El merchandising más cochambroso de la serie “V”

Si hay una serie de televisión que marcó a todos aquellos que pasamos nuestra infancia o adolescencia durante los años 80 es sin duda alguna “V”. La serie creada por Kenneth Johnson no solo dejó huella a toda una generación por su calidad y por legarnos para la posteridad escenas icónicas como esa en la que la pérfida Diana se come un roedor sino porque también fue una de las pioneras en generar merchandising. Tal era la fiebre que despertó la serie que éramos muchos los que corríamos al kiosco para comprar la revista Teleindiscreta solo por las pegatinas que regalaba de la serie. También éramos muchos los que disfrutábamos leyendo el cómic que Zinco editó aquí. El furor por la serie fue tal que aún se alarga hasta nuestros días pues no hace mucho se publicó un libro sobre ella de bastante éxito de ventas. Hoy precisamente voy a hablaros del merchandising que surgió de “V” en los 80, pero no precisamente del mejor merchandising, no. Al igual que mi socio Manel hizo hace un tiempo con la peor basura generada por la película «E.T., el extraterrestre» yo voy a haceros recordar algunas de las peores ponzoñas que se pusieron a la venta. Productos que con un 99,99% de seguridad no pagaban los derechos para reproducir material de la serie. Juguetes infectos que hoy en día no venderían ni en el peor bazar chino. Descubramos pues la cámara de los horrores del merchandising de la serie “V”.

1) Pistolas

Si algo nos flipó especialmente de “V” eran las naves extraterrestres y en menor medida las pistolas láser que usaban los lagartos. Como reproducir una nave, ni que sea a pequeña escala, debe costar lo suyo los peores fabricantes de juguetes del país pusieron su objetivo en las pistolas. Y eso que no parece difícil de hacer medianamente bien en manos de gente poco capacitada para el diseño se convirtió en la mierda que podréis ver a continuación.

Primer ejemplo:

Parece molona, ¿eh? La realidad es otra.

Así a primera vista parece que esta pistola mola lo suyo, ¿verdad? El problema viene cuando la sacabas del blíster y la mirabas con atención y descubrías esto:

Agente 007, con licencia para ser lagartón.

Si os fijáis encima del gatillo aparece un logo y no es el de la serie “V” sino el de 007, el archifamoso James Bond. O sea que aquí el listo de turno cogió un arma creada para otro fin y con todo el morro del mundo nos la intenta colar como una creación original. Supongo que como Bond no gozaba de mucha popularidad entre los chavales les había quedado una remanente de merchandising de 007 que no sabían cómo colocar y no se les ocurrió mejor forma que haciendo pasar gato por liebre, o mejor dicho, agente con licencia para matar por lagarto. Deleznable. Esta es una manera indigna de jugar con los sentimientos de los niños. Como por ejemplo le sucedió a mi socio Manel, que fue uno de los incautos que se compró esta pistola y quedó marcado de por vida.

Tras comprar esta pistola mi socio Manel ya no fue el mismo.

Los mismos creadores de esta estafa tiempo después volvieron a las andadas y sacaron a la venta otra pistola, que no se parecía en nada a las que se veían por televisión, a la que engancharon una pegatina con la cara de Mike Donovan y con la que pensaban que se iban a forrar.

Mike Donovan jamás utilizaría una birria como esta.

Claro, una vez abierta la vereda de poner a la venta pistolas mierdosas todos los fabricantes decidieron sacar una y por esto los siguientes esperpentos llegaron a las jugueterías.

Esta es especialmente lamentable porque ni siquiera tiene petardos sino un puto corcho atado a un cordón. La de infancias destruidas por culpa de esta abominación.

Matar extraterrestres a corchazos. ¿En serio?

Esta sí que tiene petardos, pero vamos como pistola no impresiona a nadie. Con esta birria te vas a invadir un planeta y te inflan a hostias seguro.

He visto tirachinas más imponentes que esta pistolita.

Esta ya es de vergüenza ajena. No es que sea una mierda. Es que es una puta mierda. Lo peor de todo no es que sea un trozo de plástico cochambroso, no. Lo peor es que han cogido un pedazo de esparadrapo y con rotulador rojo han escrito unas cuantas uves para intentar engañar al personal. ¿De verdad creían que con semejante truco engañarían a alguien? Es que me dan ganas de llorar, os lo juro.

