Continuamos esta semana con otro clasicazo relacionado con la palabra COMMANDO después del fantástico reportaje que publicó Alex sobre la película de Arny y del que podéis disfrutar leyéndolo aquí.
Si viejunos, seguro que la recordáis. «Comando: técnicas de combtate y supervivenia» vino a llenar un vacío que se generó a finales de los 80 y que se había convertido en una necesidad para todo adolescente que se preciara de serlo. Todos, y cuando digo todos me refiero explícitamente a TODOS, deseábamos con más o menos intensidad convertirnos en el nuevo «action hero» del momento. ¿Y que nos hacía falta para ello? Pues recibir la correcta formación en múltiples disciplinas.
La cosa hubiese tenido una fácil y rápida solución: inscribirnos en la academia militar de Ford Nox (estoy convencido de que más de uno seguro que se intentó informar de los pasos necesarios para hacerlo). Pero esta opción planteaba dos problemas:
- Tenías que ser mayor de edad (21 años en EEUU) y nuestro empeño para salvar el mundo no podía esperar tanto tiempo.
- La academia en cuestión está (y estaba) al otro lado del planeta con lo que los abonos de transporte necesarios para ir y volver cada día a casa seguro que hubiesen disparado el presupuesto de la matrícula hasta límites insospechados.
Pero todo cambió con «Comando». De repente todo un mundo nuevo se abrió delante de nuestros ojos. Podíamos aprender a inmovilizar enemigos, a desmotar y montar una UZI, a hacernos un torniquete a nosotros mismos, a reconocer el modelo de un tanque, a conseguir agua en situaciones extremas en el desierto, a no perder calor corporal en la nieve y hielo extremos… Toda una biblioteca del saber militar aplicado al alcance de nuestras manos.
El precio era bastante alto para la época (250 pts.) pero los contenidos no tenían precio. ¿Que necesitabas preparar una emboscada para atrapar unos guerrilleros? «Comando» te enseñaba. ¿Que un enemigo te retenía agarrándote por detrás? Con «Comando» podías aprender la técnica del «Tirón del escroto» (os juro que es verdad). ¿Que tu vecino empezaba una guerra bacteriológica desde la cocina de su casa? «Comando» te describía la mejor manera de colocarse una máscara de gas.
Podríamos definir «Comando» como el «Libro gordo de Petete» de la guerra, un compendio de conocimientos básicos y necesarios en la carrera de todo aquel que quería convertirse en un héroe del nivel de los que interpretaron Schwarzenegger y Stallone en los 80.
La colección se vendía en fascículos semanales (creo recordar) y en total se componía de más de 2000 páginas que una vez encuadernadas con sus respectivas tapas se convertían en 6 volúmenes. Yo solo llegué a tener unos pocos números a parte del primero (superventas de la época seguro) ya que muy pronto me di cuenta de que mis aptitudes como macho man eran más bien escasas y que mi futuro quedaba lejos de los alardes físicos o heroicos. Recordad amiguitos: un cobarde siempre puede consolar a las viudas de los héroes.
Se publicó en 1988 y casi una década después se reeditó. És fácil reconocer las ediciones ya que en la primera los números de los fascículos están impresos en la portada en rojo y en la segunda son de color negros y están superpuesto a una chapa amarilla.
La primera edición está bastante valorada por los coleccionistas y se puede encontrar completa por unos 400-450€. Y si sois hábiles con las búsquedas de St. Google y os pica la curiosidad se pueden leer fascículos enteros online… os doy una pista: «scribd».
¿Y avosotros qué viejunos? ¿Como os fue en vuestro afán de ser unos boinas verdes mega-musculados?
