Esta año se celebraba la 50ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña y es por eso que nos pusimos nuestras mejores galas, o sea bermudas y una camiseta bien molona, y nos desplazamos hasta Sitges para festejar este importante aniversario y de paso disfrutar de buen cine durante 11 días.
La presente edición estaba dedicada a Drácula. Es por eso que durante el festival pudimos disfrutar de la proyección de algunos de los mejores films dedicados a tan insigne personaje. Por la pantalla desfilaron Bela Lugosi, Christopher Lee y Frank Langella, que fueron algunos de los actores que mejor supieron plasmar en el celuloide al mítico vampiro. También se proyectaron, entre otros, films como “Drácula de Bram Stoker”, “Drácula negro” y dos aportaciones españolas: “El conde Drácula” de Jesús Franco y “Brácula: Condemor II” con nuestro querido Chiquito de la Calzada.
Los directores William Friedkin y Gary Sherman estuvieron por Sitges. El primero, además de para recoger un premio honorífico, presentó una proyección de “El exorcista”, posiblemente su film más famoso, y aprovechó para explicar algunas anécdotas del rodaje y alabar sobre todo a Linda Blair.
Por su parte Sherman presentó un nuevo montaje de su film “Sub-Humanos” (“Death line” a.k.a. “Raw meat”, 1972) que según él mejoraba y mucho la versión que se estrenó en los cines en su momento.
Susan Sarandon también recibió un premio honorífico y presentó la proyección de “The Rocky Horror Picture Show”. No sé si es porque la proyección empezó con más de una hora de retraso o si simplemente la actriz no tenía un buen día pero la presentación fue de lo más breve y triste.
Terminator también vino al festival, pero no con una nueva película de la saga sino con la versión en 3-D de “Terminator 2”. El intempestivo horario del pase no invitaba a arriesgarse a ver si los efectos tridimensionales estaban logrados o no.
Dos viejos conocidos vinieron a Sitges a presentar las nuevas entregas de sus franquicias: Chucky y Leatherface. Chucky presentó la séptima entrega de la saga iniciada con “Muñeco diabólico” en 1988 y que lleva por título “Cult of Chucky”. Por su parte Leatherface vuelve en una precuela de “La matanza de Texas” que lleva su nombre por título. Ambas serán una decepción para sus seguidores.
Hasta aquí todo lo relacionado con lo retro digno de mención. Ahora os voy a dar a conocer mi Top 5 de lo mejor que pude ver en Sitges 2017.
5) Killing ground
¿De qué va?
Para desconectar de la rutina Ian y Samantha deciden tomarse un descanso en un parque natural. Pero el viaje de la pareja no tarda en convertirse en una pesadilla cuando empiezan a ser acechados por un par de asesinos.
Opinión:
Sé que por incluir “Killing ground” en mi Top 5 me caerá algún que otro palo pero faltaría a la verdad si no reflejara lo mucho que me gustó el film de Damien Power.
El director sabe llevar muy bien la tensión a lo largo del metraje yendo desvelando poco a poco las sorpresas que encierra el film. Es de recibo destacar la excelente narrativa que tiene la película. Y es que durante un buen rato estamos pensando que nos están contando dos historias paralelas cuando en verdad OJO SPOILER son dos líneas temporales diferentes pues en una nos narran qué pasó con los inquilinos de la tienda de campaña que Ian y Samantha encuentran abandonada FIN DEL SPOILER.
Otra cosa a destacar de “Killing ground” es su violencia. No por explícita sino por realista. Atención a la escena en la que uno de los asesinos agarra a un bebé. Sencillamente escalofriante. Del resto, como indico, intuimos más que vemos. No sé si por auto-censura o por dejar a la imaginación del espectador. Personalmente no necesito ver una violación de una niña para que esta mi impacte más.
Por cierto, son precisamente los actores que interpretan a los asesinos los que se llevan la palma del reparto. Bordan sus papeles.
