dicho, tópica y típica. Y esto no tiene porque ser malo, soy de los que piensa que no pasa nada por repetir formulas siempre y cuando estas se hagan con gracia. Y “He’s out there” por desgracia carece de ella. Por salvar algo salvaría a sus tres protagonistas, destacando sobre todo el trabajo de las niñas que logran estar muy convincentes. Pero eso es todo. Todo lo que cuenta está tan trillado que duele de ver. Una autentica lástima, pues era uno de los títulos que esperaba con ganas.

Y hasta aquí la primera parte del rápido repaso de títulos destacables de Sitges 2018. En la próxima entrega, que será que la que pondrá punto y final a mi crónica de Sitges 2018, finalizaré el rápido repaso con una retahíla de películas. ¡Permaneced atentos!