El esparadrapo lo pusieron por si por casualidad te hacías una herida.

Con esto finiquitamos el tema pistolas, pero creedme que aún no habéis visto lo peor.

2) Chapas, colgantes y llaveros

Que sí, vale, que llevar chapas en los 80 molaba lo suyo, pero siempre y cuando las chapas estuvieran bien hechas y las que vamos a ver a continuación estaban hechas con el culo o con ganas de joder la reputación a los niños que las comprasen.

Esta es cutre, pero vamos, cosas peores se han visto en la vida. Aquí el tema está en que reproducir una foto debería ser demasiado caro así que con el fin de abaratar costes se recurrió a tirar de dibujos. Pero claro, hay que saber dibujar con un poquito de gracia, al menos.

¿Diana? ¿Qué Diana?

En esta primera chapa podemos apreciar un retrato de Diana, aunque a mi recuerda más a Nina Hagen yendo un día modosita, qué quieres que te diga.

Para mí que la de la chapa es Nina Hagen.

Como al tío de las ilustraciones lo de dibujar caras no se la daba muy bien para la siguiente chapa decidió hacerlo fácil y creó esta execrable ilustración.

A grandes males, cutres remedios.

Evidentemente estas chapas no las compraba ni el chaval marginado al que siempre le robaban el bocadillo a la hora del patio. Tras un brainstorming de cinco minutos algún enteradillo de tres al cuarto creyó encontrar el motivo. No es porque las chapas fueran vomitivas, no. Era porque según su criterio los chavales preferían llevar colgantes. ¿En serio? Pues sí, se ve que lo pensaba en serio. Por lo menos esta vez decidieron tirar la casa por la ventana y poner una foto de la serie en lugar de un dibujo. Pero vamos, el resultado es igual de triste.

El diseñador de esta bazofia merecía ser ahorcado con ella.

Tras estos dos fracasos, y tras otro arduo brainstorming de seis minutos, alguien decidió juntar las mejores ideas de las chapas y los colgantes y crear algo nuevo. Así escogió el tema dibujos en lugar de fotos tal y como se hacía con las chapas y crear algo que se llevara colgando como el… ummm… colgante. Así surgió este despojo en forma de llavero.

Para llevar las llaves de la nave nodriza.

Desgraciadamente la idea de hacer dibujos no se quedó en las chapas y los llaveros como veremos a continuación.

3) Yo-yos

¿Sabes cuando tienes una buena idea pero que cuando la ejecutas lo haces tan de puta pena que mandas al garete cualquier posibilidad de éxito o algo que se le aproxime? Pues esto es lo que le sucedió al mentecato que decidió poner a la venta yo-yos de la serie “V”.

Sobre el papel la idea no era mala. El yo-yo estaba de moda y la serie “V” volvía locos a los niños así que juntar las dos cosas tenía que funcionar. El problema está en que lo hicieron de la peor manera. ¿Cómo? Pues siguiendo el patrón de las chapas y los llaveros, o sea, enganchando ilustraciones en los yo-yos.

Yo-yos invasores.

En este yo-yo podemos apreciar las naves alienígenas. Y digo naves por decir algo, porque más bien parecen otros yo-yos venidos del espacio exterior.

Si bien el primero de ellos aún tiene un pase, siempre y cuando te lo mires con la perspectiva de un niño de nueve años estrábico, miope y con desprendimiento de retina, el segundo ya no hay por donde cogerlo.

¿Quién coño es esta?

El problema de este yo-yo es que está avanzado a su tiempo. Veréis, representa que la imagen del yo-yo es Julie Parrish, pero estoy seguro que el tío que la dibujó venía del futuro, nuestro presente, y en realidad a la que dibujó fue a Soraya Sáenz de Santamaría. Venga, no me jodas que no es ella. Esto lo pones a la venta hoy y te inflas a vender yo-yos en todos los congresos del Partido Popular. Pero fijo, ¿eh?

Que no me vengan con monsergas. La del yo-yo es nuestra querida Soraya.