Por desgracia al final Power no sabe rematar bien la jugada y nos deja un clímax ya más normal y con algún giro que además de verse venir es un pelín flojo. Pero eso no supone un gran lastre para “Killing ground” y acaba convertida en una buena tarjeta de presentación para su director.
4) My friend Dahmer
¿De qué va?
Entre los setenta y los noventa, Jeffrey Dahmer asesinó a diecisiete personas en el Midwest americano. Esta es la historia de lo que pasó antes de todo aquello. Esta es la historia de los años de Dahmer en el instituto, donde llevó una vida solitaria, triste y a la vez divertida. Basada en el maravilloso cómic de Derf Backderf, “My friend Dhamer” compone un curioso retrato de lo terrible que puede ser la secundaria.
Opinión:
¿Se puede sentir lástima por el asesino de diecisiete personas? Pues eso es lo que sentí yo por Jeffrey Dahmer tras ver el film de Marc Meyers.
Vayamos por partes: Lo que vemos en “My friend Dahmer” no es el relato de los crímenes del que fue conocido como “El carnicero de Milkwaukke” sino sus años de instituto. Y es al contemplar la dura adolescencia que tuvo Dahmer que uno no puede sentir más que pena por él. No imaginéis que fue el típico caso de niño maltratado que se crió en un hogar desestructurado. No es eso. Sus padres le querían mucho pero estaban en pleno proceso de separación y no estaban todo lo pendientes de su hijo que deberían. En el instituto Dahmer era un marginado. O algo mucho peor. Era un solitario que no tenía ni un amigo, ni tan siquiera enemigos.
Durante el film vemos la lucha de Dahmer contra sus instintos (tremenda la escena en la que intenta controlarse para no matar a un perro) y cómo sabe que algo en él no va bien pero que no sabe a quién recurrir. Lamentablemente cuando hace por fin amigos estos solo lo quieren como mono de feria y para utilizarlo para sus intereses.
“My friend Dahmer” es un triste relato sobre cómo se podrían haber evitado diecisiete asesinatos solo si alguien le hubiese prestado atención a un chico que pedía ayuda desesperadamente.
3) A ghost story
¿De qué va?
Un joven músico muere en un accidente y vuelve como un fantasma a la casa que habitaba junto a su pareja.
Opinión:
Si antes os hablaba de una película triste esta es mucho peor. Porque lo que nos relata “A ghost story” es cómo nos cuesta a veces separarnos de aquello que amamos. Cómo a veces no sabemos dejar ir aquello que queremos. El personaje interpretado por Cassey Affleck muere en un accidente de coche y lejos de irse al más allá prefiere quedarse en nuestro plano e ir a su casa junto a la mujer que ama. Una casa de la que ya no se quería ir en vida, por cierto. Lo que trae su regreso solo es tristeza y melancolía. Ver cada día a su amada sin poder tocarla o ver cómo ella intenta rehacer su vida. Impagable la escena en que sentado en un sofá el fantasma ve como la que antes era su pareja se despide en la puerta de un chico besándolo. Es increíble cómo David Lowery consigue que una sabana con dos agujeros en forma de ojos transmita tanta tristeza. Una escena totalmente desgarradora. Aunque lo cierto es que toda la existencia del fantasma es desgarradora. Es durísimo ver lo despacio que puede pasar el tiempo cuando esperas a que suceda algo que no va a suceder jamás y lo mucho que duele esa espera. Y esto, junto a lo antes citado, es lo que nos cuentan en “A ghost story”.
2) Hounds of love
¿De qué va?
Perth 1987. Una noche, Vicki discute con su madre y se escabulle por la ventana para ir a una fiesta. Por el camino se cruza con John y Evelyn, una amistosa pareja que no tarda en enseñar los colmillos, atrapando a la chica en una red de vejaciones y violencia.
