Seguro que si nos ponemos a recordar todos los viejunos del asilo a la vez, seremos capaces de hacer una lista de más de 100 anuncios míticos, inolvidables, nostálgicos e imperecederos. Seguro que sí. El tierno anuncio de “Las muñecas de Famosa” que nos hizo caminar a todos como patos. El conservacionista “Pezqueñines, ¡no, gracias!” de cual estoy seguro que puedes tararear sin ningún problema su melodía. El cómplice anuncio de “Chispas” y su fina linea entre anunciar una colonia y coquetear con menciones no muy explícitas sobre las primeras experiencias sexuales de una pre-adolescente. Pero no, hoy este post no va a ser una lista de producciones televisivas publicitarias vetustas sin ton ni son (¿recordáis a Pajares y Esteso anunciando Thomson?), quiero centrar este humilde texto en una tipología muy concreta de anuncios: aquellos que de una manera u otra atravesaron el vidrio de nuestras pantallas de televisión y acabaron penetrando en nuestro cerebro para modificar su circunvolución temporal media alterando así nuestro procesamiento léxico semántico para finalmente incorporar sus eslóganes a nuestro lenguaje habitual. Dicho de otra manera, anuncios que cumplen el principio universal de incorporación de nuevo vocabulario de Chiquito de la Calzada. Un principio que estoy convencido que algún día se estudiará científicamente ya que alguna explicación debe haber a lo que consiguió el insigne humorista. ¿Cómo logró una única persona incorporar tantas frases a un idioma? Y además lo hizo de manera perdurable ya que estoy convencido de que actualmente vive, respira y habla toda una generación que utiliza expresiones como “No puedorl” o “¿Comorl?” y no tienen la más remota idea de quién es el maestro Chiquito. Pero entremos en materia. Estos son los primeros seleccionados:
Pronto muebles – “Tú pasa el Pronto, yo el paño»
httpv://www.youtube.com/watch?v=dnZY0_VF424
Sobre este anuncio me gustaría remarcar algunos detalles. Es muy interesante cómo trata el modelo machista imperante en la época para anunciar cosas. La mujer que se ofrece a ayudar a la chacha, y que perfectamente podríamos pensar que es una compañera suya del turno de noche que acaba de llegar y no ha tenido tiempo de cambiarse, resulta ser, finalmente, la presidenta de un consejo de administración formado exclusivamente por hombres. Hombres maduros y vestidos con traje subordinados al poder de una mujer algo, bajo mi punto de vista, bastante rompedor para la época. Luego está la estética de la presidenta: horriblemente ochentera, de hecho cuando se ata el mega-paño al cuello creo que su sex-appeal sube algunos enteros. ¿Qué podría ser más horroroso que ese traje-chaqueta?
He de reconocer que intenté tirarme igual que ella por la mesa de casa pero no pude avanzar ni un metro. Pero lo más importante es la frase que quedó para el recuerdo, frase que se convirtió en un sinónimo de colaboración en cualquier situación en la que el trabajo conjunto de dos o más personas sirviese para conseguir un fin común más elevado. Por ejemplo, he utilizado esta frase en infinidad de orgías y bacanales a lo largo de los años y os aseguro que bien usada puede animar este tipo de celebraciones de la vida hasta puntos que no os podéis imaginar.
Para acabar un detalle, una pequeña cuestión que siempre me ha rondado por la cabeza sobre este anuncio… ¿cómo frenaba la presidenta al llegar al final de la mesa?
Praims – «¡Qué cosas tiene mi novio!»
httpv://www.youtube.com/watch?v=PZ1xHZdupxA
Me encanta este anuncio, y me encanta cómo lo hace Chelo Vivares y es ese quizá para mí el secreto del éxito de la campaña: la actriz. El texto no es demasiado bueno, el encuadre es más bien insulso, el story-board parece hecho por dos simios en una clínica de desintoxicación y el producto, bueno, el producto no es más que unos simples (que no quiere decir que no fuesen buenos) caramelos de eucalipto con un refuerzo de mentol para lograr abrirte las vías respiratorias en canal a la primera chupada. La frase “Qué cosas tiene mi novio” seguramente ya había sido usada miles de veces por chicas hartas de las extrañas filias de sus novios cuando comentaban el tema de manera desenfadada con las amigas. Pero la voz, la entonación y la expresión facial de Chelo bordan un todo que hizo que este anuncio se convirtiese en un fenómeno.
