El pasado día 23 se cumplieron treinta y un años del estreno de “Batman”. A raíz de eso publiqué un tweet en el que comentaba que mi afición desmedida por el personaje nació gracias a esta película. Decía además que uno de los primeros cómics de Batman que compré fue precisamente la adaptación a ese medio de la película de Tim Burton. Lo mejor del caso es que compré el cómic por duplicado, ya que se editó en dos formatos y yo me hice con ambos, aunque he de reconocer que fue más por estupidez que por afán de coleccionismo. A raíz de eso algunas personas compartieron conmigo fotos con diferentes artículos de merchandising del film. Después comenté la jugada con un amigo y estuvimos recordando un buen rato algunos de los objetos que se pusieron a la venta para explotar comercialmente la batmanía que había nacido. Veis por donde quiero ir, ¿verdad? ¡Exacto! Hoy voy a recordar con vosotros algunos de estos artículos de merchandising. Pero de merchandising de calidad, no de bazofia, como la que engendró cierta serie muy popular.
Para empezar, cómo no, el culpable, o mejor dicho los culpables, de que este artículo exista: la adaptación al cómic de la película. Aquí en España fue editada por la recordada y querida Ediciones Zinco. Sabedores de la fiebre por Batman que se había despertado, decidieron editar el cómic en dos formatos. Por un lado, la edición normal o más asequible a los bolsillos.
Y por otro, la edición de lujo, que por aquel entonces se llamaba “Prestige” y que recientemente ha sido reeditado por la gente de ECC. Como datos adicionales dejadme decir que el guion de esta adaptación viene firmado por Dennis O’Neil, que falleció hace pocas fechas, y que el dibujo corrió a cargo de Jerry Ordway.
Por aquellos años toda película que oliera a éxito contaba con la novelización de su guion. “Batman” no podía ser menos y contó con la suya propia firmada por Shawn Gardner. La novela contaba con 215 páginas y aquí fue publicada por Plaza & Janes.
Vale, ya tenemos el cómic y la novela. Solo falta un artículo para tener el trío esencial que debe tener toda película de fama. ¿Adivináis cuál es? Pues claro, el álbum de cromos. Aston fue la encargada de poner en circulación esta colección que estaba formada por 162 cromos.
Un mercado que las licencias de éxito como “Batman” empezaban a explotar por aquellos años era el de los juegos de ordenador y/o consolas. Antes del estreno de la película Batman ya había contado con algún que otro juego para estas plataformas, pero en 1989 se lanzaron algunos títulos dedicados exclusivamente a la película. Como este juego para PC lanzado por Ocean Erbe, por ejemplo.
O este otro para Nintendo Game Boy.
Para los jugadores más clásicos y reñidos con la tecnología Cefa puso a la venta este juego de mesa.
Pero tranquilos que hay juegos para todos. Si la tecnología no era lo tuyo y los juegos de mesa de Cefa te parecían muy complicados podías recurrir a los clásicos, como el parchís. ¿O es el Batparchís?
También estaban las damas. ¿O era Batdamas? Vale, esta birria de chiste ya lo había hecho. Lo siento.
Y hablando de clásicos, no hay nada más clásico para los que fuimos chavales en los 80 que las figuras de PVC. Batman tuvo la suya luciendo el traje negro que llevaba en la película.
Y para terminar una cosa que tenía imperdonablemente borrada de la memoria. Y digo que es imperdonable porque yo tuve una de ellas. Me recordaba por Twitter el amigo Router Hardware que Coca-Cola lanzó una promoción en la que “regalaba” camisetas con el logo de la película.
Pues bien, yo conseguí una de esas camisetas y la estuve luciendo con orgullo durante todo el verano del 89. Ya a partir del 90 solo me la ponía por casa porque el exceso de lavados, y la poca calidad de la camiseta, mandó parte del logo a tomar por el saco.
Pues hasta aquí el pequeño repaso al merchandising que generó la película “Batman”. Estoy seguro de que me he dejado multitud de productos más, así que si queréis contribuir aportando algún dato al respecto sabed que será más que bienvenido. Así pues, contad, contad…