Cuando en 2022 llegó la noticia de que el personaje Winnie the Pooh pasaba a ser de dominio público y que había planes para que se convirtiera en el protagonista de una película de terror, muchos nos frotamos las manos imaginando la maravilla que podía surgir de semejante propósito. A la hora de la verdad, “Winnie the Pooh: Miel y sangre”, se reveló como un proyecto totalmente fallido en lo que a la calidad y entretenimiento se refiere. Pero a nivel comercial la cosa ya fue otro cantar. Con un presupuesto de tan solo 100.000 dólares, logró recaudar más de 8 millones, dando así la razón a todos aquellos que pensaron que prostituir así a la creación de A. A. Milne era una idea brillante. Evidentemente, este éxito tenía que aprovecharse, pariendo lo más rápido posible una secuela. Y así es como llegamos a “Winnie the Pooh II: El bosque sangriento”, una segunda entrega que supera con creces a su antecesora. Cosa no muy difícil de conseguir, por otra parte. Pero vamos, el salto cualitativo en todos los aspectos es más que evidente. Para que os hagáis una idea, y salvando un poco las distancias: “Winnie the Pooh II” es a “Winnie the Pooh” lo que “Terrifier 2” fue a “Terrifier”. Doy por hecho que el buen fan del género me entenderá.
Para empezar, en esta segunda parte, en la que repita Rhys Frake-Waterfield en la dirección, se nos presenta una mejor historia, básicamente porque en la primera parte apenas nos contaban nada. Aquí profundizamos más en el pasado de Christopher, protagonista de la entrega inicial, lo que la da mayor profundidad a la extraña relación que tuvo con Winnie. Los guionistas juegan inteligentísimamente la carta del metacine y nos cuentan que “Winnie the Pooh: Miel y sangre” es en realidad una película que se basa libremente en un sangriento suceso en el que estuvo Christopher involucrado. Este no para de decir que los hechos no ocurrieron como se narran en la película, pero casi nadie le cree. Solo un pequeño grupo de personas piensan que dice la verdad y por eso deciden adentrarse en el bosque de los Cien Acres para dar caza a Winnie y sus amigos. El plan no solo no funcionará, sino que logrará cabrear todavía más a Winnie, que iniciará una sangrienta matanza.
Entramos de lleno en el capítulo de muertes bestias y cafres, una brutalidad de la que la película ya nos había hecho una buena muestra de sus intenciones en su violento y divertidísimo prólogo. La facilidad con la que la banda de Winnie logra arrancar cabezas es digna de asombro. ¿Lo mejor? Winnie mata a alguien golpeándole con el propio brazo de la víctima que le ha arrancado instantes antes. De verdad, el repertorio de muertes es de lo más variado. Mención especial para el uso que se hace de una sierra mecánica en una escena que haría morir de envidia al mismísimo Leatherface.
A todo eso, se abre una segunda línea argumental con el típico relato de Mad Doctor y sus experimentos nada éticos. Eso le otorga un agradecido regusto pulp a esta secuela, además de ofrecernos más explicaciones a esa extraña conexión entre Christopher y Winnie.
El clímax final de la película es un auténtico regalo a los fans del cine de terror, amén de OJO POSIBLE SPOILER contar con la presencia de cierto personaje al que mucha gente echó de menos en la primera parte FIN DEL POSIBLE SPOILER. La escabechina que se lleva a cabo en este desenlace consigue que segregues adrenalina por un tubo. Es una puta locura. O mejor dicho: es una pooh-ta locura.
¿Significa todo esto que estamos ante una gran película? Tampoco exageremos. “Winnie the Pooh II: El bosque sangriento” es una película más que correcta. Consigue el aprobado de sobras. Y como slasher es muy competente y muy disfrutable. Además, ha sabido sabiamente iniciar las líneas para ampliar no solo el universo de esta saga, sino que también para dar el pistoletazo de salida a lo que han bautizado como Poohverso y que en 2025 nos presentará más películas protagonizadas por la versión terrorífica de otros personajes clásicos, como Bambi o Pinocho, antes de brindarnos un gran colofón con un macrocrossover que los juntará a todos ellos y que puede ser apoteósico.
Os seré sincero y os confesaré que no esperaba nada bueno de esta franquicia. Pero tras ver esta secuela, tengo ganas de más. Me ha dejado muy intrigado por los derroteros que puede tomar esto. Y, joder, quiero saber qué grado de cafrerío logrará alcanzar en el futuro. Esto tiene pintaza. Todo apunta a que será una pooh-ta pasada.