Opinión:
Basado en un hecho real “Hounds of love” nos relata el secuestro y cautiverio que sufrió una adolescente australiana a manos de una pareja de desalmados. La historia es durísima, no voy a engañaros, y al igual que sucedía con “Killing ground” es más por lo que presuponemos que está sucediendo que por lo que vemos en pantalla. Pero lo peor de todo es la angustia que uno experimenta viendo este film. Desde la secuencia en que John y Evelyn intentan engatusar a Vicki para que entre en su casa hasta el final todo es sufrimiento. Porque en dicha escena uno ya sabe que eso va a acabar mal y reza para que la chica no sucumba a las tretas de la pareja. Lo peor es justo en el momento en la que ella se da cuenta que la han engañado y trata de huir pero ya es demasiado tarde. A partir de ahí vamos a peor. La escena en la que John quiere violar a Vicki y ella presa del pánico se defeca encima es sublime porque consigue hacernos sentir cómo se siente la víctima. Y es que este es el gran mérito de “Hounds of love”, que en cada momento consigue que suframos por Vicki. Como por ejemplo en la excelente escena en la que John se encierra en el lavabo con ella. No vemos nada de lo que sucede, solo lo suponemos, y eso nos transporta al terror. El hecho de que Evelyn golpee sin cesar la puerta porque sabe que allí está sucediendo algo sin su permiso, porque ella tolera que su pareja viole a chicas solo si ella está presente, ayuda a dar más dramatismo a la escena.
Evelyn, soberbiamente interpretada por Emma Booth, es un personaje que nos despierta ira pero también pena. Ira por lo que permite que John haga pero también pena porque es una mujer abnegada que solo hace aquello que John dice. Y si lo aguanta es porque en gran parte lo ama pero también porque no puede dejarle porque no tiene donde ir.
Es tremendo el trabajo de toda la tripleta protagonista pero también es destacable el trabajo de Susie Porter como la madre de Vicki.
¡Ah! Los últimos 10 minutos de “Hounds of love” son tensión pura. Homenaje a “El silencio de los corderos” inclusive.
1) Tragedy girls
¿De qué va?
Sadie y McKayla están tan obsesionadas con las redes sociales que han decidido urdir un macabro plan: secuestrar a Lowell, un asesino en serie, para que las adiestre en el arte del horror y poder, así, petarlo en internet. Al principio, todo va según previsto, pero cuando las cosas se tuerzan y Lowell quede libre, a las autodenominadas “chicas trágicas” no les quedará más remedio que reconsiderar su plan.
Opinión:
Hacía mucho tiempo que no reía tanto con una película como con “Tragedy girls”. El film de Tyler MacIntyre es una comedia gamberrísima que le da una nueva vuelta de tuerca a un género tan trillado como en principio es el slasher.
Y es que en “Tragedy girls” las chicas jóvenes no son las víctimas sino las asesinas y los crímenes solo los cometen para ganar notoriedad en las redes sociales. Una brutal crítica a la manera que tienen de vivir los jóvenes de hoy en día.
La película ya empieza fuerte, con una escena que uno cree que ha visto ya mil veces antes, una pareja se está dando arrumacos en un coche y un asesino les sorprende, y que da un giro espectacular. A partir de aquí la cosa se dispara y no paramos de engarzar gag sublime con gag sublime y todo ello salpicado con el gore más bestia y divertido visto en tiempo. Porque sí, Sadie y McKayla son unas asesinas de lo más cafres.
Momentos y personajes a destacar los hay a patadas: El ex novio místico, el jefe de bomberos y el propietario del gimnasio solo son algunos de los que protagonizan algunas de las mejores escenas del film. Y todos y cada uno de los asesinatos son tremendos.
“Tragedy girls” es una auténtica gozada. Algunos la comparaban con “Las últimas supervivientes” (“The final girls”) vista el año pasado pero para mí esta es infinitamente mejor.
Y su pareja protagonista, por muy asesina que sea, es sencillamente adorable.
Pues con el mi Top 5 doy por cerrada la primera parte de mi crónica. En breve haré un rápido repaso a todo lo demás que dio de sí Sitges 2017,
Hasta entonces, sed buenos.