Otro año más, nos hemos desplazado a la localidad de Sitges para disfrutar de once días del mejor cine dentro del marco del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña que este año celebraba ha celebrado su edición número cincuenta y tres. Una edición que se ha llevado a cabo bajo la amenaza del maldito Covid-19 que tanto nos está fastidiando este año. Afortunadamente, casi todo se pudo llevar a cabo tal y cómo la organización tenía planeado. Y digo casi todo porque en los últimos tres días del festival se tuvieron que cancelar unas pocas sesiones por culpa de las nuevas medidas que tomó la Generalitat para evitar la propagación del maldito virus. Pero todo lo demás fue como la seda, por lo que la organización se merece la mas sincera felicitación y un fuerte aplauso.
Como el festival tuvo que realizar unos cambios a última hora, he decidido realizar yo también unas modificaciones en la crónica de este año. Normalmente empiezo hablándoos acerca de los títulos de temática retro que se han proyectado, para más adelante iros comentando las mejores películas que he podido ver, entre las que hay mi particular Top 5. Este año he decidido empezar por el final y dedicar mi primera parte de la crónica de Sitges 2020 a las mejores cinco películas vistas en el festival. Supongo que os parecerá una buena idea, ¿no? Pues vayamos entonces con el Top 5.
5) “Tailgate”
“Tailgate” demuestra que trabajando sobre una base ya conocida se puede acabar ofreciendo una gran película y que incluso por momentos se puede llegar a ser original. Tomando ideas de clásicos como “El diablo sobre ruedas” y “Carretera al infierno” nos presenta la historia de una familia que se ve acosada durante un trayecto por carretera por un conductor asesino. Este personaje se dedica a liquidar a todo aquel que él considere que ha sido desconsiderado con él en el asfalto. Y su forma de matar es increíblemente original: fumigándolos. Tal y cómo leéis. Con toda la tranquilidad del mundo se pone su traje de fumigación, coge sus bártulos y va tras sus víctimas. Eso sí, antes las ha perseguido y acosado por la carretera.
Por otra parte, tenemos a las víctimas: una familia formada por un matrimonio y sus dos hijas que se dirigen a casa de los abuelos. El padre es especialmente odioso porque es un estresado del copón y por culpa de él, por negarse a disculparse con el conductor asesino, todos se verán envueltos en una persecución frenética.
Estamos ante una película divertidísima, con un ritmo trepidante y que logra poner al espectador bajo la misma tensión que viven los protagonistas. Una película que logra arrancar risas y gritos de terror a partes iguales. Un muy buen título en el que su gran acierto es que el malo es muy malo y los buenos no son tan buenos como ellos creen.
4) “Rent-A-Pal”
David es un cuarentón que vive con su madre enferma de Alzheimer. Sin trabajo, sin pareja y sin amigos, su vida es un compendio de soledad y aburrimiento. Decide apuntarse a una agencia para encontrar pareja a través de mensajes en VHS. Allí descubrirá una cinta llamada “Rent-A-Pal” (“Alquila un amigo”) en la que un tío llamado Andy le ofrece todo lo que ansía: amistad y compañía.
Estamos ante un título tristísimo. Un brutal retrato del miedo a la soledad en tiempos de Tinder. David es un hombre sin esperanza que se aferra a cinta de VHS en la que sale Andy como su único apoyo. Es tremendo ver cómo con el paso del tiempo David va modificando sus respuestas para que se adecuen en todo momento a lo que Andy dice en el VHS, como un reflejo de lo que mucha gente hace en la actualidad en las redes sociales para sentir que encajan en algún sitio. Lo del servicio de citas vía video al que se suscribe David no es más que una feroz critica al mercadeo de la carne de aplicaciones como la ya citada Tinder.
Lo cierto es que logramos empatizar con David. Sus miedos y sus desgracias nos acaban afectando. Por eso, cuando por fin logra una cita todos nos alegramos. Es tremenda la escena en la que tras finalizar su cita con Lisa se encierra en su coche y se pone a gritar de alegría para descargar toda la tensión acumulada. El problema vendrá ahora en saber si David podrá prescindir de Andy ahora que tiene a Lisa.
“Rent-A-Pal” es una gran y emotiva película, con el pequeño hándicap de su desenlace, que se sustenta gracias a una gran historia muy de actualidad, a pesar de que los responsables la hayan situado en 1990 todos entendemos que refleja a nuestros tiempos, y que cuenta con un reparto en estado de gracia. Brian Landis Folkins está genial como David, pero el que realmente se roba la función es Wil Wheaton como Andy.
