Crónica del Festival de Sitges 2021 (II): Lo más retro

Si en nuestra primera parte de la crónica del Festival de Sitges de este año os hablaba de cuáles eran, según mi pésimo criterio, las cinco mejores películas proyectadas durante el certamen, hoy toca que os hable de los títulos con un toque retro que se pudieron ver. Y es que ya sabéis que la máxima de este blog es abrazar toda propuesta que suponga una dosis de nostalgia.

Cómo ya sabéis, y si no lo sabíais aún es que estáis muy perdidos en esta vida, la edición de este año del Festival de Sitges estaba dedicada al hombre lobo. Así, se pudieron ver durante el evento títulos clásicos como “Aullidos”, “Un hombre lobo americano en Londres” o “El aullido del diablo”. Esta última estaba protagonizada por el personaje de Waldemar Daninsky, que inmortalizó tan genialmente el gran Paul Naschy, y precisamente a Daninsky estaba dedicada una de las exposiciones del festival.

En cuanto a las películas, una de las proyecciones más esperadas era la de “Halloween kills”.

Ya por todos vosotros es sabida la gran decepción que me llevé con la anterior entrega de la saga. Esta eleva un poco el nivel de su predecesora, pero sigue moviéndose al igual que aquella por la mediocridad. El problema de “Halloween kills” es saberse de antemano que es un capítulo intermedio, o sea, que sabemos que es un mero puente para llegar a “Halloween ends”. La trama se esfuerza por ofrecer algo nuevo, sobre todo en su prólogo, pero los resultados no pueden ser más pobres. Aquí lo que tenemos es a un Michael Myers totalmente desatado. Explicaba a mis amigos tras el visionado de la película que más que un slasher lo que parecía que habíamos visto era una nueva secuela de “Redada asesina”. Y es que Myers muchas veces actúa más como un héroe del cine de acción, ojo a la escena con los bomberos, que como un asesino en serie. Por lo demás, nada destacable. El final abre una puerta a vete saber dónde. He de decir que, a mí, y recalcando que me parece mediocre, “Halloween kills” se me hizo amena y entretenida. Pero es que yo, y más cuando se trata de personajes clásicos, con poco me conformo. Pero lo que está claro es que la formula de “Halloween”, por muchas líneas temporales que quieran crear, está más que agotada.

Otro asesino que volvió fue Chucky. Pero no en una nueva película, sino que con la proyección del episodio piloto de la serie de televisión que protagoniza. Una serie que, aunque en principio parece que va a narrar una historia nueva también se las apañará para enlazar con los eventos que se contaron en “Cult of Chucky”. De hecho, Fiona Douriff fue la responsable de presentar el episodio y nos dijo que el personaje que interpretó en las dos últimas entregas aparecería en la serie a partir del cuarto capítulo. Además, el primer episodio deja clara la vuelta de otro personaje. En cuanto al episodio en sí, decir que funciona a las mil maravillas como piloto. Presenta muy bien a los nuevos personajes, marca la línea de los derroteros que va a seguir la serie y tiene un final que deja con ganas de más. Además, volvemos a ver a la versión de Chucky más salvaje y divertida. Yo, de momento, me subo al barco de la serie.

Otro que visitó Sitges fue el Pennywise, pero no con una nueva película sino con un documental. “Pennywise: The story of ‘It’”, cuenta con todo lujo de detalles todos los pormenores acerca de la miniserie de los años 90 “It”. Este excelente documental nos narra como se inició el proyecto y como desde la escritura del primer borrador del guion fue creciendo hasta convertirse en el clásico que es hoy día. A lo largo de sus dos horas podremos ver cómo se fue perfilando el guion, la elección del reparto, imposible no emocionarse cuando hablan de los tristemente desaparecidos Jonathan Brandis, John Ritter y Harry Anderson, la creación y diseño de Pennywise y el impactó que la miniserie causó en la audiencia, en sus responsables y su legado en la historia de la televisión. Tras verlo, te entran unas ganas locas de revisar “It”. De verdad, es altamente recomendable y de visionado obligatorio para los fans de la miniserie.

Y, por último, tenemos a Alien, el famoso octavo pasajero de la película de Ridley Scott que también llegó en forma de documental. Pero no un documental hablando de la película y de sus secuelas sino uno que nos narraba una de las historias más divertidas y emotivas que pueden nacer alrededor de una película de terror. “Alien on stage” nos cuenta la apasionante historia de una compañía de teatro amateur, formada por trabajadores de una empresa de autobuses británica, que decide poner en marcha un montaje teatral de “Alien, el octavo pasajero”. La idea parece muy descabellada, pero gracias a su empeño el plan logra ponerse en marcha… con resultados funestos. Increíblemente, el destino les aguarda con una sorpresa que hará que cambien sus vidas para siempre. Os prometo que es imposible no emocionarse con el desenlace de este documental. Es más, seguro que muchos de vosotros acabaréis derramando una lagrimita. La única pena que hubo fue que ninguno de los protagonistas del documental pudo asistir al festival. Me comentaba un responsable de prensa que habían sido invitados pero que desafortunadamente sus responsabilidades laborales en la empresa de autobuses en la que trabajan se lo impidió.

Otros documentales que se pudieron disfrutar durante el festival fueron, “The found footage phenomenon”, una radiografía sobre el subgénero found footage, “Django & Django. Sergio Corbucci unchained”, en que se repasaba la obra del realizador italiano Sergio Corbucci, y “Woodlands dark and days bewitched: a story of folk horror”, en el que se explora el fenómeno del folk horror.

Esto es todo lo retro, o por lo menos lo más destacable, que ofreció el Festival de Sitges. El año que viene ya se sabe que el festival le rendirá honores a “Blade runner” y a “Tron” entre otras películas. Los amantes de lo retro tendremos un año más un buen motivo para desplazarnos a Sitges.