Por cierto, os estoy hablando de Chelo Vivares como si la tuvieseis que conocer, pero es que es así. Ah, ¿que no sabéis quién es? Venga, no me lo creo. Quizá si os pongo una foto de uno de sus trabajos más conocidos…:
Y estoy seguro de que también conocéis quien fue su marido y que tristemente nos dejo en 2008, Juan Ramón Sánchez. ¿Cómo que no? Claro que lo conocéis, es él:
“Qué cosas tiene mi novio” se convirtió en la frase comodín por excelencia para todas aquellas novias que, o bien querían remarcar alguna gran acción de su pareja, o bien todo lo contrario, su novio era un lunático y estaban hartas de sus tonterías. Todo radicaba en la entonación, de verdad funciona, probadlo.
Tenn con bioalcohol – «El algodón no engaña»
httpv://www.youtube.com/watch?v=vSQfsvlhwQs
Solo empezar el video he encontrado un pequeño detalle que no recordaba o que había olvidado totalmente: ¡el mayordomo se llama Tomás! Y además el anuncio se sitúa en su primer día de curro. Sinceramente en mi casa agradecimos mucho la irrupción de Tenn con bioalcohol en el mercado y especialmente el descubrimiento de la prueba del algodón. El servicio de la mansión llevaba un tiempo descantillándose un poco y mis progenitores no encontraban la manera de hacer que nuestro mayordomo y nuestras criadas se pusiesen las pilas. Las reprimendas y los azotes hacía meses que no funcionaban como antaño, es como si aquellas personas que teníamos para que cumpliesen nuestras órdenes se hubiesen creído aquello de la transición y la democrácia, ilusos. Pues bien, en cuanto descubrimos la eficacia del algodón las cosas volvieron a su cauce natural y todas las habitaciones, sobre todo las de la ala nordeste que es donde tenía mis salas de juego y son las que más recuerdo, de nuevo brillaron como tiempo atrás.
Sobre el anuncio pues poca cosa a decir. El tal Tomás me parece ahora y entonces un capullo integral, que iba de sobrado y al que la pedantería y la sobradez le salían por las orejas. Las dos criadas pues unas pobres mártires. Seguro que llevaban años y años con otro mayordomo mucho más permisivo que Tomás y con el tiempo habían conseguido refinar el noble arte del escaqueo hasta cotas sublimes. Y va y llega el “tontolhaba” de Tomás a tocar lo que no suena.
Otra cosa sorprendente del anuncio es el uso del término “Bioalcochol”. ¿Qué diablos es el bioalcochol? ¿Eso sirve para limpiar o para desinfectarse las heridas? Según wikipedia: «Se denomina bioalcohol al alcohol producido a partir de materias y restos orgánicos mediante fermentación alcohólica. Existe tecnología para producir alcohol a partir de caña de azúcar, yuca, madera o restos celulósicos.” Pues ni idea de lo que es aún. Pero según la enciclopedia global del siglo XXI los bioalcoholes más conocidos son: metanol, etanol, propanol, metil-butanol, butanol, pentanol y hexanol. Vaya vaya, vaya tela con estos genios del márketing. Imaginad que el producto se hubiese llamado “Tenn con metanol”, o “Tenn con metil-butanol”, la gente hubiese pensado “Eso seguro que explota, macho, lo va a comprar su p*t* madre”. En cambio “bioalcochol” suena a biológico, ecológico y aprobado para su uso doméstico por la Madre Teresa de Calcuta: éxito de ventas asegurado.
La frase “el algodón no engaña” se ha convertido en una frase arraigada totalmente a nuestro lenguaje y es sinónimo de ver más allá de la superficie, de no quedarse con la pura apariencia y ver el desastre tras la chapuza imperante en nuestra sociedad. Podemos intentar ocultar el mal trabajo con un buen apaño, pero el algodón siempre estará ahí, al acecho y esperando para descubrirnos. A pesar de ello, los de Tenn sí que nos la colaron con el bioalcohol.
