Retro Bits: «Load’n’Run», la mafia italiana que lo pirateó todo (o casi todo)

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La gran mayoría de los (pocos privilegiados) que leeréis estas lineas estaréis más o menos familiarizados con el termino «semanada»,  «paga semanal» o ponedle el nombre que queráis, lo importante es el concepto. Pues bien, en tal caso también sabréis las grandes dificultades que poder administrar una pequeña cantidad de dinero cada siete días podían llegar a generar en el espíritu consumista de un niño de los ochenta (sí sí viejun@s, me refiero al siglo pasado, «de los años ochenta del s.XX»). Chucherias, gominolas, cromos, tebeos, máquinas arcade del salón del barrio, pequeños juguetes, pinballs, futbolines etc… La lista podía ser tan larga cómo se quiera o tan larga cómo tentaciones podías encontrarte en el camino. A todo ello se tuvo que sumar, en un momento decisivo de la historia de la humanidad, los juegos que necesitábamos comprar para alimentar nuestros cerebros y los cerebros cibernéticos de nuestro Spectrum, Amstrad, Commodore o MSX. Sí amiguitos, necesitábamos software de entretenimiento para nuestras bestias pardas de 8 bits y eso costaba dinero, mucho dinero. El precio de un juego más o menos bueno podía estar entre las 2500 y las 5000 pesetas, una pasta gansa vamos, y su compra se limitaba a fechas especiales como cumpleaños, navidades, etc… Pero claro, nosotros queríamos más, mucho más y el dinero teníamos asignado periódicamente no daba para tanto. Entonces fue cuando apareció la piratería. No os engañéis, el problema de vender copias ilegales de productos con copyright no es un invento tan reciente como nos han querido vender las grandes multinacionales del ocio, no, la piratería estoy convencido de que existe desde que el ser humano apareció en este planeta o, como mínimo, desde el momento en el que plasmó algo sobre un soporte físico para venderlo y sacar un beneficio. ¿Acaso no fue piratería lo que hizo Gutenberg con su imprenta al traducir la Biblia al alemán?

En estos primeros años de mi relación con el mundo de lo ilegal, tuve contacto con dos tipos de piratería:

Piratería amateur o semi-profesional

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Alguna que otra vez creo que ya os he hablado del Mercado de San Antonio de Barcelona. En él, los domingos, puedes comprar libros cómics de segunda mano, cambiar cromos, etc… En aquellos años, en la esquina de la Ronda San Antoni con la calle Parlament, podías encontrar unos simpáticos personajes que, con una especie de catálogo de juegos hecho con recortes de revistas como Mircro Hobby o Micro Manía, te vendían cintas de cassette grabadas con entre 2 y 8 juegos, a más juegos más dinero, pero siempre muchísimo más baratos que si los comprabas originales (entre 250 y 1000 pesetas). La calidad de las grabaciones, en la mayoría de casos, era muy mala. Y es que tenías que aprender a diferenciar entre el niñato que se dedicaba a copiar juegos con su doble pletina Aiwa y el pirata profesional que utilizaba maquinaria especializada para realizar las copias. Si comprabas al primero te esperaban largas horas de ensayo-error con un destornillador y el azimut del reproductor de cintas para lograr que se cargasen los juegos. Si comprabas al segundo tenías la seguridad de que como mínimo el noventa por ciento de los juegos cargarían a la primera. En cualquier caso todo era ilegal y con cada copia pirata que comprábamos estábamos echando un poco de tierra sobre el ataúd de la industria del software de entretenimiento del estado español de aquel entonces que, por méritos propios, estaba a la cabeza del desarrollo de juegos en toda Europa. Si no lo habéis visto y si queréis saberlo todo sobre el auge y la caída del software íbero no os podéis perder este documental que emitió hace algunos años Canal+: «La edad de oro del software español«.

La policía actuó contra este tipo de venta de material ilegal e incluso recuerdo alguna que otra redada que se llevó a cabo para intentar «dar cazar» a los vendedores.

Piratería organizada: la «revista» que vino de Italia

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La revista «Load’n’Run» (algo así como «carga y ejecuta») apareció sin previo aviso en todos los quioscos en enero de 1985 y en su portada anunciaba que por 850 pesetas podías disfrutar de los mejores juegos de toda Europa. Podías encontrar las ediciones para Spectrum, Amstrad, Commodore y MSX. De hecho la revista eran poco más que 4 hojas grapadas donde podías leer las escasas instrucciones que sobre los juegos te ofrecían, una presentación del redactor y algún que otro anuncio. Todo de bastante baja calidad, impresa en Italia y distribuida desde Barcelona. Lo interesante no era la revista (o casi mejor llamarla panfleto), lo que valía el precio que pagabas era la cinta. En ella había diez juegos listos para ser jugados en nuestras maravillosas máquinas. Alguno podrá pensar «Perfecto, estos de Load’n’Run seguro que apostaban por desarrolladores de juegos jóvenes, sin acceso a los grandes canales de distribución. Les pagan un tanto y publican su obra». Lo voy a escribir en mayúsculas y con varios signos de admiración para que os quede claro: !!NO, LOS JUEGOS QUE HABÍA EN LAS CINTAS DE LOAD’N’RUN ERAN JUEGOS PIRATEADOS!! Sí sí viejun@s, como lo leéis. Esta es la receta que seguían los muy pillastres y malandrines para confeccionar sus cintas de juegos:

  1. Consigue diez juegos de ordenador que lo estén petando por Europa (el número puede variar)
  2. Piratéalos y en caso que sea necesario traduce (mal) sus textos.
  3. Graba cinco en la cara A de una cinta de cassette y cinco más en la cara B (números en función del punto 1)
  4. (ATENCIÓN: ¡muy importante!) Cámbiale el nombre al juego por uno que sea muy parecido (o no tan parecido, lo importante es que le cambies el nombre)
  5. Imprime cuatro instrucciones, envuélvelas junto a la cinta con plástico y distribúyelo en todos los quioscos que puedas
  6. Espera a que vayan llegando montañas de dinero a la puerta de tu casa

Este era el resultado:

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Y estos son algunos de los juegos que a lo largo de la existencia de la revista fueron distribuidos ilegalmente:

  • Jetpac: en la revista se editó como «Exploradores»
  • Harrier Attack!: en la revista se editó como «Bombardero»
  • Pssst: en la revista se editó como «Debug»
  • Jet Set Willy: en la revista se editó como «La casa de Jack»
  • Manic Miner: en la revista se editó como «Minero loco»
  • Daley Thomson Decathlon: en la revista se editó como «Olimpiadas»

Si os interesa podéis encontar el listado entero de lo que se publicó aquí.

Había otro detalle a tener en cuenta, las cintas eran las mismas que se distribuían en Italia por lo que el nombre del juego impreso en la misma difería del del papel que venía con ella. Todo un despropósito.

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¿La legadidad de todo esto? Dudosa, nula o directamente inexistente. ¿Les funcionó el invento? Pues durante dos años sí, después, de un día para otro y sin previo aviso jamás se volvieron a ver revistas «Load’n’Run» por ningún lado. Corre la leyenda que algunos de los pocos empleados a sueldo que tenían se encontraron un día, al ir a trabajar, que en las oficinas no había nada, todo había desaparecido y ellos se habían quedado sin trabajo. ¿Alguien lo puede confirmar? ¿Recordáis la revista? En ella también se anunciaban concursos, sorteos y premios. ¿Sabéis si alguien llegó a a ganar algo?

Tomad la medicación…