Si todo lo que habéis visto hasta ahora os ha dejado patidifusos agarraos bien porque lo peor está por venir. Ojo a la tripleta con la que finalizaremos el artículo.

4) La visera

No, en serio. ¿De verdad nadie entendió tras el descalabro de las chapas, los llaveros y los yo-yos que enganchar un dibujo a cualquier artefacto no iba a ser un éxito de ventas? Pues por lo visto no. Lo peor del caso no es repetir una acción condenada al fracaso sino encima hacerlo de la forma más deplorable posible: con una visera. Esta concretamente:

Un invento «visera-ble» (Ojo al gag).

Muchos estaréis pensando que nadie lanzaría al mercado semejante mierda. Que lo que pasa es que la foto no le hace justicia. Que seguro que por la parte de atrás tiene algo que hace que esta visera sea la hostia. Hostia es lo que se merece el tío que diseñó semejante excremento. Ojo a la parte de atrás:

Nada por aquí, nada por allá.

Nada. No hay nada más. Y encima al ser una visera si te pasabas horas bajo el sol al no llevar la cabeza bien cubierta te podía dar una insolación y quedarte tonto. Aunque vamos, tonto ya lo eras un rato si es que te compraste esta mierda de visera.

5) Granada

Paraos a pensar un momentito en esto: una botella con forma de granada de mano. Mola, ¿eh? ¡Pues claro que no, joder! Es una idea estúpida. Pero como de estúpidos está lleno el mundo, y España está petadísima, a alguien se le ocurrió la idea de poner en circulación semejante creación. ¿El resultado? Fracaso absoluto.

Pero si algo tienen los estúpidos es que no se rinden fácilmente. Por eso mandamos cada año a alguien al Festival de Eurovisión. Así que alguien pensó que a la brillante idea de la botella en forma de granada de mano solo había que ponerle un aliciente para que el público picase. ¿Y qué mejor aliciente que el logo de la serie “V”? ¡Ninguno! ¿El resultado? Otro fracaso. Y es que, ¿quién querría comprar esto?

«Granada, tierra soñada por mí.»

6) Platillo volante

Y como colofón a todos estos ejemplos de incapacidad supina para crear algo mínimamente decente ha llegado el momento de presentaros lo peor de lo peor. El cáncer de los juguetes. Si existe un infierno juguetero espero que el creador de esto se pudra en él. Señoras y señores, tengo el dudoso honor de presentaros al peor platillo volante visto nunca en la Tierra:

«¡Ovni! ¡Ovna! ¡Cada día yo te quiero más! ¡Ovni, ovni! ¡Ovna, ovna!»

Vamos a ver: el platillo volante parece un ambientador. De hecho es un ambientador. El supuesto extraterrestre no es que no se parezca a los lagartos de “V”. Es que no se parecen a nada. Aunque esperad un momento. Mirad el cinturón de la figura. ¡Sí! ¡Sí! ¡Es él!:

Comando G contra los visitantes.

Otro claro ejemplo del reciclaje más desvergonzado. Y la goma elástica, ¿qué decir? Bueno, parece que muy nueva no es. ¡Por el amor de Dios! Decidme que ninguno de vosotros se compró esto. ¡Decídmelo!

Lo mejor de todo es que el tío que puso a la venta esta monstruosidad tenía más moral que el Alcoyano porque no va el hijo puta y llama a esto “Ovni-I” como si tuviera la certeza que tras el masivo éxito de ventas se vería en la obligación de sacar el “Ovni-II”, “Ovni-III” y así hasta el “Ovni-M”. ¿Estaba flipado o qué pollas le pasaba? Porque soy de los que piensa que esto está hecho bajo la influencia de alguna sustancia porque me niego a pensar que haya tanta maldad en este mundo como para hacer esto adrede.

Y con el peor platillo volante de la historia terminamos por hoy. Sé que algunas de las imágenes del artículo pueden haber herido vuestra sensibilidad. Os pido disculpas por ello. Pero por favor, no olvidemos que esto pasó no hace mucho en nuestro país. ¡Ni olvido, ni perdón! Por cierto, ¿recodáis algún otro caso de merchandising cutre? Contad, contad…