Jacq’s – “Busco a un hombre llamado Jacq’s” / “Busco a Jacq’s»
httpv://www.youtube.com/watch?v=XscUJDzfBHw
¡Por fin llegó la cosecha! ¡Tetas para vender cosas! Tenía que llegar más tarde o más temprano. Este fue el anuncio que nos dejó a todos con el culo torcido, el anuncio que abrió una puerta que jamás se volvió a cerrar, el anuncio que confirmaba el dicho popular “Lo que se tienen que comer los gusanos que lo disfruten los humanos”, el anuncio, en definitiva, que por primera vez pasaba de rollos subliminales, insinuaciones y otras sutilezas. ¡TETAS! en mayúsculas y de las gordas. ¿Para qué tanta teoría publicitaria? Si en el fondo todos nos movemos por lo mismo: el sexo. Y la cosa no acaba ahí. La moza, de muy buen ver y mejor catar, encima es una buscona de cuidado, busca al tal Jacq’s para, como mínimo, enseñarle toda la pechuga porque, si a nosotros nos enseña el canalillo entero de norte a sur, ¿qué no le va a enseñar a su anhelado y buscado Jacq’s?
Este anuncio logra algo, para mí impresionante. A ver si me sé explicar. Todos hemos querido ser como nuestros héroes, ser ellos en definitiva. Hemos querido ser Superman, Luke Skywalker, la Princesa Leia o la pija de las Spice Girls, pero lo hemos querido por que sabíamos cómo eran y admirábamos su porte, sus poderes o su personalidad. Pero con este anuncio todos quisimos ser el p*t* Jacq’s. Sin saber si era inteligente o tonto, bizco o tuerto. Sólo que era alto, fuerte, muy especial y que dejaba tras de sí un aroma único, inconfundible. Qué era, ¿un troll de la serie «David el gnomo»? Encajaría perfectamente en la descripción. Pero esos tres atributos en el fondo nos la pelaban, queríamos ser Jacq’s por ella, y si precisamos un poquito más, lo queríamos ser por “ellas”.
El anuncio termina con una voz en off diciendo “Colonia de hombre Jacq’s, un aroma muy peligroso”. Vale, peligroso, ¿pero peligroso en qué sentido? A mi me suenan a aromas peligrosos el cloro de la piscina, el gas butano, el gas ciudad, el olor a quemado y las flatulencias del resto de la humanidad. ¿Qué críptico mensaje se escondía tras esta tardía frase? Será que la chica en el fondo lo que buscaba era embaucar a Jacq’s con sus curvas y quedarse con su dinero a pesar del hediondo olor a podrido de las axilas de Jacq’s? Vete tú a saber.
En posteriores versiones del anuncio, y supongo que gracias al tirón popular del original, se recortó la frase hasta dejarla en “Busco a Jacq’s”. Ese anuncio lo protagonizó la modelo y actriz catalana Mónica Van Campen. Y si el primer anuncio impactó, los atributos curvilíneos de Mónica consagraron a la colonia Jacq’s:
“Busco a Jacq’s” se convirtió en una frase que relacionamos con la búsqueda quimérica de algo. El anhelo por lo inalcanzable, por lo que nos transcende. La búsqueda, en definitiva, de algo que sabemos o que nunca lograremos alcanzar o que hacerlo será una tarea harto difícil de conseguir. ¿Cuántas veces habéis intentado encontrar a Jacq’s y no lo habéis logrado?… También se puede aplicar de manera eufemística a busconas con ganas de pillar cacho que se pueden encontrar en las discotecas y salas de fiestas de tu pueblo. “- Psst, psstt… mira la Loli, va vestida como una guarra. -Sehhh, creo que está buscando a Jacq’s”… Pero esta segunda acepción sería menos académica, más banal, y como podéis haber ido apreciando, este post tiende más a lo científico que a la chabacano a pesar de haber hecho servir palabras como p*t*. Hecho que se ha realizado como recurso estilístico únicamente para mantener en tensión al lector y atraparlo así hasta el final del texto.
Y hasta aquí esta primera parte. Si los astros se juntan y el tema os ha interesado continuaremos con esta serie de posts. ¿Nos recomendáis algún anuncio que influyese en nuestra manera de hablar para su análisis? Esperamos vuestras propuestas.
Tomad la medicación…