3) “Host”
“Host” es mucho más que una película. Es más que la mejor película de terror del año. Es un título que marca claramente un antes y un después. Al igual que en su momento “El proyecto de la bruja de Blair” popularizó de gran manera el subgénero del found footage y demostró que una nueva forma de hacer cine era posible, “Host” viene a hacer lo mismo, pero con diferentes herramientas y en un subgénero que todavía no tiene nombre.
Rodada en plena pandemia y hecha con la idea de ser disfrutada en el ordenador mejor que en la televisión o en el cine, “Host” muestra la terrorífica sesión de espiritismo que un grupo de amigas realiza a través de Zoom. Son solo 57 minutos de película, pero todos y cada uno de ellos vale la pena. La película tiene una segunda mitad que es un completo festival de jump scares y de sustos de los de toda la vida y logra que todos y cada uno de ellos funcione a las mil maravillas. En serio, “Host” proporciona verdadero terror. Además, es un claro ejemplo que con pocos medios se pueden obtener grandes resultados. En los tiempos en lo que todo parece que tienen que ser blockbusters, una película así era necesaria.
Para mí, y cómo dije en Twitter tras finalizar la proyección, es un título de culto instantáneo.
2) “Saint Maud”
Al igual que en “Rent-A-Pal”, en “Saint Maud” tenemos la historia de una persona que está y se siente muy sola en el mundo. Aquí tenemos además a un ser que arrastra una gran carga por algo que sucedió en el pasado y que le impidió hacer lo que más le gusta hacer en esta vida: ejercer de enfermera y cuidar de los demás. En este estado de soledad y culpa es cuando Maud encuentra en la religión su gran consuelo. Lo que pasa es que su paso al catolicismo viene seguido de una radicalización. Es en ese momento cuando le llega la oportunidad de redimirse cuidando de una mujer enferma con la que no tardará en chocar por culpa de sus creencias.
Maud es un personaje por el que es difícil no sentir lastima. Sola en el mundo, cuando le quitan lo que más le gusta se viene abajo. Triunfar o fracasar durante su redención marcará claramente su devenir. Porque sin redención, no hay esperanza. Y Maud necesita algo a lo que aferrarse para seguir sintiéndose persona. Abandonada por todo y todos, solo le quedaría su fe. Y ella no está muy en sus cabales para seguir ninguna fe.
En “Saint Maud” presenciamos la lenta e inexorable caída al abismo de una persona que suplica por una oportunidad que todo el mundo le niega. Es durísima la escena en la que Maud está sentada sola en un bar que está abarrotado y con su mirada busca la complicidad de alguien. Una complicidad que no llega nunca. La vemos forzar una sonrisa en busca de que alguien se la devuelva e incluso reír la ocurrencia que ha tenido alguien cerca para intentar integrarse en algún grupo. Luego se cierra en el baño llamando a la única persona de la que tiene el número y suplicándole que venga a verla. De verdad que pocas escenas definen tan bien la desgracia que vive un personaje como esta. Es digno de aplauso el recital interpretativo que ofrece Morfydd Clark.
“Saint Maud” es una película triste y cruda. Su escena final es de las que se te quedan grabadas en la mente.
1) “The Dark and the Wicked”
Dos hermanos regresan a la granja familiar con la intención de despedirse de su moribundo padre. Lo que tenia que ser un ritual ancestral acaba derivando en algo mucho más terrorífico.
Bryan Bertino presenta una película altamente perturbadora y agobiante, en la que poco a poco te va sumergiendo en el verdadero horror. El director controla muy bien los tempos y poco a poco nos va descubriendo el peligro al que se van a tener que enfrentar los dos hermanos. Logra crear una atmosfera de verdadero suspense en la que temes que vaya a ocurrir algo en todo momento. Y cuando ocurre, el terror se adueña la situación. “The Dark and the Wicked” está repleta de momentos espeluznantes que ponen el vello de punta. Visualmente es muy potente y logra crear desasosiego. La escena en que la madre se pone a cortar comida en la cocina es muy mal rollera. Lo que consigue Bertino es que temamos la llegada de la noche, pues es en ese momento en los que vemos peligrar a nuestros protagonistas.
Tal vez el final dejará frío a más de uno, a mí no lo hizo, pero incluso aplaudo el riesgo que corre Bertino de finalizar realizando un cierre que sabe que no le parecerá completo a algunos.
Pues estos han sido los cinco títulos que más me han gustado del Festival de Sitges 2020. En las próximas entregas de la crónica os hablaré de otras películas que creo que son dignas de mención.