El menú de nuestra cuarta entrega de la crónica de Sitges 2021 está formado por dos títulos muy diferentes entre ellos. Por un lado, un relato de terror. Por el otro, una comedia negrísima.
“Knocking”
La realizadora de documentales Frida Kempff hace su debut cinematográfico con un thriller ambientado en Suecia empapado de paranoia urbana. Molly (Cecilia Milocco), quien recientemente terminó una estadía en un hospital psiquiátrico luego de una tragedia personal, se mudó a un nuevo departamento con la esperanza de comenzar de nuevo. El plan resulta inútil: pronto se ve acosada por misteriosos e implacables sonidos de golpes provenientes del techo. Convencida de que alguien está siendo lastimado, Molly está decidida a rastrear el origen de este misterioso grito de ayuda, solo para encontrarse con la incredulidad de los demás y el deterioro de su propia cordura.
Tal premisa no es de ninguna manera novedosa, sin embargo, las imágenes espeluznantes y la interpretación desgarradora de Milocco elevan a “Knocking” por encima de su trama, por lo demás, delgada. Ambientada durante una ola de calor abrasador, la película combina maravillosamente la inquietud del verano con la propia mente errante de Molly, que va y viene entre su presente claustrofóbico y los recuerdos bañados por el sol de un antiguo amante en la playa. La luz natural solo existe en estos ecos dolorosos del pasado. En su mayoría filmadas dentro del departamento de Molly, las imágenes están sofocadas en tonos fluorescentes amarillentos, lo que solo acentúa su aislamiento y empeora su estado de ánimo. Sin revelar nada, lo que comienza como un thriller cotidiano se cohesiona magníficamente en un estudio sensible del trauma y la pérdida. A pesar de solo durar 80 minutos, la película se hace un poco larga a causa de su narrativa. Pero todo eso lo compensa la directora con una gran dosis de suspense psicológico. Eso sí, su resolución me ha parecido todo un acierto.
En resumen, cuanto menos se sepa de “Knocking”, mucho mejor. Personalmente, he disfrutado con lo que cuenta, aunque uno enseguida se dé cuenta de por donde van a ir los tiros. Me ha parecido una propuesta francamente interesante.
“Barbaque”
Llega el terror de los animalistas y de todo aquel que no coma carne. Una comedia que hará las delicias de los fans de los chistes bestias.
Para reflotar su alicaído negocio, un matrimonio de carniceros empieza a vender carne de veganos que ellos mismos asesinan. Y es que por casualidad, y al querer deshacerse de su primer cadáver, descubren que el estilo de vida sana y su alimentación hace de que la carne de los veganos sea increíblemente exquisita. Así, lo que empezó como un crimen puntual acaba llevando a la pareja protagonista a sumergirse en una vorágine asesina en pos de convertir a su humilde tienda en un éxito empresarial.
El humorista Fabrice Eboué nos presenta una obra repleta de diálogos surrealistas, gags demenciales y situaciones muy absurdas. A pesar de lo brutal de su premisa, la película no abusa ni de la sangre ni del gore, apostándolo todo a un ritmo endiablado y a un guion divertidísimo en el que también su puede percibir muy de refilón una crítica hacía varios colectivos.
“Barbaque” es una graciosísima comedia de humor negrísimo con varios momentos de lo más cafre. Ideal para todos aquellos que disfrutan para este tipo de humor.
Hasta aquí la quinta entrega de la crónica de Sitges 2021. En la quinta y última haré un rápido repaso del resto de títulos que pude ver en el festival.